Monster Party (2018)


Tres ladrones planean un audaz atraco haciéndose pasar por camareros en una elegante cena en la mansión de Malibú con la esperanza de pagar una deuda urgente. Cuando su plan sale terriblemente mal, el trío se da cuenta de que los invitados a la cena no son tan inocentes como parecen…

Las películas de terror de “Home Invasion” son un subgénero en sí mismas, con un buen número de películas notables en la última década. Desde FUNNY GAMES (1997) de Michael Haneke y LOS EXTRAÑOS (2008) de Bryan Bertino hasta NO RESPIRES (2016) de Fede Alvarez y, por supuesto, THE PURGE (2013) de James DeMonaco, el último de los cuales lanzó una franquicia de películas y una serie de televisión. MONSTER PARTY (2018) es de las últimas películas en el subgénero, pero efectivamente da un giro de guion en este subgénero, convirtiendo en víctimas a los ladrones que intentan robar una casa de gente rica. MONSTER PARTY es un viaje violento de una película de “home invasión” que pone su propio giro estilístico en el género, pero no se eleva completamente por encima de la media.


Escrita y dirigida por Chris von Hoffmann (DRIFTER), MONSTER PARTY invierte la premisa típica de una película de terror, en la que los residentes son cazados por posibles invasores, para una nueva y convincente versión del subgénero. En su mayor parte, la inversión funciona para darle suficiente de un giro “seminuevo” al subgénero, aunque incluso esta inversión de la premisa típica es algo que se ha hecho antes (como NO RESPIRES de 2016). La preparación de la revelación de la familia Dawson y de su verdadera naturaleza sirve para aumentar efectivamente la tensión para cuando el guion se invierte para convertir en presa a los jóvenes delincuentes de depredadores mucho más experimentados. Aunque la forma narrativa de PARTY MONSTER puede no ser completamente original al 100%, la película trae nuevas ideas y un nuevo punto de vista al género.


Lo que además ayuda a diferenciar a MONSTER PARTY de las otras películas es la dirección estilística de Hoffmann. Los cortes rápidos durante algunos de los momentos más espeluznantes de MONSTER PARTY, combinados con tomas prolongadas de los Dawson y su hogar inundados de opulencia y exceso. La película no es de ninguna manera sutil, pero la naturaleza “pulp” de su presentación funciona a su favor. Ciertamente, la película - y Hoffmann - tiene algo que decir sobre la riqueza y cómo se aprovecha de las clases más bajas, pero ese mensaje se presenta a través de un festín de muertes violentas, divertida y deliciosamente sangriento que ofrece un visionado muy entretenido por derecho propio. Quizá con un final diferente (alejado de la locura y el exceso) le hubiera sentado mucho mejor con respecto a la narración conjunta.


El elenco de MONSTER PARTY también ayuda a elevar la película, con McMahon y Tunney haciendo gran parte del trabajo pesado en términos de aumentar la tensión en la película hasta que comiencen los asesinatos. Ambos actores veteranos ofrecen actuaciones convincentes, con Patrick, de McMahon, que se inclina más hacia la psicología maniaca y Tunney con un lado más cimentado de su sociedad. Aun así, es claro por sus actuaciones que McMahon y Tunney se divirtieron con el material y eso se traduce en la pantalla, brindando más entretenimiento a MONSTER PARTY. Sam Strike lidera bien al trío de ladrones adolescentes, presentando la evolución de Casper a lo largo de la película de manera convincente, aunque está un poco eclipsado por el encanto del actor Brandon Micheal Hall.  Aun así, el elenco de MONSTER PARTY funciona bien para dar vida a esta historia, incluso si la historia y la violencia tienen prioridad sobre las tramas de los personajes.


En definitiva y resumiendo: En conjunto, MONSTER PARTY es una película de terror de “Home Invasion”, que les da suficiente sentido a los giros de guion habituales y la premisa para ser memorable, pero que nunca llega a sobresalir dentro de ese género. Es lo suficientemente sólida como para mantener a los espectadores interesados ​​en el terror que sucede en la historia y ofrece muchas muertes gore en de forma estilística para entretener incluso a los fanáticos más exigentes. Quizá sus últimos diez minutos sea una idiotez que haga bajar la calidad final de la película intentado ser demasiado rocambolesco, pero sin duda es una película que merece un visionado y que mantiene pegado al espectador a la pantalla durante sus 90 minutos.