Cuando el cuartel general de la agencia secreta es
destruido, se descubre una organización de espionaje aliada en EE.UU. llamada
Statesman, cuyo origen se remonta a la fecha en que ambas fueron fundadas. En
una nueva aventura que pone a prueba la fuerza y el ingenio de sus agentes,
ambas organizaciones secretas de élite aúnan sus esfuerzos para intentar
derrotar a su enemigo común y salvar al mundo... algo que está convirtiéndose
en una especie de hábito para Eggsy.
KINGSMAN: SERVICIO SECRETO
(2014) dirigida por Matthew Vaughnn dio una gran sorpresa
al público que fue a verla. Fue una película que nadie pensó que sería tan
buena como lo era, sino que también hizo estrella legítima a Taron
Egerton y a Colin Firth verlo brillar como un líder en una película de
acción “Hardcore” (solo tenemos que recordar la escena de la iglesia) y que parecía
un homenaje con “amor” de Vaughn a la era de Roger
Moore como James Bond. Ahora nos llega KINGSMAN: EL CIRCULO DORADO, una secuela con
mucho mas presupuesto, pero también que carece completamente de lo que hizo que
la original fuera tan grande, el elemento sorpresa…
A menudo predecible, hasta la resurrección de Harry (el
personaje de Colin Firth) que no ha resultado ser una sorpresa ya que se la
cargaron en el tráiler y en los carteles de la película, EL CIRCULO DORADO juega más como una secuela de una comedia que una
segunda entrega de una franquicia de acción. Con un exagerado metraje de 140 minutos,
se dedica a replicar gags de la original (o reciclarlos) o cuando nos
ofrecen secuencias de acción bien
realizadas pero con demasiado CGI (o me dio esa sensación) y dándole una sensación
de violencia de “cartoon” que va camino de convertirse en una seña de ambas películas.
La primera tenía en un estilo exagerado, pero se basaba en
una historia intrigante, con un chico de clase baja convertido en unos agentes
secretos de finas costumbres, de estilo Bond. ¿Familiar? Sí, pero fue convincente,
gracias a los actores y la dirección ingeniosa y el guion de Vaughnn,
co-escrito junto Jane Goldman pero que en esta secuela ha perdido algo de
identidad.Eggsy y Harry están de vuelta, pero casi no tienen desarrollo como
personajes (como si todo se diera solo para demostrar que tienen un gran
presupuesto) y parece que Vaughn
dirija la película con el piloto automatico, como si fuera un “blockbuster” más
sin personalidad. Todavía contiene un
montón de sangre y insultos, pero no hay espíritu anárquico.Asi que está claro
que no esperes nada tan agresivo como el increíble tiroteo de la iglesia de la
primera película.
Como villana tenemos a Julianne Moore que comienza
demasiado bien, para poco a poco ir desinflándose y llegando a ser un poco
familiar a Samuel L. Jackson en la
original, una vez más acompañado de un secuaz parcialmente robótico (ahora es
el ex rival de Eggsy, Charlie, interpretado por Edward Holcroft) y con
una celebridad siendo prisionera que es Elton John como él mismo
(probablemente lo más divertido de la película).El grupo de los “StateMan”
tiene algún momento divertido, pero es un pena que se utilice tan poco a Jeff Bridges y Channing Tatum que parece
que estén solo como un par de cameos. Pedro Pascal es el que sale mejor parado (con su “comba”) e
incluso Hale Berry tiene un personaje para dar replica al de Mark
Strong.Aparte de ello hay escenas que se podrían haber recortado mucho más,
sobretodo la que transcurre en el festival de Glastonbury, pero contiene una
escena provocadora y que será recordada por el público.
En definitiva y resumiendo: KINGSMAN: EL CÍRCULO DE ORO es entretenida, teniendo algunos buenos momentos como
todo lo que incluye al Presidente de Estados.Firth, al mismo tiempo
que tiene poco para desarrollar al persona, cumple como siempre y Egerton
sigue demostrando que puede ser un buen actor principal. Con buenas escenas de acción,
pero que no llega al nivel de su primera parte. Si KINGSMAN vuelve para una tercera
parte, espero que sea con el mismo sentido de la energía y estilo que la primera,
pero ante todo si eres fan de la acción y el humor, no te arrepentirás de
haberte gastado el dinero en una entrada de cine.