Mister Video: Venganza sobre ruedas (1987)

 

El cine de explotación de los años 80 es, para muchos, una cantera de placeres culpables, excesos visuales y vendettas emocionales sin mayor pretensión que la catarsis. VENGANZA SOBRE RUEDAS (1987), dirigida por Steven Hilliard Stern, es uno de esos títulos que, sin alcanzar jamás la categoría de clásico, se mantienen en el recuerdo por una combinación inusitada de rabia justiciera, camiones monstruosos y un espíritu de serie B que no intenta disimular su ADN: esto es pura gasolina, mugre y redención a martillazos.

Un conductor de camiones, construye uno especial de ocho toneladas, para ayudar a la venganza contra los rednecks que mataron a su familia y violaron a su novia.

Elio (2025)

 

En una etapa donde Pixar oscila entre la nostalgia de sus franquicias y el impulso de contar nuevas historias, ELIO representa un intento sincero por mirar hacia adelante. No todo en esta película funciona con precisión milimétrica, pero sí lo suficiente como para dejar huella. Visualmente audaz, emocionalmente cálida y con una mirada sensible sobre la pertenencia, Elio es un relato que merece ser visto con atención y sin prejuicios.

La historia de Elio, un niño de 11 años con una imaginación desbordante y una enorme obsesión por los extraterrestres, que lucha por encajar hasta que de repente es transportado al espacio y es identificado por error como el embajador galáctico de la Tierra.

Mister Video: El trueno azul (1983)

 

EL TRUENO AZUL (1983), dirigida por John Badham, despega como un ambicioso thriller de acción que busca fusionar la adrenalina del cine policiaco con la fascinación tecnológica de los 80, centrada en un helicóptero militar de última generación. Un espectáculo entretenido que seduce con su premisa y estilo visual, pero se estrella parcialmente debido a una narrativa deshilvanada y personajes que no logran elevarse por encima de los clichés. Para los amantes del cine de acción ochentero, es un viaje nostálgico que cumple sin deslumbrar.

Frank Murphy es elegido para probar el Trueno Azul, un modernísimo helicóptero de asalto. Queda impresionado por su rapidez y su alta tecnología: permite ver a través de las paredes, grabar sonidos inaudibles e incluso estabilizar un edificio. Desconfiando de la finalidad militar del artefacto, Murphy y su compañero acaban descubriendo que ha sido concebido para el control y la vigilancia de masas.