
Voy a ser claro: CLIMAX (2018) es una maravilla, tanto como si
fuera una fiesta de baile a la que te han invitado como una película para ver
en el cine. Representar a un grupo de bailarines que tienen una celebración que
cae en un absoluto caos y que acaba siendo el equivalente a una experiencia con
las drogas una vez finalice la película, que deja al espectador totalmente descolocado.
Técnicamente impresionante como entretenida, CLIMAX puede ser la película más
pura que haya hecho su director Gaspar Noé. Rara vez un “viaje” cinematográfico
había sentado tan bien.
Un escenario que tiene una ubicación remota y de cuya
exterior apenas veremos, CLIMAX se abre a mediados de los 90 donde un
grupo de bailarines acaban de terminar de unos largos días de ensayo antes de
su viaje a América. Con la excepción de una chica rusa y una alemana, esta
última irónicamente aquí para escapar del escenario de las drogas en Berlín,
todos los demás son franceses, lo que hace que el escenario se sienta como el
país en miniatura. Esto se ve subrayado por la enorme bandera francesa que se
cierne sobre el salón de baile y que mas de un bailarín piensa que es espeluznante.
Hay muchos personajes, y se funden unos con otros en las escenas
iniciales que comienzan con una coreografía excepcional de una sola toma hasta
que comienza el inicio de la fiesta. Para distinguirnos, nos presentan a estas
personas a través de una audición rodada en VHS. Este es un movimiento
inteligente, que elimina la necesidad de establecer largas escenas y nos
sumerge rápidamente en la acción. A pesar de trabajar duro todo el día, la
mayoría del grupo todavía está lleno de energía. Los observamos hablando
gráficamente sobre con quién quieren tener relaciones sexuales y cómo quieren
tener ese sexo. Parece que la película podría ser solo una orgía, donde parece
que Noé
quiera llevar su anterior película LOVE (2015)
a un nivel completamente nuevo, pero, las cosas empiezan a ir muy mal una
vez que se hace evidente que alguien introdujo LSD en la sangría.
Al principio, el drama que acompaña a la cámara en donde intentan
adivinar quien introdujo el LSD en la bebida. Sin embargo, al igual que en una
bacanal tradicional, los sonidos de los gritos son ahogados por los golpes de
los tambores. CLIMAX
tiene lugar durante la Edad de Oro de la música electrónica, presentando temas
como "French Kiss" de Lil Louis, "Tainted Love" de Soft
Cell y el icónico MARRS con “Pump Up The Volume. Noé sube el volumen de estas
canciones y lo mantiene durante toda la película, siendo un personaje más de la
historia.
El cine de Gaspar Noé es uno en su totalidad:
quiere atacar a los sentidos del espectador. Esto se logra a través de sus
tomas largas y fluidas. Tomadas desde arriba (en otra excelente coreografía), al
revés (sobre todo en su parte final) y cerca del suelo, Noé obliga al espectador
a someterse ante su elección. Es un estilo abrasivo, pero una vez que te
acostumbras a él, se vuelve inmensamente placentero de ver, simula la sensación
de un “viaje de drogas” y permite al espectador no solo imaginarse a sí mismo
en la habitación, sino también imaginar cómo experimentarían el propio LSD.
Hay que decir que CLIMAX puede que no signifique mucho fuera de sí
mismo, sin embargo, la película habla de los instintos más primarios de la
naturaleza humana: reducir al hombre a sentimientos esenciales como la lujuria,
la ira y, lo que es más importante, el ritmo. La danza funciona como una
performance artística expresionista, que no habla tanto fuera de sí misma, sino
que trabaja brillantemente en sus propios términos. Esto no hubiera funcionado
sin haber elegido a los bailarines reales en el papel principal, que por cierto
consiguen unas actuaciones totalmente convincentes.
En definitiva y resumiendo: Cada película de Gaspar Noé es
un evento. CLIMAX
puede que sea su película más “simple” y entretenida hasta la fecha.
Si bien carece de la profundidad o la ambición de sus películas anteriores, es
fácil de disfrutar e incluso contiene momentos de brutal valor cómico. Aunque
llega a algunos lugares impactantes, carece de la violencia que le revuelve el
estómago a los que vieron IRREVERSIBLE (2002) o las escenas gráficas de sexo de LOVE (2015), lo que hace que esta
película sea bastante accesible. CLIMAX puede representar una gran noche que salió
mal, pero es casi seguro que sea un elemento básico de las fiestas alrededor
del mundo. Una película que una vez finalizada, té deja como si salieras de un
club a las 5 de la mañana, confuso, mareado, pero totalmente complaciente.