Chicos Buenos (2019)


Después de ser invitados a su primera "fiesta del beso", tres buenos amigos (Jacob Tremblay, Keith L. Williams y Brady Noon) destrozan por casualidad un dron que tenían prohibido tocar. Para reemplazarlo, se ausentan de clase y toman una serie de decisiones erróneas, involucrándose en un caso relacionado con droga, policía y, sobre todo, con muchas lágrimas.

Las comedias de adolescentes obsesionados con el sexo han existido durante décadas, a menudo reinventado el sentido del humor específico de cada generación. Con BUENOS CHICOS (2019), el director Gene Stupnitsky reinventa el género de la comedia una vez más, esta vez con chicos preadolescentes que están a punto de convertirse en adolescentes en toda regla. Los protagonistas más jóvenes permiten algunos chistes sexuales diferentes, en su mayoría basados ​​en su falta de conocimiento sobre el sexo, todo mientras intentan contar una historia conmovedora sobre crecer individualmente y cómo eso afecta las amistades de la infancia. CHICOS BUENOS se enfoca demasiado en el humor obsceno de esta comedia obscena protagonizada por preadolescentes, a menudo en detrimento de los personajes y los ritmos emocionales y cómicos.


Con un guion de Stupnitsky y Lee Eisenberg, CHICOS BUENOS realmente se apoya en el humor obsceno en su premisa, haciendo bromas sobre Max y sus amigos descubriendo el sexo en nuestra era moderna, con búsquedas sobre pornografía en un portátil y peleas con chicos de una fraternidad. Los chistes constantes impulsan la película a través de su trama bastante delgada, pero el aluvión de chistes sexuales se vuelve muy tedioso a veces, especialmente porque los únicos otros chistes en la película se basan en la falta de conocimiento de los niños sobre las drogas, que es solo una extensión del chiste sobre el “no conocimiento” del sexo. Con el resultado de Stupnitsky y Eisenberg lanzando todo tipo de chistes sexuales y de drogas entre preadolescentes, podrían haber creado temas sobre los que hacer reflexionar al público sin eliminar el divertimento, pero no funciona y se destaca muy poco.


Además, con el guion y la dirección centrados en gran medida en el humor, deja poco espacio para la emoción real en CHICOS BUENOS. La historia debe estar arraigada en cómo la amistad de los niños está evolucionando a medida que crecen, y mientras CHICOS BUENOS lleva su relación en una dirección convincente en el tercer acto (sin duda, lo mejor de la película) este arco emocional se ve debilitado por el constante aluvión de bromas flojas. Por su parte, Tremblay, Noon y Williams hacen lo que pueden con el guion. Si bien se puede decir que Tremblay tiene el papel más sólido, que logra gracias a su talento, Williams termina robando la mayoría de las escenas gracias a su encanto e ingenuidad con su personaje Lucas. Juntos, los tres actores trabajan eficazmente entre sí, trayendo diferentes personalidades a CHICOS BUENOS, pero se encargan principalmente de llevar a cabo los chistes para adultos, y lo hacen bastante bien.


En último lugar, CHICOS BUENOS es una comedia lo suficientemente agradable, aunque no está claro exactamente para quién está dirigida esta comedia. Ciertamente no está destinado a los preadolescentes reales (que realmente suelen caer más ante una película de terror que una comedia) y donde de todos modos no entenderían la mayoría de los chistes (al menos eso creo). El humor de CHICOS BUENOS está dirigido específicamente a adultos que entienden que los consoladores no son armas y las muñecas sexuales no son muñecos de RCP. Pero mientras la película puede que les recuerde a los adultos sus propios años de adolescencia, la historia está tan arraigada en el presente, con Internet y los drones, que tampoco es del todo para un público más adulto. No es especialmente para espectadores adultos que no quieren ver adolescentes que ven porno por primera vez o pretenden haber tenido relaciones sexuales con su precoz edad.


En definitiva y resumiendo: Aquellos interesados ​​en la comedia obscena de CHICOS BUENOS o quienes disfrutaron de los tráileres pueden pasar un rato simplemente agradable viendo esta película. Algunos de los mejores chistes se incluyeron en los avances, pero hay suficientes chistes (posiblemente demasiados y muy repetitivos) en la película para mantener a los espectadores “entretenidos” en sus 90 minutos de duración. Sin embargo, CHICOS BUENOS no puede justificar el hecho de gastarse el dinero en una entrada de cine. La película promete una comedia obscena con protagonistas preadolescentes, y cumple esa premisa, pero no ofrece nada nuevo ni original. Aquellos que esperen una versión de los niños que alcanzan la mayoría de edad en la era moderna con reflexiones tanto para ellos como para el espectador, lo mejor es pasar de largo. Si bien algunos cinéfilos pueden estar satisfechos solo con chistes obscenos quizá para los demás es mejor esperar a que salga en formato digital o físico.