Terrores Nocturnos: Hellbound: Hellraiser II (1988)

 

Lo que es tan sorprendente de la franquicia HELLRAISER es que ninguna secuela es una repetición de su predecesora. Lo que significa que no debe colocarse al mismo nivel que HALLOWEEN o VIERNES 13, por admirables que sean estas franquicias. Porque cada película tiene un nuevo infierno que ofrecernos. HELLRAISER (1987) estaba restringida a una casa: un infierno privado y contenido. HELLBOUND: HELLRAISER II (1988) nos lleva a mayores profundidades, ya que heroína adolescente de HELLRAISER, Kirsty, se enfrenta a los Cenobitas en su propio terreno.

Kirsty Cotton (Ashley Laurence) acaba recluida en un sanatorio donde intenta olvidar la pesadilla vivida con la muerte de sus padres. Sin embargo, allí coincide con el siniestro Doctor Channard (Kenneth Cranham) quien encuentra en la joven, la pieza que necesita para llegar al éxito en sus intentos de encontrar la puerta a una dimensión oculta.

Sin duda HELLBOUND: HELLRAISER II es una película menos aterradora que HELLRAISER. El tema del incesto profundamente perturbador se minimiza aquí (aunque el eslogan, 'ven con papá', y en un caso, 'ven con mamá', permanece). Sin embargo, lo que le falta a la película en sustos, lo compensa con un estilo y atmosfera muy visuales. Tenemos tres escenarios completamente nuevos contra los que se juega la acción. Tanto el hospital psiquiátrico como la casa del Dr. Channard tienen una escasez que contrarresta maravillosamente los efectos sangrientos, pero de buen gusto. En cuanto al mundo de los cenobitas, es posiblemente la representación más sorprendente y desconcertantemente original del infierno jamás vista en la pantalla. Aquí no hay fuego ni azufre para Clive Barker. Un laberinto, pintado como un carnaval espeluznante e impregnado de un surrealismo sombrío y una lógica de pesadilla. Los cadáveres se ondulan bajo sábanas sobre losas, los espejos reflejan otros espejos, los bebés se cosen la boca para callarse y, en el centro de todo, un misterioso y potente objeto negro que flota: el Leviatán.



También son impresionantes en esta película el maquillaje y el vestuario. Los viejos cenobitas regresan, luciendo muy parecidos, pero esta vez no están todos. Julia (Clare Higgins) resucita como una criatura pegajosa y sin piel (muy parecida a “tío Frank” en la primera película). Durante la sección central de la película, está vendada como una momia, con solo sus ojos, fosas nasales y boca visibles, y usa un elegante vestido gris al estilo de los años 40, que le da el aspecto de un vampiro en una película de terror de los años 50. En cuanto al Dr. Channard, cuyo deseo de conocimiento a cualquier precio lo lleva al mundo de los cenobitas, pronto se convierte en un demonio con tentáculos creados por stop-motion que brotan de sus manos, y el hombre en si es movido por un extraño tentáculo de forma fálica.



Sí, el doctor debería dar mucho miedo. De hecho, ciertamente lo sería, si no fuera por sus interminables diálogos chanantes. En una película de este estilo, estos episodios de "humor" fuera de lugar sobresalen negativamente. Aparte de eso, su actuación es buena, pero la verdadera estrella del equipo de los villanos es Julia. Ella se destaca en esta película, planteando una amenaza mayor que Frank, cuya parte en la película es breve. Sin embargo, las mejores líneas de dialogo se las dan a Kirsty, porque a diferencia de la primera película, aquí sí que actúa como la verdadera heroína de la historia.



Ashley Laurence (Kirsty) sí que es carismática en su papel. Ella venció una vez y lo volverá a hacer. Otra pequeña gran actriz, Imogen Boorman (interpretando a Tiffany, una niña muda que se obsesiona con resolver acertijos) se une a Laurence en esta aventura. ¿Puedes adivinar cómo encaja ella en la historia? Sí, yo también, pero realmente funciona. Por cierto, tenga cuidado con una invaluable inversión del viejo cliché donde las primeras palabras de una persona muda son siempre algo profundo y conmovedor…



Si bien HELLBOUND: HELLRAISER II sobresale en la atmósfera, la imaginación y las escenas sangrientas, claramente queda atrás en uniformidad y coherencia, lo que en algunos momentos la hace simplemente incomprensible y aburrida. Asimismo, la dirección de Tony Randel y la edición sobre todo hacia el final no está al nivel que le gustaría a Clive Barker, quien, aunque no parece tener mucha implicación en la producción, está comprobado que fue cercano como consultor, ya que la mayoría de las escenas efectivas de HELLBOUND son las mismas que las de HELLRAISER. Por otro lado, está claro que HELLBOUND es una película de presupuesto relativamente modesto hecha para fanáticos del terror y, como tal, es un éxito en algunos sentidos, ya que la gran mayoría de los espectadores de películas de terror consideran HELLBOUND a la par con HELLRAISER, si no mejor (aspecto que no comparto ni borracho).



En definitiva y resumiendo: HELLBOUND: HELLRAISER II en mi opinión es peor que la original, debido a un guion que a partir de la mitad hace aguas por todos lados, a pesar de que en lo que se refiere al estilo visual, efectos y escenas sangrientas es superior a la primera. Pero el ritmo de HELLBOUND se hace notar en bastantes ocasiones y eso juega en su contra. Y si, hasta ahora no he mencionado al querido “Pinhead” que, si es cierto, que aquí le dan más líneas de dialogo y una breve escena de que en un tiempo pasado fue otra persona, pero el guion le da el papel de villano cenobita al Dr. “Frases graciosas” y eso es un gran error, porque una película de HELLRAISER sin el liderazgo de Pinhead, pues no es lo mismo. Si te gusta el estilo visual de una película y escenarios malsanos disfrutaras con HELLBOUND, pero como empieces a fijarte en el guion… empezaras a dudar de demasiados aspectos.