Cazadores de Brujas (2018)

 

Todos debemos haber estado en situaciones en las que soñamos con ser algo más: más fuerte, inteligente o atractivo/a. Cuando peor es nuestra vida, mayor es el anhelo de que las cosas salgan de otra manera. Con el paso de los años, estas fantasías disminuyen cuando hemos interiorizado durante mucho tiempo de que ya no se nos permite soñar. Pero probablemente nunca nos liberemos por completo de estos deseos si nos fijamos en la moda actual de los superhéroes, que está causando grandes éxitos en taquillas en los cines. Personajes de comic que vemos mientras salvan el mundo cuando no podemos hacerlo nosotros mismos (aunque nos gustaría).

El joven de diez años Jovan (Mihajlo Milavic) nació con una parálisis cerebral parcial. Tímido, consciente de sí mismo, pero con pocos amigos, su lugar preferido para huir es su propia imaginación. Allí imagina ser un superhéroe que no está limitado por su cuerpo. Su vida da un cambio radical cuando una nueva chica llega a su clase: Milica (Silma Mahmuti). Desvergonzada y sin nada que ocultar, Jovan no se piensa dos veces la posibilidad de ayudarla a que su padre se libere de su nueva novia. Su nueva amiga está convencida de que la novia de su padre es una bruja que le ha sometido a un hechizo, y además aporta toda clase de pruebas para dar fe de ello. Con el paso del tiempo ambos desarrollan un plan que lleva a Jovan a disfrutar por primera vez de su vida y a superar muchas de las inseguridades que le han perseguido desde que nació.

Jovan no está preparado para dejar la importante tarea a otros. En su fantasía se convierte él mismo en un héroe, que entre otras cosas salva a sus compañeros de clase. Entonces, aquellas personas que, en el mejor de los casos, lo ignoran, otras le hacen “bullying”. CAZADORES DE BRUJAS (2018), sin embargo, evita degradar al niño a víctima y tratando de forzar las lágrimas en el espectador con trucos baratos. Más bien, es admirable y conmovedor cómo el niño de 10 años domina su destino y sabe cómo llevar una vida feliz solo con la ayuda de su imaginación.



Eso cambia un poco cuando Milica se une a su lado. Con ella, también, las líneas entre la realidad y la fantasía se desdibujan cuando la nueva pareja de su padre se convierte en una bruja. El nombre era solo un comentario despectivo de su abuela, que quería expresar su disgusto con la extraña en la familia, siendo un comentario que Milica se toma literalmente. Esto pone en juego un poco de humor, porque las extrañas contorsiones y extraña comida que come la novia de su padre sirven como evidencia de la brujería. Como espectadores, por supuesto, sabemos que la novia “no deseada” solo practica yoga y quiere garantizar una nutrición saludable. Pero el mundo se ve un poco diferente a los ojos infantiles.



En general, la adaptación de la novela de Jasminka Petrovic impresiona con una mirada sensible a la psique y los sentimientos de los niños. El tema es bastante trágico: ¿cómo lo afronta un niño cuando los padres se separan? ¿Qué les hace eso? El trasfondo de los problemas matrimoniales permanece oculto, ya que muy a menudo la descendencia se da cuenta de que algo anda mal. Sin embargo, no se explica nada. Y donde faltan explicaciones, la ira y la desesperanza dan paso a respuestas alternativas. Porque Milica no puede simplemente aceptar que se acabó, y además no recibe suficiente ayuda para lidiar con la situación. Más tarde, como Jovan, aprenderá a superarse a sí misma. Aunque es cierto que ese problema es superado en una simple escena. La película también ignora otros puntos de forma un poco prematura, por ejemplo, el matón de la clase o los padres. Pero es un bonito debut por parte del director Rosko Miljkovicha donde se ve que tiene interés en lo que quiere contar. La historia de dos extraños que se encuentran y, al final, se encuentran a sí mismos es un ejemplo igualmente ligero y profundo de lo que pueden lograr las películas infantiles. El hecho de que los adultos estén marginados, como si no fueran parte de este mundo en absoluto, no es una desventaja, especialmente porque los dos jóvenes actores armonizan maravillosamente entre sí y no desarrollas ninguna necesidad de ver un mundo exterior.



En definitiva y resumiendo: CAZADORES DE BRUJAS habla de la amistad entre un niño discapacitado y una niña que sufre la separación de sus padres. Esto se retrata con sensibilidad, combinando humor con temas serios. Algunas cosas se pasan por alto o tienen una rápida solución, pero en general, la adaptación del libro para niños es un buen consejo, no solo para un público joven sino también para el público adulto.

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