Mariah Carey es Billie Frank, una joven cantante de gran
talento que lucha por abrirse camino en los escenarios de Nueva York. Con mucha
fuerza de voluntad, una voz extraordinaria y la ayuda del atractivo
pinchadiscos de una discoteca, Billie comienza a recorrer el camino del éxito,
en el que descubrirá que no todo es brillo y glamour, sino que es un mundo en
el que también abundan la traición y la mentira.
Cuando las divas del pop hacen una película, tienen que
fingir que es más que una excusa para vender para la banda sonora. Mariah
Carey ni siquiera se molesta lo mas mínimo en que no se note, donde
tanto su horrible actuación como un guion que va pisando todas las líneas establecidas
para colocarte después de cada escena, la canción de turno de la Sra. Carey.
La cantante (me niego a decir actriz) durante el metraje cambia mucho de
modelito y camina a través de las calles nocturnas de Nueva York en chaqueta de
cuero negro, pantalones vaqueros apretados y botas altas sin ser abordada por
hombres en coches preguntando por sus “servicios”. Posiblemente todo el
presupuesto se haya ido a cantidad de maquillaje que se pone durante el metraje,
donde no puede parar de tener
una cara de “Grinch” perpetua donde solo se le
ven caer dos lagrimas durante la historia (pero con su cara de “Grinch” para
que de más grima).Ella se llama a sí misma Billie Frank, que comienza como cantante de reserva para la novia de un productor discográfico y es descubierto por Dice (Max Beezley), un DJ en Chicago. “Dice” le comenta que la convertirá en una estrella. Ella dice que está bien. “Dice” le invita que vaya a su casa. Ella dice que Noel le dice cinco minutos. Ella dice tres. Tú ya sabes el resto…
Todo lo que temes del negocio de la música está aquí.
Excepto drogas que no aparecen en ningún segundo del metraje. Una vez que ha
firmado con la gran compañía discográfica, sus compañeras, que bailan y “cantan”
detrás de ella, están marginadas y un pretencioso director de cine (atención, a
su horrible doblaje en castellano) es contratado para rodar el video pop donde lo
importante es que la cantante enseñe carne, ya que cante sinceramente se la “sopla”.
Así de duro es el mundo musical en la película GLITTER.
¿Ha perdido contacto con sus raíces? Por supuesto. ¿Cuáles
son sus raíces? Esa es otra historia, rápidamente pasada por alto durante los
créditos de apertura. Mamá (Valarie Pettiford) era un cantante
de blues que debido a sus problemas con… no se sabe (drogas ejem), daba su
pequeña hija a los servicios sociales.
En algún lugar por ahí, ella está sufriendo todavía. Y cuando piensas que no
puede acabar peor la pelicula, el guionista te hace un “giro de guion” que hace
que te partas de risa del todo.
Beezley tiene la apariencia de Jon Bon Jovi pasado por el filtro de mucha cocaína y
vendedor de su cuerpo al mejor postor en cualquier metro de Nueva York. A pesar
de que la química sexual no funciona (ni quiere).Aparte de ello es tan “chico
malo” que la protagonista le deja pasar cualquier tipo de mala situación, tan
mala como en la escena donde a sus dos mejores amigas las llama “culo gordo” y “buscona”…así
de tipo duro es el persona de Max Breezley.
En definitiva y resumiendo: GLITTER es un vehículo para fans
de Carey o amantes del ciclismo ya que la cantante se atreve con un modelito de
“Vitalicio Seguros”. Lo escrito es solo un pequeño porcentaje de lo estúpida que
puede llegar a ser la pelicula, pero lo mejor es que lo descubráis por vosotros
mismos, si sois valientes claro…