Cruella (2021)

 

Disney tiene un historial extraño con sus últimas películas del llamado “Live Action”. Por "extraño" me refiero a que me gusto alguna, me sentí “meh” con algunos y no me gustaron la amplia mayoría. También ver como Disney intenta sacar una “live action” de toda película de animación me parece agotador para el espectador, y a mi directamente me crea indiferencia. Entonces, probablemente el lector pueda adivinar qué tan bajo puse el listón para el largometraje de CRUELLA (2021) del director Craig Gillespie. Dicho esto, una vez acabada la película y saliendo por las puertas de salida de la sala, me quede pensando que Disney no hizo una versión real de un personaje animado sin sentido y proporciona una historia sólida que se desvía de su fuente original y se destaca por sí misma como una película divertida y entretenida.

Explora los rebeldes comienzos de una de las villanas más conocidas del cine y famosa por su elegancia: Cruella de Vil. Ambientada en el Londres de los años 70, en plena revolución del punk rock, la película muestra a una joven estafadora llamada Estella (Emma Stone) así como la serie de acontecimientos que la llevan a asumir su lado malvado y a convertirse en la estridente y vengativa Cruella.

A primera vista, Emma Stone podría ser una opción cuestionable para interpretar a la icónica villana, pero ni siquiera te importa cuando la ves por primera vez, porque es irresistible como protagonista. No hay nada más divertido que ver a Emma Stone enfrentarse cara a cara por el poder, y ella esta espectacular como lo fue en LA FAVORITA (2018). Stone aporta una energía tan juvenil y un espíritu anarquista que no puedes dejar de mirarla. Emma Thompson, sin duda, es como una versión 1.0 del personaje de Cruella en la película de animación de 101 DALMATAS (1961). Thompson es desagradable y odiosa, junto a sus expresiones de engreída. Si bien todo el elenco es encantador, Joel Fry es notable como el sensible y leal Gaspar. Paul Walter Hauser interpreta al alivio cómico de la película como Horacio, que clava a la perfección el estilo histérico de su personaje.



Esta iteración de la historia de la famosa villana de Disney se inspira más en la “Live action” de 1996 protagonizada por Glenn Close (que también es productora ejecutiva de CRUELLA) y amplía la idea de que ella sea diseñadora de moda. La historia usa eso como la base de su narrativa, enfocándose en cómo una joven aspirante a diseñadora de moda con creatividad, habilidad se abre camino hacia la cima. La película rinde un cariñoso homenaje a la alta cultura de los años 70 mientras utiliza ese estilo como el ascenso al poder de Cruella. Dado que los años 70 marcaron el auge de la cultura punk, especialmente en el Reino Unido, se aplica inteligentemente a la identidad de Cruella, especialmente con su vestuario. Hace que toda la escena punk cobre vida con su pelo blanco y negro que combina con su espíritu rebelde y energía anarquista. Realmente hay que alabar a la diseñadora de vestuario Jenny Beavan por adentrarse en el mundo de la moda de una manera que eleva la calidad general de la película. Esto también es aplicable al diseño de producción, que hace un gran trabajo estableciendo la diferencia de clase entre Estella y sus socios en el crimen Horacio y Gaspar, y el estilo de vida lujoso que lleva la baronesa Von Hellman. El director Craig Gillespie muestra con orgullo la moda de Londres y, a pesar de su aspecto sombrío y grisáceo, ofrece un toque de color exuberante que le da a la película su propia vida.



La narrativa es sorprendentemente efectiva como una historia de origen distinta que se sostiene (en su mayoría) por sí misma. Es una gilipollez decir que esta es la versión del Joker de Disney, donde ves a Cruella convertirse en una supervillana porque vive en una sociedad ... más bien, explora la creación de una villana de una manera enérgica. Los guionistas Dana Fox y Tony McNamara elaboraron una narrativa que tiene una energía propia. A pesar de su duración, la película da algún giro atrevido para hacer que la historia del origen del personaje sea compleja mientras trabaja como un largometraje extravagante. Incluso desde un punto de vista cínico, tuve que morderme la lengua porque pensaba que CRUELLA iba a ser un fiasco… y no ha sido así.



Pero no todo en CRUELLA es bueno. No puedes hacer una película ambientada en los 70´s sin una banda sonora con música de esos años. El problema es que al principio te gusta escuchar a grupos como Supertramp, Bee Gees, The Doors, etc. Pero después se vuelve un bombardeo constante que socava la diversión y la intensidad de ciertas escenas, porque todo tiene que ir acompañado con una canción. Aunque es divertida y entretenida hasta cierto punto, CRUELLA no tiene una excusa para tener una duración de 2 horas y 14 minutos. Hay escenas en la historia que podrían haber sido recortadas, especialmente durante el segundo acto donde los atracos de Estella con Gaspar y Horacio se vuelven más elaborados y comienza el ascenso de Cruella a la fama. Hay secuencias repetitivas que no necesitaban aparecer por ninguna razón aceptable. Y sinceramente cuando la película quiere hacer referencias ya sea por personajes o acciones a 101 DALMATAS, lo veo un frenazo de ritmo considerable y que realmente no me interesa lo más mínimo.



En definitiva y resumiendo: Hay un admirable nivel de destreza, precisión y ejecución que hace que CRUELLA sea divertida y una buena película. Aunque desearía que redujera sus pistas musicales y redujera el énfasis en el material original, sigue siendo divertida. Las “dos Emmas” están genial en sus respectivas actuaciones mientras Gillespie hace un trabajo increíble creando un largometraje en la década de los 70 que disfruta tanto de la moda elegante como del punk. No es el mejor “Live action” de Disney, pero definitivamente es el más atrevido hasta ahora.

 

Si quieres disfrutar del estreno de CRUELLA, nada mejor que en CINEMES LAS VEGAS a partir del 28/05.