El oficial Mike Chandler (Nicolas Cage) y un joven
civil se ven envueltos en un robo de un banco que están llevando a cabo unos
hombres armados.
¿Qué tan bajo se puede establecer el límite? Eso es lo que
pensé viendo 211
(2018) el último de una asombrosamente cantidad
de películas directas a DVD/Blu-ray del actor Nicolas Cage donde parece
no salir. Mientras logra alguna victoria ocasional, como MOM & DAD (2017) o la muy esperada MANDY (2018) “películas” como USS INDIANAPOLIS son tremendamente malas. Inicialmente, pensé que
no iba a ser tan mala, pero 211 es un nuevo fracaso.
Con valores de producción que no habrían ocurrido en una
película de Lorenzo Lamas de los noventa, es doloroso ver 211, gracias a la certeza de que Cage
ya no está por encima de las películas de Serie Z sin ningún tipo de valor. Posiblemente
el director York Shackleton pueda rivalizar con alguien como Ed
Wood, pero no creo que sea quien tenga la culpa, ya que la productora
le daría el mínimo dinero y recursos para poder realizarla y que Cage
se rompiera el tobillo al principio del rodaje (vete a saber cómo) no ayuda
mucho a la película.
Comercializada ridículamente como "inspirada" por
una historia real (en este caso, el famoso tiroteo en un banco de Los Ángeles
en 1997 donde el LAPD se enfrentó a ladrones que portaban un arsenal) no deja
de ser una película de policías y ladrones en un banco y lo que los tráilers no
dicen es que Cage está aparece como un personaje de apoyo. Tal vez limitado
por su disponibilidad, el solo aparece en el segundo acto, y está ausente
durante largos períodos de tiempo en la pantalla. Otra cosa que los tráilers
tratan de ocultar es que Bulgaria se transforma en los Estados Unidos, con
pantallas verde de mala calidad y un barato diseño de producción. Peor aún, la
mayoría de los actores, a excepción de los protagonistas, parecen haber sido doblados
por actores estadounidenses para encubrir sus acentos extranjeros, con un
lamentable efecto.
Dejando a un lado las limitaciones técnicas, el guion es
ridículo y está cargado de “absurdos” como el hecho de que los policías dispara
indiscriminadamente miles de disparos contra un banco donde están retenidos los
rehenes, o que la hija de Cage en la película, puede ingresar
al hospital quirófano a voluntad en mitad de una cirugía. Aparte de eso,
contiene un final donde es obvio que ninguno de los actores está juntos en la
misma habitación. Ni Troma en sus peores momentos hubiera permitido eso.
En definitiva y resumiendo: Incluso a los leales a Cage
(en los que me incluyo) les aconsejo no ver 211, ya que es realmente tan mala
como parece ser y una muestra de dónde puede llegar el nivel del actor. Los
fanáticos del cine clásico pueden recordar cuando Buster Keaton se vio
obligado, en sus años posteriores, casi indigentes, a hacer cameos en películas
del género “Beach Party” de los sesenta. Pues imaginen hasta dónde puede llegar
Nicolas Cage al que le queda poco para aparecer en una película de perros
parlantes.