Cinco estudiantes de medicina, con la esperanza de
desentrañar el misterio de lo que aguarda más allá de los confines de la vida,
emprenden un atrevido y peligroso experimento. A base de detener su corazón
durante un breve lapso de tiempo, cada uno de ellos sufre una experiencia
cercana a la muerte clínica. A medida que la investigación se vuelve cada vez
más peligrosa, se verán obligados a afrontar los pecados de su pasado, además
de vérselas con las consecuencias paranormales de sus incursiones en el más allá.
Aunque anunciado en un principio como una secuela de LINEA MORTAL un éxito de culto de 1990, ENGANCHADOS A LA MUERTE (2017) juega más como un remake/reboot de la película
de terror psicológico que como una continuación de la historia de su predecesora,
con un elenco de personajes completamente nuevos y pocas conexiones al
original. Si bien esto asegura que no es necesario haber visto la original para
disfrutar de esta nueva versión sí surge la pregunta de cuál fue exactamente el
resultado final una vez que llegan los créditos finales, ya que ENGANCHADOS A LA
MUERTE funciona como un entretenimiento,
pero que una vez llegado el último acto pierde totalmente la deriva.
El guion, podría decirse que es el eslabón más débil de la película.
Su primer acto funciona a pesar de unir torpemente unas escenas desconectadas
entre sí, que intentan introducir el conjunto y la dinámica antes de que la acción
comience. Esto le da una sensación de desarticulación, ya que aunque los primeros minutos de apertura enganchan
al espectador en el sentido emocional con el personaje de Ellen Page, el director
Niels Arden Oplev deja claro que
hay que dejar el cerebro en la entrada de la sala, ya que si empiezas a pensar
en lo que ocurre en la historia, acabes huyendo de ella a la media hora. En
general, la historia es frágil pero no llega a derrumbarse, fluye naturalmente y
las “subtramas” ya están medio construidas ya que Opley utiliza ENGANCHADOS A LA
MUERTE más como una película para mostrar secuencias visuales que
funcionen en el espectador (aspecto que consigue) que en crear una narrativa
que pase de convincente.
Los actores no pueden hacer nada para elevar sus roles. A
cada miembro del grupo se le da un rasgo para definirlo (Ray es el escéptico,
Sophia se siente abrumada académicamente) por el alcance de sus caracterizaciones.
Cierto es que no creo que muchos espectadores esperan de la película, unos
personajes con una psicología profunda, pero al menos te preocupas por lo que
les está sucediendo durante la historia. El guion también “vende” de buena
manera que Courtney y su grupo son amigos que han pasado juntos por la escuela
de medicina, te crees este tipo de camaradería entre ellos aunque en ciertas
escenas solo funcionan como dispositivos de la trama que como personajes que
lidian con una situación extraordinaria.
Esto no es realmente culpa del elenco, en el que todos
realizan un papel decente en sus escenas.Page tiene fácilmente el papel más
sustancioso del grupo y obtiene un par de escenas emocionales para mostrar su actuación,
pero la nominada al Oscar definitivamente tiene que empezar a buscar mejores
papeles en su carrera. El elenco de apoyo a su alrededor se muestra como una
colección intercambiable de otros aspirantes a médicos, aunque Diego
Luna canaliza su presencia en la pantalla y su carisma natural hace que
Ray se destaque un poco entre el grupo. Aparte hay que destacar el “cameo” de Kiefer
Sutherland, estrella la película original que regresa como médico y
profesor del grupo de alumnos, pero que su impacto en pantalla es bastante
insignificante.
Desde la perspectiva del director, el manejo de Opley
detrás de la cámara es competente. Hace un buen trabajo al diversificar las
secuencias de las visiones del más allá para que cada una se sienta única y
fiel a sus respectivos personajes. Es cierto que las cosas se vuelven un poco
repetitivas ya que cada uno tiene su turno, pero es agradable ver algunas
diferencias entre todos ellos. La segunda mitad es donde ENGANCHADOS A LA MUERTE se transforma en una película de pseudo-terror e
intenta asumir las cualidades de una película de “slasher”, pero se queda un
poco corta en ese sentido. Tiene alguna imagen inquietante y perturbadora que
es suficiente como para permanecer en la mente del espectador (a pesar del
abuso del “Scary Jump) y como le ha ocurrido a la también criticada en este
blog FELIZ DIA
DE TU MUERTE la calificación de NRM
de 12 no juega a su favor.
En definitiva y resumiendo: ENGANCHADOS A LA MUERTE no es tan mala como las criticas la han puesto, ya
que como entretenimiento banal funciona, pero para los amantes de LINEA MORTAL
puede ser una decepción.Probablemente también juega en su contra que se ha
estrenado en una temporada donde ha habido grandes películas de terror como IT o ANABELLE CREATION quede un poco floja en lo que se refiere al género
del terror. Con un tercer acto en el que todavía no sé qué pasaba en la mente
del guionista para ese tipo de final (ya lo sabréis cuando la veáis) pero con
un elenco que cumple y con ciertas sorpresas durante el desarrollo que yo,
personalmente, no esperaba y que consiguen que ENGANCHADOS A LA MUERTE sea un producto de consumo rápido, pero que deja
satisfecho al espectador.