-En el
2013,todo fanático del cine de terror saco los pañuelos de papel (no penséis mal)
para llorar la perdida cinematográficamente hablando, del director James Wan,ya
que después de haber dirigido EXPEDIENTE WARREN E INSIDIOUS:CAPITULO 2 decidió
de dejar el género de terror al lado, para dedicarse a otro tipo de largometrajes,
por suerte al director no le fue bien del todo con su aventura de coches locos
titulada FAST AND FURIOUS 7(en la
que acabo hasta las pelotas de realizar un blockbuster).Donde INSIDIOUS:CAPITULO 2,la única ocasión donde
dirigió una secuela de su propia película de terror de éxito, aspiraba a ser
mucho más y explotar la mitología tan bien realizada de su anterior entrega,
pero lo aumento en exceso, complicándolo y sacrificando el núcleo humano de la
historia con la familia Lambert. El director sabía que tenía una espina clavada
con el tema de las secuelas y el mismo decidió volver al género que tantos
buenos ratos le ha hecho pasar para presentarnos (ahora sí ) EXPEDIENTE WARREN:EL CASO DE ENFIELD (2016).
-En este caso,Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) expertos demonologos,viajaran al norte de Londres para ayudar a una madre soltera que tiene a su cargo a cuatro hijos y que vive en una casa plagada de espíritus.
-Comenzando
por las tareas de dirección, ya por este simple hecho, la película merece ser vista,
ya que el director vuelve con esa pasión y fanatismo hacia el género y nos hace
recordar que esa fue su casa durante mucho tiempo, su trabajo con el director
de fotografía Don Burguess es sorprendente y eficaz, ya que la cámara nunca se
mantiene quieta en un sitio y la cantidad de movimiento y recursos que utilizan
(zoom,contrapicados,travelling) infunde una paranoia maravillosa en una
atmosfera que hace que el público este completamente en tensión y teme lo que
constantemente lo que puede haber más allá de lo que capta la cámara. Lo más
importante (es de agradecer) es que hay una clara evidencia de cuando y donde
desatar un buen susto y Wan parece un titiritero, ya que nos tiene cogido de
los hilos como una marioneta, nos lleva a donde quiere con la narración y cuando
menos te lo esperas y piensas “aquí no pasa nada” prepárate para pegar un buen
salto en la butaca, porque si se puede resumir en una palabra la película es en
la palabra miedo.
-En un mundo
cinematográfico donde parece que se la he perdido el respeto al terror, con
completas basuras como EXORCISMO EN EL VATICANO, EL BOSQUE DE LOS SUICIDIOS y EL OTRO LADO DE LA PUERTA en el que es fácil crear alarmas y subir el volumen para
conseguir que fluya la adrenalina en el espectador pero con una historia vacía
y unos personajes huecos, el talento de Wan en la pelicula,demuestra que se
puede realizar algo muy bueno con un material sutil, lento y perturbador en el
que el espectador tiene que pensar y prestar atención, en una manera de no
convertirlo en un idiota más, como intentaban las anteriores películas mencionadas.
-La estructura
narrativa se asemeja a la de su predecesora y esto se podía considerar un
aspecto negativo, ya que parece que el guion esta sobre unos carriles marcados
que funcionaron muy bien la primera vez y no se quieren arriesgar en la secuela.
Con un prólogo en torno a una investigación de los Warren en una casa (no diré
cual) muy conocida por los amantes del terror, para dar paso a la vida de la
familia Hodgsons en Anfield (una madre divorciada con cuatro hijos a su cargo)
presentarnos las actividades paranormales, donde vamos a pasar miedo de verdad,
para después traernos de nuevo al matrimonio Warren para intentar salvar a esa familia.
