Miércoles: Temporada Dos - Primera Parte (2025)

 

Volver a Nevermore Academy es como regresar a esa vieja mansión de la familia lejana: sabes que te espera algo encantadoramente macabro, pero también hay rincones polvorientos que quizá preferirías evitar. Después de que la primera temporada de Miércoles nos dejara con la sonrisa torcida y los dedos chasqueando, Netflix nos sirve la segunda entrega en dos partes. La primera, apenas cuatro episodios, es un aperitivo suculento… aunque no exento de indigestiones.

La nueva temporada tratará sobre la evolución emocional de Miércoles, obligándola a navegar por las complejidades de la amistad y las relaciones personales, mientras se enfrenta a un nuevo misterio que amenaza tanto a ella como a la propia Academia Nevermore. Como no podía ser menos, se investigará a un acosador que la persigue y la posible venganza de antiguos enemigos.El corazón de la serie sigue latiendo con fuerza gracias a Jenna Ortega. Su Miércoles continúa siendo un festival de ingenio seco y miradas afiladas como navajas de bolsillo, pero ahora asoma un poco más la vulnerabilidad, sin traicionar ese espíritu antisocial que la hace irresistible. La química con Enid (Emma Myers) –sol de dormitorio, arco iris con colmillos– sigue siendo uno de los mayores aciertos. El resto del elenco juvenil cumple, aunque algunos parecen condenados a vagar por los pasillos como fantasmas narrativos. Entre los adultos, Catherine Zeta-Jones y Luis Guzmán destilan elegancia gótica, y Buscemi aporta ese toque de rareza que solo Buscemi puede dar como nuevo director de la academia.


Visualmente, los primeros episodios dirigidos por Tim Burton y Paco Cabezas son planos como estampas victorianas, escenarios que parecen salidos de un libro de ilustraciones para niños traviesos, y secuencias que oscilan entre la fantasía y la pesadilla. La música, con sus cellos melancólicos y guiños pop distorsionados, sigue marcando el tono perfecto para este carnaval oscuro.


¿El problema? La maldición de muchas segundas temporadas: querer abarcar más de lo que cabe en las manos. Con tantos personajes nuevos y sub-tramas emergentes, la historia a veces se siente como un armario demasiado lleno donde no encuentras el abrigo que buscabas. El misterio central es atractivo, sí, pero el ritmo se resiente: a ratos corre como si lo persiguiera un monstruo, y a ratos se detiene para mirar por la ventana sin razón aparente. Hay giros que se ven venir y guiños meta que parecen hechos para complacerse a sí mismos más que para servir a la trama.


La mezcla de terror y comedia, que en la primera temporada era un brebaje delicioso, aquí a veces se corta: más gore, más sustos… pero no siempre bien mezclados con el humor ácido. Ortega, magnética como un eclipse, a veces eclipsa tanto que el resto del reparto parece decoración de fondo. Y, para colmo, este corte en dos partes deja un cliffhanger que huele más a estrategia comercial que a una necesidad narrativa.


En definitiva y resumiendo: este regreso de MIÉRCOLES es como reencontrarse con una vieja amiga que sigue teniendo las mejores frases de la noche, pero que ha empezado a llegar con demasiada gente a las fiestas. Encantadora, divertida, visualmente impecable… pero con el paso algo torpe. Lo suficiente para mantenernos enganchados, aunque esperando que la segunda parte afile de nuevo la guillotina narrativa.