Jurassic World: El renacer (2025)

 

Han pasado más de tres décadas desde que Steven Spielberg abrió por primera vez las puertas de PARQUE JURÁSICO (1993) y redefinió el concepto de cine de aventuras. Desde entonces, la franquicia ha transitado distintos caminos: de la maravilla científica al espectáculo de supervivencia, del comentario ético a la acción desbordada. Ahora, en su séptima entrega, JURASSIC WORLD: EL RENACER, dirigida por Gareth Edwards, la saga intenta recuperar parte de esa esencia perdida con una propuesta que, si bien no arriesga demasiado, ofrece una experiencia visual y narrativa bien construida dentro del terreno del entretenimiento clásico.

Cinco años después de los hechos de Dominion, Zora lidera un equipo que busca de material genético de tres grandes dinosaurios. La misión da un giro inesperado al cruzarse con una familia, y todos quedan atrapados en una isla remota. Allí, entre la selva y la amenaza prehistórica, descubren un oscuro secreto que cambiará todo lo que creían saber sobre los dinosaurios. La supervivencia dependerá de enfrentarse tanto a las bestias como a la verdad oculta. Mientras el peligro crece, las alianzas inesperadas marcarán la diferencia entre la vida y la extinción.

Desde su primer acto, EL RENACER deja claro que se trata de una película de aventuras con ambición visual. Edwards, conocido por su manejo de la escala en títulos como GODZILLA (2014) y ROGUE ONE (2016), imprime una puesta en escena elegante, dinámica y respetuosa con la iconografía jurásica. Las secuencias ambientadas en la isla —especialmente una escena que transcurre con un bote salvavidas como protagonista y otra en un nido sobre un acantilado— son momentos de gran factura técnica que combinan tensión, emoción y espectacularidad sin caer en el exceso.


La dirección artística y el diseño de los dinosaurios se sitúan entre lo más destacado del film. Aunque en esta ocasión se prioriza el CGI por encima de los efectos prácticos, la animación digital es impecable, logrando criaturas que transmiten peso, textura y presencia física. La fotografía refuerza los contrastes entre la belleza natural del entorno y el peligro constante que representa compartir terreno con depredadores prehistóricos. Todo ello acompañado por una banda sonora de Alexandre Desplat que, si bien no alcanza el nivel icónico del tema de John Williams, cumple con sobriedad y funcionalidad.


En lo narrativo, EL RENACER opta por un enfoque clásico. El guion de David Koepp —quien firmó el libreto de la cinta original de 1993— retoma ideas fundamentales de la saga: la fragilidad del control humano sobre la naturaleza, los límites de la ciencia y la ética de la intervención genética. No obstante, estos temas se abordan de forma más superficial que reflexiva, sirviendo más como contexto que como eje argumental. En este sentido, el film prefiere avanzar con ritmo ágil antes que detenerse a explorar con profundidad. Los personajes, aunque bien interpretados, no logran escapar del molde arquetípico. Johansson aporta presencia y convicción como Zora Bennett, una heroína de acción creíble, aunque con escaso desarrollo personal. Bailey encarna con entusiasmo a un paleontólogo idealista (con unas gafas irrompibles) que funciona como contrapunto emocional, y Mahershala Ali dota de carisma a un rol que, aunque limitado, impone respeto. Sin embargo, sus motivaciones y arcos narrativos quedan algo desdibujados ante la necesidad de avanzar la trama, mantener la tensión y ofrecer escenas de acción.


La sub-trama de una familia náufraga en la isla busca introducir un componente humano más cercano y emocional, probablemente pensado para conectar con el público más joven y familiar. Si bien añade variedad a los puntos de vista, también ralentiza el ritmo en cierto momentos y desvía el foco de la misión principal, restando cohesión en algunos tramos. Temáticamente, EL RENACER mantiene el espíritu de advertencia que ha acompañado a la saga desde su origen: la arrogancia del hombre al jugar a ser dios, la amenaza del corporativismo sin escrúpulos, y la persistente lucha entre naturaleza y control. Sin embargo, estos mensajes están presentes más como referencias que como desarrollos sustanciales. En comparación con otras entregas, aquí la reflexión cede espacio al total dinamismo.


En definitiva y resumiendo: JURASSIC WORLD: EL RENACER es una película de aventuras que cumple con lo que promete: entretenimiento, secuencias de acción bien ejecutadas, y una atmósfera que, sin revolucionar la franquicia, sí le devuelve algo de su elegancia perdida. No es una gran obra ni una reinvención audaz, pero sí un capítulo que respeta al espectador y a la mitología jurásica, aunque en comparación con la original y su secuela, es absurda la comparación, porque sale perdiendo. Para los fans de los dinosaurios, el blockbuster palomitero y las historias de expediciones con peligro, esta entrega ofrece una experiencia aceptable. Puede que no recupere del todo el asombro de la original, pero sigue defendiendo, con oficio, el legado de una saga que posiblemente no necesite mas entregas, aunque claramente, la taquilla será la que decida el futuro de la franquicia.