Los grandes éxitos de taquilla obtienen secuelas
aproximadamente cada tres años. Los éxitos que nadie espera como fue BLACK WATER (2007),
un éxito que nunca entenderé porque la película sinceramente es mala, ha tenido
que esperar trece años para su secuela que yo personalmente no esperaba nunca.
Sin embargo, BLACK WATER: ABYSS (2020) no es realmente una secuela. Es más bien un 'sucesor
espiritual' que sigue una configuración similar, ABYSS
no incluye ningún personaje de la original ni continúa la historia anterior. Esta
secuela existe completamente como algo propio, lo que significa que los
espectadores no tienen que estar familiarizados con la primera película en
absoluto.
Un grupo de amigos que exploran un extraño sistema de cuevas en el norte de Australia se ve amenazado por una manada de cocodrilos.
De hecho, si lo que busca el lector es entretenimiento, probablemente sea preferible no tener la película anterior en mente y preferible también obviar esta. ABYSS camina con tanta precisión con BLACK WATER, que las dos películas son prácticamente idénticas en concepto. Prácticamente también se hacen eco entre sí en la ejecución. Al igual que BLACK WATER, el primer acto incluye una escena de empacar suministros, un interludio en un bar, una serie de fotos con los protagonistas sonriendo. Es desconcertante ver que ABYSS cuenta con dos nuevos guionistas cuando parece que se basa exactamente en el mismo guion utilizado para BLACK WATER.
ABYSS es la misma soporífera idea que tenia BLACK WATER solo que los guionistas pensaron: ¿Y si en vez de tener a los protagonistas colgados de un árbol, los dejamos encerrados en una cueva acechados por un cocodrilo? Pues básicamente el mismo aburrimiento que tuvimos en BLACK WATER, con unos personajes con los que es imposible conectar, que se hacen odiosos desde el primer momento y donde el temor es mas el ahogarse en la cueva, un derrumbamiento y como no, un ataque de asma de uno de los personajes, ya que el cocodrilo se mueve menos que “Los ojos de Espinete” y sus apariciones son mínimas.
Por si esto fuera poco para intentar desde el cariño que NO veáis la película, tenemos una subtrama que puede competir con cualquier telenovela sudamericana, además que ABYSS intenta agrava este “cliché” hasta niveles insospechados, siendo un autentico aburrimiento y que se desecha de una manera totalmente absurda en un tercer acto que roza el ridículo y la vergüenza ajena. BLACK WATER: ABYSS es básicamente el director de BLACK WATER Andrew Traucki, desacoplado de su anterior socio David Nerlich, rehaciendo su anterior trabajo en condiciones ligeramente alteradas. ABYSS se beneficia de 13 años adicionales del director que son básicamente (casi) ningunas.
En definitiva y resumiendo: BLACK
WATER: ABYSS no se beneficia en ningún
momento de todo lo que era fallido en BLACK WATER,
sino que se dedica a repetir los esquemas de la peor manera, ya que, si una película
de supervivencia con un cocodrilo no te entretiene, menos lo hará una subtrama de
telefilm de las 16 de la tarde que solo hace alargar tus ganas de abandonar el
visionado. Una película que no recomiendo en absoluto.