
Es una tarea extremadamente difícil crear una película de
terror psicológico que se sienta completa en todos los aspectos. Puesto que
muchas de estas películas a menudo mienten a sus audiencias mostrando en sus
trailers sus aspectos más terroríficos para vender entradas. Mientras que MADRE
del director Aaron Burns es víctima de algunos de estos temas, su enfoque audaz
y misterioso acto final la hacen mucho más memorable que la mayoría de películas
de terror que se estrenan últimamente.
Mientras que los dos primeros actos de MADRE se dedican a desarrollar los
personajes y establecer las relaciones complicadas entre todos los miembros de
la familia y Luz (con las continuas sospechas de Diana sobre que algo raro pasa
en su casa) los últimos veinte minutos son legítimamente espeluznantes. Burns
se acerca al final de una manera decididamente de terror puro, que tiene sus
pros y sus contras. Es eficaz y bastante inquietante, pero también se siente un
poco fuera de lugar respecto al ritmo de los dos primeros actos y puede que la transición
sea un poco chirriante.
Lo que hace a MADRE una película tan provocadora es el hecho de
que su tema es tan tabú, sin embargo se aborda sin reservas. Dado que el
autismo afecta a un número creciente de personas cada año, es un tema de
actualidad en una película y Burns merece elogios por tener el
coraje de analizar sus efectos en este género. Afortunadamente, es fácil sentir
simpatía por Diana, que lucha con sentirse como menos una madre a su hijo que sólo puede comunicarse
con Luz. A pesar de que es un ser humano defectuoso (con sus errores) su
corazón realmente sale para ella por tratar de ayudar a su hijo de la única
manera que ella sabe.
En cuanto a las actuaciones en MADRE, Ramírez da un retrato
maravillosamente complejo de una madre que no siempre es la más simpática, y la
actriz maneja las inseguridades de Diana con una increíble sensación de
matices. Debido a que ha cuidado a Martin durante tanto tiempo, el personaje de
Ramírez
ha acumulado algo de resentimiento hacia su marido y su niño preocupado. La
actriz lo clava perfectamente con esas emociones conflictivas.
También sería un error
si no comentara tanto el trabajo de Bassi como el de Aida
en MADRE
porque ambos son igualmente fantásticos en la
película. Es difícil explicar por qué sus personajes funcionan tan bien como lo
hacen, ya que podría dar algunas de las sorpresas de la película, pero ambos
intérpretes hacen mucho con un diálogo muy mínimo (todo casi en filipino) y
todo es genial.
En definitiva y resumiendo Una mezcla de miedos paternos,
culpa y xenofobia es lo que ofrece Burns ofrece en su debut en el género
de terror con MADRE.
No sólo es un thriller psicológico desconcertante con algunos grandes momentos
de terror, también es una reflexión acerca de si los padres están demasiado
centrados en tener hijos "perfectos", en lugar de tener buenos hijos.
Una película que merece un visionado y que dejara un mal rollo (sobre todo a
los que sean padres)