Tonya Harding (Margot Robbie) fue la primera
patinadora estadounidense en completar, en 1991, un triple salto axel en
competición. Pero el éxito sobre el hielo no siempre estuvo acompañado de
felicidad en su vida personal.
YO, TONYA (2017) es
la última película del director Craig Gillespie (LARS Y UNA CHICA DE
VERDAD) y está basada en la vida de la ex patinadora estadounidense
Tonya Harding. Esta película biográfica busca arrojar luz sobre cierto “Incidente”
en su carrera como patinadora y que incluye la difícil vida de Harding y todas
las consecuencias después de ese “Incidente”. La película de Gillespie
ha ganado una buena cantidad de premios al recorrer el circuito de festivales
en 2017, y ciertamente merece los elogios que recibe. YO, TONYA es
una exploración salvaje y entretenida de una de las figuras más controvertidas
del deporte, encabezada por unas excelentes actuaciones del elenco principal.
YO, TONYA triunfa
en su tono y estilo, con Gillespie dando una lección en lo que tiene que ser una comedia
de humor negro. Este enfoque demuestra ser lo mejor para esta historia en
particular, teniendo en cuenta todo lo “absurdo” que contiene. Debido a un
ritmo bastante enérgico (con varias escenas configuradas en una banda sonora
pegadiza) y una historia con un humor en el que se juega con una divertida
combinación de Martin Scorsese y los hermanos Coen, manteniendo al
público involucrado a lo largo de sus 2 horas de metraje. Gillespie también hace un
gran uso de entrevistas falsas y de la cuarta pared para darle una dosis extra
de interés. Si bien el realizador no necesariamente reinventa la rueda con su
manejo del material, sigue siendo muy eficaz y una alternativa a una película biográfica
más.
La dirección de Gillespie se complementa muy bien
con el guión de Steven Rogers, que puebla su mundo con un colorido elenco de
personajes que destacan. Por supuesto, Margot Robbie es la estrella del
espectáculo, y en parte se siente como si estuviera hecha a medida para la
actriz. Esto es lo mejor que ha protagonizado Robbie, desencadenando un
perfecto rendimiento y sin filtrar que siempre exige la atención del
espectador. Ella habita por completo en personalidad sureña de Harding,
mostrando una variedad de capas para darle profundidad al personaje. Algunos
pueden estar en desacuerdo con el retrato de la película de Harding (una
villana ampliamente odiada) como una víctima de las circunstancias, pero ella
es sin duda una persona intrigante para ver y la película nunca endulza los
aspectos menos sabrosos de su vida. Rogers es capaz de equilibrar
hábilmente la comedia y el drama, con Robbie como ancla de la película.
Para no quedarse atrás, Allison Janney tiene todos los números para conseguir el
Oscar de este año a mejor actriz de reparto. Definitivamente se lo ha ganado,
con una actuación comprometida que es francamente hilarante en su vulgaridad.
Al público no le gusta LaVona, y Janney se asegura de que sea alguien
a quien los cinéfilos le encantarán
odiar. Su dinámica con Robbie es un aspecto clave al
principio de la película con las dos
jugando de manera cautivadora para mostrar una relación disfuncional y tóxica.
Esta no es una historia de amor maternal, solo la retorcida percepción de
LaVona del concepto. Ella cree que está haciendo lo mejor para su hija, pero
Tonya se merece algo mejor (seguramente).
En definitiva y
resumiendo: En un campo abarrotado de contendientes a los premios del
2018, YO,TONYA es una que se destaca y que vale la
pena para el tiempo de un cinéfilo (aunque, haya sido repudiada de los premios
Oscars en lo referente en ser nominada a Mejor Película del año).La reputación
de Harding en la vida real la precede en la opinión pública (aunque para los
que vivimos en España, no teníamos mucha idea de la rocambolesca historia) pero
para aquellos dispuestos, la película es un placer. Robbie y Janney
están en la cima de sus actuaciones y Gillespie encontró una manera de
contar la extraña historia de una manera que combina el estilo con la sustancia.
Así que desde aquí, totalmente recomendada.