Lo bueno de repetir esquemas, es que si en la anterior, el prólogo era sobre la
“muñeca chochona” Anabelle en la que no repercutía en nada mas después en la narración,
los hechos del comienzo sí que conectan con lo que después ocurría en Anfield y
establece los grandes temas de la película al mismo tiempo. Otro aspecto
mejorado es que se desarrollado la relación entre Ed y Lorraine, en donde si la
anterior parecían simplemente unos salvadores o cazafantasmas, aquí vemos a
unas personas que tienen un don y luchan la una por la otra. La química entre
Patrick Wilson y Vera Farmiga es excepcional, donde el rendimiento de Farmiga
es de especial importancia, ya que la secuela es más una historia de Lorena que
de Ed, no solo en el sentido de las comunicaciones con el mas allá (donde
Lorraine tenía una conexión especial) y los “Habitantes” que putean a la
familia Hodgsons tiene especial predilección por ella. El problema que tiene
esta familia es que están en peligro tanto porque nadie toma una posición de
autoridad para creer sus reivindicaciones, por lo que la historia es aún más
personal para Lorraine (dado que ella era la primera en ser escéptica en los
casos) y crea un trasfondo sobre las personas desfavorecidas (víctimas de
maltrato) a las que nadie hace el mas mínimo caso. En el caso de Ed tenemos la
eterna lucha entre creyentes y no creyentes mientras se investiga el caso.
-La estética
de la película se encuentra entre dos extremos: el primero basado en la
anterior entrega, enfocado en retratar un mundo donde existe lo sobrenatural y
la forma totalmente comparable a la trilogía de INSIDIOUS donde introducen los efectos paranormales a través de
los días. En esta secuela, tenemos varias escenas que ocurren durante el sueño
de alguien, una visión o un plano alternativo a la realidad, aspecto que me
hizo torcer la nariz ya que parece que han calcado esa estética de Insidious
porque simplemente les ha ido bien en la otra saga, en lo que veo un poco “tomar
el camino fácil” en esos términos, algo que no me llego a gustar del todo. La creación
por parte del departamento de arte sobre la década en donde ocurre el caso
Anfield (los 70) rinde homenaje a la estética de EL EXORCISTA, sino que también homenajea a una de las películas que
más sorprendieron el año pasado que fue THE BABADOOK (cuando veáis la película, sabréis porque).
-Uno de los
problemas que se le pueden achacar a esta película es que a través de los tres
actos donde transcurre la historia, el primero fluye a un ritmo
sorprendentemente rápido, en la que incluye posiblemente la mejor escena de
terror de los últimos tiempo, que hará pasarlo mal hasta el veterano más curtido
en este tipo de películas, en donde solo comentare que quien haya estudiado en
una escuela de monjas, le va a traer “gratos “recuerdos. Sin embargo el segundo
acto sí que tiene un bajón importante, con alguna escena metida con calzador y
que podría ser cortada en la sala de montaje, ya que estamos ante la película más
larga de su director (130 minutos) y tanto excedimos en aspectos menos
importante son un poco el peso que hace que no estemos ante una película de diez.
Claramente el tercer acto, vuelven a poner toda la carne en el asador para
ofrecernos un mal rato, en el que incluso después de haber visto la película,
la cabeza seguirá pensando en los
conceptos reales que ocurrieron de verdad en la historia en Anfield.Respecto a
lo que paso realmente en esa casa y lo que se cuenta en la película, también tenemos
un pequeño tirón de orejas para Wan y sus guionistas, porque si uno lee el caso
real, vera que los Warren estuvieron solo dos días en Inglaterra estudiando el caso,
para hacerse la foto y después irse, así que llamarlo un caso de Ed y Lorraine
Warren lo veo excesivo, pero de no ser así no habríamos tenido secuela, así que mejor me
callo sobre este tema.
-En definitiva y resumiendo: EXPEDIENTE WARREN:EL CASO DE ENFIELD es la mejor película de terror que yo he visto en los últimos
tiempos, en donde James Wan se convierte en un maestro del terror (con lo que
ya le pueden llevar al Salón de la Fama) en una historia que te atrapara desde
el primer momento, con una fotografía y una música que crean una ambientación única,
donde el espectador vivirá una completa atracción terrorífica donde (lo dice
alguien curtido en mil batallas) vas a pasar un mal rato, con una química por parte de Wilson y Farmiga que solo se
puede definir como brutal y donde el exceso de duración del segundo acto y
cierto “camino fácil” para ciertas escenas hacen que no sea merecedora de ser una película perfecta.