¡Por fin ha llegado! Sin duda MUERTE
EN EL NILO (2022), ha sido una
completa odisea para su director y actor Kenneth Brannagh, que
parecía que le seguía una maldición del mismísimo Egipto. Desde que su estreno
se retrasara por la pandemia, que uno de los actores (Armie Hammer)
tuviera de hobby enviar mensajes subidos de tono diciendo que era un caníbal,
aparte de videos donde se le veía esnifar drogas. Por otro lado, Gal
Gadot también demostró que también podía “hundir el barco” con unas
declaraciones a favor de Israel un poco controvertidas, así que Disney ha
tenido que aguantar el temporal hasta que las aguas se han tranquilizado, para
poder estrenar el largometraje.
Basada en la novela de 1937 de Agatha Christie, Muerte en el Nilo es un fascinante thriller de misterio dirigido por Kenneth Branagh sobre el caos emocional y las consecuencias letales que provocan los amores obsesivos. Las vacaciones egipcias del detective belga Hércules Poirot a bordo de un glamuroso barco de vapor se convierten en la aterradora búsqueda de un asesino cuando la idílica luna de miel de una pareja perfecta se ve truncada de la forma más trágica.
Después del éxito que obtuvo Brannagh con su versión de ASESINATO EN EL ORIENT EXPRESS (2017), estaba claro que una secuela llegaría en un momento u otro. Y hay que decir que el actor hace completamente suyo el icónico personaje de Hércules Poirot, ya que tenemos una escena inicial con un bonito homenaje a SENDEROS DE GLORIA (1957) y que nos pone en un contexto sobre el personaje y su bigote, además de que, en esta secuela, aparte de ser el personaje central, le pone alma y corazón, lo que hace que Brannagh demuestra la pasión y respeto que tiene a Poirot. Le da una fragilidad emocional y cautiva al espectador en todo momento.
Pero dejando de lado a Brannagh, la gran sorpresa del elenco ha sido Emma Mackey que sorprende como la femme fatale Jacqueline de Bellefort. Irradia energía y sensualidad que se vuelve irresistible. Dentro de este triángulo amoroso entre ella, Simon (Hammer) y Linnet Doyle (Gadot), está claro que cuando los tres comparten pantalla, ella sale como principal ganadora, ya que Gadot parece en “modo automático” y Hammer esta demasiado sobreactuado intentado ser un galán de la época de los años 20. Sophie Okonedo también brilla como la cantante de jazz Salome Otterbourne, que es tan elegante y llena de vida que incluso llama la atención de Poirot en términos amorosos. Incluso tengo que decir que me sorprendió para bien que el actor Russell Brand tuviera un papel serio en la historia, ya para los breves momentos que aparece, sin duda realiza una grata actuación.
MUERTE EN EL NILO brilla inmensamente a través de sus aspectos técnicos y de producción. El director de fotografía de referencia de Branagh, Haris Zambarloukos, ofrece un alcance elegante que mantiene a flote la tensión entre los espectadores y los personajes. Dado que esta película se filmó en varios lugares, se beneficia de ser una película hermosa y visualmente atractiva. Sin embargo, aparecen algunos efectos CGI muy cuestionables que te hacen preguntarte por qué no se arreglaron, ya que MUERTE EN EL NILO estuvo en un cajón durante varios años.
También hay aspectos que no son tan positivos. Bajo mi opinión creo que tanto ASESINATO EN EL ORIENT EXPRESS como MUERTE EN EL NILO, son películas que cumplen con el género al que pertenecen, pero poco más. Es como si Brannagh estuviera aguantando un “suficiente” durante todo el metraje y este orgulloso de ello. Aparte que si estas adaptando dos de las obras mas famosas de Agatha Christie, creo que le falta un poco de sabor cinematográfico en los interrogatorios a los personajes, que parecen demasiado automatizados. El elenco está bien, excepto los dos que he comentado anteriormente, pero apenas llegas a conocer a los personajes, ya que el guion se enfoca en el triangulo amoroso. Todo lo referente a los demás es presentado a través de la exposición del personaje de Bouc (Tom Bateman). Al ser unos personajes con una tarjeta de ¿Adivina Quién? el misterio puede ser menos interesante, y cierto es que hasta pasada una hora de reloj, no empieza el misterio per se.
En definitiva y resumiendo: MUERTE
EN EL NILO cumple con las
expectativas de entretener al espectador. Es una gran producción, con un guion
moderado, pero en ciertos momentos aburrido y con una buena interpretación de Brannagh
como protagonista, aparte de la soltura de Emma Mackey.
Es cierto que no ayuda a que la distracción mental sea la de: “Mira el caníbal
sexual”, “la sionista” y “los antivacunas” (Brand y Letitia
Wrigth) y que haberla dejado en un cajón tanto tiempo no le ha
funcionado bien. Es al fin de al cabo un “Who Dunnit” competente, pero que no
da mucho mas de lo que puede ofrecer este tipo de historias. Pero, aun así, la
recomiendo en pantalla grande, debido a su gran estilo visual y sonoro, que
recuerda a esas películas del Hollywood dorado.