Muy esperada por muchos/as espectadores, THE BATMAN (2022) es
un nuevo comienzo para el Universo DC, ya que un nuevo actor presta su
mandíbula al vengador enmascarado. La anterior caracterización del personaje,
interpretada por Ben Affleck fue dolorosa, en el sentido de que
su personaje se hundió después de dos películas (BATMAN
V SUPERMAN Y JUSTICE LEAGUE) que no siguieron las intenciones
originales de su cineasta, Zack Snyder. Peor aún, nos quedamos
con las ganas de tener un desarrollo del personaje en un largometraje
totalmente en solitario, para cargar sobre sus hombros la totalidad del
personaje, y bajo mi opinión, es una autentica pena. Ahora interpretado por Robert
Pattinson, Batman está asociado con el determinante "The",
como una forma de nobleza. Un hallazgo sobre todo de marketing para evitar
repeticiones y reivindicar al héroe.
En el segundo año de su lucha contra el crimen, Batman (Robert Pattinson) investiga la corrupción que recorre Gotham City y cómo conduce hasta su propia familia, mientras se enfrenta a un asesino conocido como Enigma (Paul Dano).
Incluso si las películas de superhéroes basadas en cómics son una fuente de ingresos absoluta que regularmente hacen vibrar la taquilla, es cada vez más difícil sorprender al espectador con cada nuevo lanzamiento. Un ejemplo de que las cosas se pueden hacer de otra manera es ahora THE BATMAN. En sí misma, no debería ser nada especial cuando alguien vuelve a ponerse un disfraz de murciélago, pero ha logrado el interés del público antes de su estreno.
Por un lado, eso depende del director. Cuando Matt Reeves (MONSTRUOSO) hace una película, al menos los amantes del cine son todo oídos, sobre todo después de ofrecernos dos grandes películas como fueron EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS (2014) y LA GUERRA DEL PLANETA DE LOS SIMIOS (2017) y eso generalmente significa algo bueno. Y cuando comienzan a unirse actores al proyecto, la anticipación se vuelve más grande. Colin Farrell como Pingüino y Paul Dano como Enigma definitivamente no son las ocupaciones más obvias que vienen a la mente. Pero eso es lo que hizo que fuera más interesante. Sin embargo, sobre todo, el compromiso de Robert Pattinson como Batman está plasmado en la pantalla. El actor, que fue juzgado erróneamente como un guapo pálido al comienzo de su carrera, se ha convertido en uno de los más interesantes de su generación. Películas como GOOD TIME (2017) y EL FARO (2019) lo han ayudado a atraer tanto al público general como a los fanáticos de proyectos independientes poco convencionales. En THE BATMAN, yo como espectador y lector de comics, compro totalmente su interpretación como Batman, pero, sintiéndolo mucho, no tanto como Bruce Wayne, ya que esa versión atormentada del huérfano millonario no me cuadra con su actuación, en la que sus expresiones de “no sé dónde estoy” me hacían desconectar de lo que ocurría en la pantalla. Aunque, hay una escena que comparte con el personaje de Alfred (convincente Andy Serkis) donde si me convence como Bruce. Pero espero, que en la secuela (que la habrá) esa versión de Bruce Wayne por parte de Pattinson sea más convincente.
El punto en común con la trilogía de Christopher Nolan es en el tono oscuro y realista de lo que cuenta la historia. Cuando Nolan impuso su tono, Zack Snyder en su díptico se deleitó con la tendencia. La película de Matt Reeves avanza hacia una singular oscuridad en la franquicia, liberándose (mucho) del concepto de superhéroe y todo lo que conlleva. Nos muestra un cine negro a la antigua, una investigación detectivesca, con Batman y el teniente Gordon (una buena actuación de Jeffrey Wright) con un cerebro manipulador que actúa sobre peones a fuerza de enigmas. La analogía con los thrillers de los 90 es obvia; sin embargo, y más de alguna persona lo ha comentado, hay que pensar claramente tanto en SEVEN (1995) y ZODIAC (2007) ambas dirigidas por David Fincher, como referentes para THE BATMAN.
