Un grupo de combate formado por soldados de élite debe
investigar la desaparición de otro grupo especial que se encontraba a cargo de
vigilar un complejo de alta tecnología llamado el Templo. La edificación se
trata de una instalación de inteligencia artificial en cuyo interior los
soldados, liderados por el capitán (Wesley Snipes), se encontrarán al
otro comando eliminado sin poder saber quién es el autor de la masacre.
Cuando se estrenó LOS MERCERNARIOS 3 (2014)
pensábamos (yo el primero) que el actor Wesley Snipes sería capaz de
restaurar lo que quedaba de su carrera después de años de participar en el cine
de Serie B y los problemas personales que lo llevaron una temporada entre
rejas. Snipes siguió con una aparición en CHI-RAQ (2015) que es de lo mejor que ha realizado Spike
Lee en años, pero parece que está destinado a ser un actor de acción veterano
que tiene que sobrevivir con películas “direct to DVD”.EL TEMPLO efectivamente
termina con el renacimiento de Snipes, volviéndolo a la
desagradable carrera que llevaba estos últimos años. No podía parecer más
aburrido aquí, pero es difícil culpar al actor por la somnolencia cuando está
emparejado con el director John Stockwell, que rara vez, si es
que alguna vez, pone un poco de esfuerzo en sus películas como TURISTAS
(2006) o MAREA
LETAL (2012).
EL TEMPLO tiene la
poco envidiable tarea de explicar lo que la historia ofrece en un planteamiento
bastante común pero con una estructura extraña (con cambios de géneros
incluidos).El guionista Matt Savelloni comienza con algo
sofisticado, echando un vistazo a los tratos secretos del gobierno y las
herramientas de alta tecnología para extraer información de los terroristas internacionales,
incluyendo un sub-mensaje sobre la crueldad militar. En las manos de Stockwell, EL TEMPLO no llega a despegar del todo una vez que tenemos un
giro de guion y de planteamiento hacia la mitad del metraje, en la que no
alcanza ningún tipo de tensión al respecto, incluso teniendo una cárcel “abandonada”
como escenario principal.
La película sigue la fórmula, con el escuadrón de rescate
entrando en el Templo, descubriendo sus horrores ocultos, pero con un
desarrollo que a veces se vuelve un poco lento. Stockwell no tiene prisa,
rellenando la función con disparos de personajes que no lleva a nada, o escenas
de rellena que no consiguen la tensión en la pantalla (como dos personajes que
se tiran 5 minutos abriendo puertas para descubrir absolutamente nada). Las
personalidades no son tan convincentes para empezar de todos modos, con
personajes totalmente “cliché” (por ejemplo Isaac es el veterano cansado, Paul
es el inexperimentado nuevo chico).La unidad está buscando respuestas, pero en
lugar de la simplicidad de género de acción, trata de hacerse demasiado
complicado, trabajando a través del descubrimiento de cadáveres frescos y
cámaras de seguridad de los asesinatos, que muestra que “algo” les está dando caza.
Esta segunda mitad estaría más cercana al terror que a la acción, donde por lo
menos el ritmo comienza a acelerar y a volverse un poco más entretenido.
La acción es escasa
en EL TEMPLO,
mientras que es agradable ver a Anne Heche repartiendo alguna que
otra “tollina”, la mayor parte de la pelicula,los personajes se dedican
a los a mirar fijamente a las pantallas y a posar delante una horrible iluminación que
parece un club nocturno. Las actuaciones tampoco son notables, con Snipes
en modo automático, donde solo nos ofrece una breve pelea al final de la película.
En definitiva y resumiendo: EL TEMPLO tiene una estructura
que parecen dos películas, una de acción y otra más enfocada al terror, el
problema es que como película de acción no ofrece nada nuevo que no se haya
visto ya. La segunda mitad, más cercana al terror, llega a ser al menos entretenida,
a pesar de la horrible dirección de Stockwell
en la que ni se esfuerza a asustar al espectador con alguna
secuencia truculenta (a pesar de tener alguna escena “gore”), pero como
curiosidad y para fans totales de Wesley Snipes, podemos decir que no
es un completo desastre, más cercana a película de “después de comer” que a una
producción aceptable