Temple (2017)

Tres turistas americanos utilizan un mapa para adentrarse en las selvas de Japón y buscar un antiguo templo. Cuando los espíritus los atrapan, su aventura se convierte en una terrible pesadilla.

Dirigida (por decir algo) por Michael Barrett y escrita por Simon Barrett (guionista de TU ERES EL SIGUIENTE, THE GUEST) TEMPLE no sólo despilfarra su prometedora premisa y un localidad exótica como es Japón, para en los escasos 73 minutos que dura el metraje para conseguir una auténtica tomadura de pelo para el fanático al cine de terror, y peor aún, es que ni siquiera llega a asustar en ningún momento. Realmente, TEMPLE hubiera funcionado mejor como un corto de una antología del terror (al estilo V/H/S) donde hubiera conectado mejor con la premisa que tiene. Pero en su totalidad, TEMPLE equivale a poco más que continuación de clichés de horror, personajes poco interesantes y una decepcionante “giro final” en la que pensaremos con total acierto que hemos perdió el tiempo visualizando la película.


Abrimos con el familiar montaje de recortes de periódicos de niños desaparecidos. Seis de ellos para ser exactos, cada uno de los cuales misteriosamente desapareció en 1968  en una pequeña villa de Japón de ahí pasamos a unos 45 minutos donde tenemos un “triángulo amoroso entre los tres personajes de la película: Kate, su pareja James y el mejor amigo de ella que es Chris (adivinad de quien está enamorado) que deciden viajar a Tokio para el estudio de Kate, sobre religión y mitología. De ahí pasamos a una sarta de chorradas más parecidas a una película romántica que a una de terror, en la que la paciencia de más de un espectador se verá puesta en prueba, hasta que llegados a un punto, por fin llegan al Templo donde en “teoría” tendría que comenzar lo bueno…


Para la sorpresa de absolutamente nadie, el templo resulta ser maldito por una corriente espiritual maléfica y que claramente está conectada con los recortes de noticias del inicio de la película, aunque la historia intente desesperadamente crear un “giro” de guion que no convence a absolutamente nadie. La única cosa que realmente se puede salvar de TEMPLE, aparte de la ubicación japonesa, es el uso de una antigua estatua de una bestia  delante del templo, pero el problema es que no llega a utilizarse de la forma correcta para poder tener algún tipo de escalofrio,aparte que al preocuparse poco por los personajes, nos importa más bien nada lo que les suceda (pero por sus actuaciones, merecen morir desde el minuto 1) y por lo tanto el nivel de terror que experimentan te importa poco.


En definitiva y resumiendo: En cierta manera, se puede acusar a la película de tener un director novato como es Michael Barret pero al que no se le puede perdonar es a Simon Barret, cuando como guionista se ha marcado unos buenos tantos como son THE GUEST o A HORRIBLE WAY TO DIE  como para escribir una basura (ala, ya lo he dicho) como es TEMPLE. Una estupidez que intenta emular al J-horror de la peor manera posible, un conjunto de piezas (actores, historia) que son un completo aburrimiento donde se intenta dejar preguntas al espectador una vez acabada la película sobre ciertos temas que ocurren en la historia, pero que todo público ya sabe la respuesta: Tanto director como guionista se querían pasar unas vacaciones en Japón con gastos pagados.