En el despiadado mundo del comercio del arte de las artes
plásticas, Josephina (Zawe Ashton) encuentra por accidente
un auténtico tesoro: tras fallecer, un viejo artista clandestino deja tras de
sí una maravillosa colección de cuadros con el deseo expreso de que éstos
fuesen destruidos tras su muerte. Decidida a sacar buena renta de ellos,
Josephina comienza a exponerlos ante los ojos de algunos de los pesos pesados
de la industria que la rodean, incluyendo a su jefa Rhodora (Rene
Russo), al crítico de arte (y amante ocasional) Morf (Jake
Gyllenhaal), y a algunos de los coleccionistas de arte más voraces del
mercado, como Bryson (Billy Magnussen) y Gretchen (Toni
Collette).
VELVET BUZZSAW (2019) es una película
completamente extravagante que solo se podría haber hecho para una plataforma
como Netflix, ya que es un ejercicio total con estilo, pero también muy ligera.
Está muy lejos del elegante y retorcido tráiler que hace que la gente tuviera “hype”
hace unas semanas. Si estás esperando una película de terror o algo que te de miedo
te sentirás decepcionado ya que esta es una película es una diversión absurda y
poco más.
El escritor y director Dan Gilroy evoca un poco al director
Robert
Altman en su descripción acida sobre el mundo del arte de Los Ángeles,
y esto lo retrata como completamente vacío y falso. De ellos, a Jake
Gyllenhaal probablemente sea lo mejor como crítico de arte pomposo,
interpretando el papel de manera excelente. Nunca hay un momento en el que no
esté dando el 100% y funciona dentro del ambiente de la película. En contraste,
Rene
Russo parece casi demasiado razonable como la reina del mundo del arte
siendo una galerista, gran parte de la película gira en torno a ella, con su actuación
más arraigada que no concuerda con la psicología “exagerada” que tienen los demás
personajes.
Los elementos de terror tardan bastante tiempo en aparecer,
pero cuando llega se sienten un poco innecesarios. La idea aquí es que los
personajes tropiezan con el trabajo de un artista fallecido con un pasado
oscuro (del que no pienso decir nada más). Sin embargo, el misterio que
involucra al artista se siente intrascendente y simplemente es una forma de encajar
los géneros en lo que se supone que es una forma provocativa. VELVET BUZZSAW hubiera sido más efectivo como una pura sátira, ya
que Gilroy
no parece tener afinidad por este género. Nunca hay un momento en el que VELVET BUZZSAW sea escalofriante, y en el último acto, cuando la
película nos pide que nos tomemos todo en serio, hace “aguas” por todos lados.
Dicho esto, VELVET BUZZSAW tiene
algunas cosas a su favor. Gilroy definitivamente sabe cómo
hacer que Los Ángeles se sienta como un personaje vivo y respetable, aunque la
fotografía de Robert Elswitt no es tan vanguardista como su trabajo en NIGHTCRAWLER
(2014). La película también cuenta con algunos momentos divertidos, como la mala
suerte que tiene la actriz Natalia Dyer (STRANGER THINGS), mientras que el
personaje de Josephina interpretado por Zawe Ashton ves como pasa de una
persona normal a intentar ser alguien ambicioso capaz de hace cualquier cosa.
En definitiva y resumiendo: Es difícil no imaginar que las
mismas personas que tuvieron un entusiasmo sobre el tráiler, se sentirán
engañadas por el cebo utilizado para obligarte a ver la película. De la misma
manera, sin embargo, no es difícil imaginar a un público culto que va a
gustarle (aunque les parezca una tomadura de pelo). No es una película para
todos y sin duda no es una mala historia, pero las direcciones tomadas en el
guion flaquean poco a poco, además de un excesivo metraje que no hacia falta.
Como sátira del arte funciona, pero como película de terror/paranormal es
floja.