Pero esta elección narrativa tiene un precio, y THE BATMAN dura casi tres horas y, en comparación con lo que cuenta, es demasiada extensa en metraje. Debajo de la máscara, lo humano se impone y el superhéroe se hace a un lado para reflexionar sobre el significado de las palabras justicia y venganza, él que es, a los ojos de la policía de Gotham, el representante de una justicia callejera que no pasa por los tribunales. Los resultados de tal obra son algo desequilibrantes. En muchas escenas, THE BATMAN es un thriller criminal que tiene una primera mitad de película muy interesante y emocionante con algunas ideas maravillosamente escritas en el guion. Sin embargo, las investigaciones son bastante insatisfactorias. Los acertijos generalmente se resuelven tan rápido que de alguna manera son superfluos. Y la parte final de THE BATMAN se vuelve completamente arbitraria, en un “extraño” clímax que parece una concesión a los estudios por dar al publico una escena de acción exagerada que no encaja con lo que parece que está construyendo anteriormente el director y coguionista Matt Reeves.
Además de esto, la música del compositor Michael Giacchino se vuelve molesta en ocasiones, sobre todo al inicio, cuando en una escena de investigación, poner una melodía no viene a cuento, y además roza demasiado el repetir demasiado ciertos temas durante toda la película. Y también ciertos diálogos se inclinan hacia el patetismo, por intentar ser más interesantes y serios de lo que realmente son, cuando en realidad no están contando absolutamente nada, o, pero aun, no se entienden.
En cualquier película de genero de cine negro, con oscuras historias de mafia y corrupción, el estereotipo de la mujer fatal suele ser evidente. Para este décimo largometraje de la franquicia de Batman, encontramos a un ícono querido por los cinéfilos, Selina Kyle, también conocida como Catwoman. Tuvimos a una excelente Michelle Pfeiffer en BATMAN VUELVE (1992) y a una lamentable Anne Hathaway en EL CABALLERO OSCURO: LA LEYENDA RENACE (2012), pero en THE BATMAN, la “felina” es interpretada por Zoé Kravitz. La actriz realiza un trabajo competente y en sintonía con los tiempos que corren. Catwoman lucha contra los feminicidios y se levanta contra el patriarcado. Y, sobre todo, la actriz juega con convicción, cosa que no fue el caso de Halle Berry en CATWOMAN (2004) la película homónima en la que su personaje era la heroína y cuya desventura artística se convirtió en un fiasco legendario y acabó con la carrera de Pitof como director.
En los papeles secundarios, los mafiosos del cine negro han encontrado en John Turturro y Colin Farrell interpretaciones inherentes al género que ama Martin Scorsese. Carmine Falcone (Turturro) y Oswald Cobblepot (Farrell) podrían haber encontrado su lugar en la película de DICK TRACY (1990), especialmente Colin Farrell maquillado como un personaje en las antípodas del símbolo sexual que es. En el papel del Pingüino, la estrella irlandesa está irreconocible, ya que evoca tanto al Pingüino al que Danny DeVito de la película de 1992, como a Joe Pesci en UNO DE LOS NUESTROS (1990). En su papel (limitado) admito que me lo he pasado muy bien con su actuación y esta sin duda, en la mejor escena de toda la película. Pero, toda la subtrama mafiosa de la historia se me hizo bola en mas de una ocasión. Y quien se lleva por mi parte los aplausos es Paul Dano como Enigma, con un villano tenso y enmascarado, más cercano a un esquizofrénico Bill Gates con alma de Maquiavelo, consigue robar parte del “Show” con escenas que son por poco, espeluznantes. Pero otra vez el guion en su parte final dinamita un poco el personaje, en una escena que pretende ser una critica social, y parece más un gag humorístico.
En definitiva y resumiendo: THE
BATMAN es una buena película, pero si
te pones a pensar en los fallos que tiene, estos se hacen cada vez mas grandes.
El tiempo de ejecución de tres horas esta totalmente sobredimensionado y algunas
escenas podrían haber sido eliminadas sin tener ningún tipo de relevancia en la
trama. A pesar de todas sus fortalezas (que tiene muchas), THE BATMAN comienza
como una película de genero de cine negro mezclado con un thriller áspero y
duro, pero que se aleja de la auténtica oscuridad del alma humana según pasan
los minutos para conformarse con clichés freudianos cuando la superproducción
carece de espectáculo y ritmo. Y es una pena, porque hay momentos de la película
que podrían estar entre lo mejor que ha tenido el universo cinematográfico DC hasta
el día de hoy. La dirección de Matt Reeves es muy solvente y hace
que los fallos de guion se noten menos, además de una fotografía de Greig
Fraser que nos ofrece un estilo visual atractivo. El potencial para una
gran película estaba ahí, pero en realidad no se implementa debido a la
narración a veces descuidada, a veces excesiva. Sin embargo, esta adaptación
definitivamente es buena y te hace sentir curiosidad por las diversas secuelas
y spin-offs que ya se están planeando dentro del estudio.