Hope (2019)

 

Hay una frase en HOPE (2019) que dice una doctora y es: El cáncer es como pelar una cebolla. ¿Porque te hace llorar? No, por los cambios que puede dar la enfermedad. La explicación es que hay muchas capas en el cáncer. Pero el drama de HOPE no se trata del cáncer, sino de relaciones a largo plazo. Un drama de dos horas que también intenta tener muchas capas que se van despegando lentamente una tras otra. Entonces, ¿las relaciones a largo plazo son como las cebollas? Un poco, al menos para la pareja protagonista.

La relación entre una pareja de artistas es puesta a prueba cuando a ella le descubren que tiene una enfermedad que amenaza con robarle la vida. ¿Qué sucede con el amor cuando a una mujer de mediana edad le pronostican tres meses de vida? Anja (43) y Tomas (59) viven en familia junto a sus hijos biológicos e hijastros, pero durante los últimos años la pareja se ha distanciado. Cuando Anja recibe el diagnóstico de cáncer cerebral terminal el día antes de Navidad, su vida se rompe y pone a prueba el amor desatendido. 

Sinceramente y como opinión propia, cuando acabo la película sentí la misma compasión de cómo empezó la historia y es básicamente ninguna. Si el lector investiga un poco, HOPE se basa en la propia vida de la directora Maria Sødahl y su pareja Hans Petter Molland que pasaron el mismo problema que en la película, y sus alter egos son la actriz Andrea Bræin Hovig y el actor Stellan Skarsgard. El problema es que si se investiga más, ya sabes cómo acabara la película y sinceramente, la pareja protagonista tiene un nivel adquisitivo muy alto y no hay ningún tipo de crítica social al sistema de salud Noruego, ya que no hay ningún problema en contactar con 5 médicos (porque hay dinero) y que las preocupaciones de la pareja sea como decírselo a sus 6 hijos… todo ello con un ritmo lento, que pretende calar al espectador, pero que, solo vemos durante gran tiempo a la protagonista con cara de odio hacia la humanidad.



Aunque la dura situación inicial revela conflictos reprimidos, toda la historia es más cliché que realista. Él (obvio) fue infiel y ella estaba celosa de la carrera de su pareja (algo que nunca ha ocurrido en ninguna película de este tipo. No hay disputas importantes entre ellos dos o con sus hijos. Los efectos de los medicamentos y la enfermedad también parece que no es tan horrible como parece, especialmente porque se sabe que todo está bien y no solo eso: incluso mejor. No solo el cáncer es curable, sino también las crisis de relaciones que han durado durante años.



En definitiva y resumiendo: El trasfondo autobiográfico, que podría ser la mayor fortaleza de un drama decente, se manifiesta como una debilidad crucial. La directora y autora carece de distancia para una trama demasiado larga (con un ritmo demasiado alargado) que deja de lado las horribles facetas de la enfermedad y la crisis de pareja (y menos económicas). La puesta en escena se alimenta gradualmente de la belleza de la gran ciudad. Una investigación más diferenciada de los efectos de la enfermedad más grave en la psique, la pareja y la familia aparentemente no encajan en la imagen que Sødahl quiere presentar de sí misma. Sin duda, las actuaciones de Hovig y Skarsgard es la baza fuerte que hace que HOPE se quede en algo decente. Pero es mi opinión y posiblemente no sea el publico al que va dirigida la película, y puede que otros espectadores encuentren más cosas en común, de las que yo pueda haber sacado.

 

Si eres de Figueres (o alrededores) y quieres disfrutar de HOPE, nada mejor que en CINEMES LAS VEGAS, a partir del 29/01