Unos recién casados (Sandler, Aniston)
estadounidenses que visitan Europa en su luna de miel, quedan atrapados en el
misterio de un asesinato después de presenciar un crimen.
Adam Sandler ha conseguido un trato bastante
bueno con Netflix. Una y otra vez, ha podido ir a lo que debe equivalerse a
unas vacaciones multimillonarias y llevar a todos sus amigos al viaje, solo con
la condición de que al final se realice una película de 90 a 100 minutos. En su
última película, CRIMINALES EN EL MAR (2019) se ha emparejado una vez más con Jennifer
Aniston (SIGUEME EL ROLLO)
mientras los dos se trasladan a Europa como marido y mujer, entrando en todo
tipo de chanchullos a través de hermosos escenarios de fondo. Si bien estoy
seguro de que fue toda la experiencia mágica en el plató, lo que sea que se
extraiga es algo que no posee ningún misterio y tan solo leves sonrisas, algo
que gustara solo a los fanáticos acérrimos de Sandler.
Si bien no puedo imaginar que alguien en cualquier lugar vea
esto en busca de una historia competente, una película llamada MURDER MYSTERY en
su título original debería al menos tener algún tipo de lógica interna que haga
que todo resulte un misterio. Pero tal vez seria ser demasiado iluso como
espectador. Para no escatimar en el sol, la brisa y las calles europeas, Nick y
Audrey pueden pasear tranquilamente y asistir a fiestas lujosas, a pesar de que
todos están tan seguros de que han cometido un asesinato, incluso de paliar a
las personas que los culpan. El primer lugar, no hay evidencia o motivo real de
sus "delitos" y, sin embargo, son las personas más buscadas. Incluso
a ellos no parece importarles mucho, ya que los dos intentan demostrar su
inocencia con la narrativa de "Hmm, me pregunto quién podría haberlo
hecho", así que necesitamos buscar pistas y llevando al espectador de un gag
mal ejecutado a otro. Esto no es una parodia al juego del “Cluedo”, sino más
bien un viaje a sitios donde unas personas son buscadas por asesinato.
Sandler está lejos de actuar, teniendo la
misma energía que tienen su camiseta floreada y unas gafas de sol, murmurando
casualmente insultos y chorradas varias. Nick es, en prácticamente todos los
sentidos del significado, un terrible oficial de policía. Parece que no se
inmuta ni se preocupa cuando asesina al multimillonario en cuyo yate están, lo
que pone en movimiento la parte "misteriosa" del título. En su lugar,
comienza a hacer una lista de los pasos que se deben seguir después de un
asesinato, todos antes de llevar un enorme plato de gambas a su habitación,
donde puede ponerse hinchado a comer y echarse una siesta (pretendiendo ser gracioso)
Varias veces su personaje habla de cómo está "Cansado" o "Con hambre
canina", que puede haber sido alguna escena que se quedara grabada entre
tomas durante la película.
Aniston, por otro lado, tiene suficiente
energía para compensar la falta de actuación de Sandler, asumiendo la
resolución de los misterios reales como fanática de todo tipo de novelas
policíacas. Tal vez el punto de vista fue que Sandler es tan malo en su trabajo
mientras que ella hace una buena actuación, pero este concepto es que el es un
policía torpe y ella la detective y que nunca eso se aprovecha durante la
historia. Aun así, su compromiso compensa el hecho de que no hay un conflicto
real entre Nick y Audrey más allá de las bromas matrimoniales habituales, lo
que los dos actores hacen “bien”. Si CRIMINALES EN
EL MAR hace algo, reafirma que
incluso en los momentos más oscuros, Aniston proporciona la luz
necesaria.
También hay buenos actores/actrices aquí, con Evans
tratando de sacar lo máximo de su sospechoso personaje de vizconde, a pesar de
ser muy infrautilizado. Lo mismo ocurre con Gemma Arterton como
la actriz Grace Ballard, quien asume lo que debe ser el papel de la “femme
fatal” con al menos un poco de alegría exagerada, una vez más,
decepcionantemente subutilizada. El resto está cargado de personajes cuya
principal cualidad es que hablan con acentos divertidos, como Adeel
Akhtar, un Maharaja que parece hacer una pobre actuación de Ali G.
En definitiva y resumiendo: Me niego a volverme un hater total
de Sandler diciendo que es un mal actor. Por el contrario, me
molesta ver que películas como CRIMINALES EN EL MAR me molesta tanto. El actor es capaz de mucho más,
pero se ha encontrado en una espiral de comedias indiferentes, aburridas y
mediocres en las que él mismo parece estar cómodo. A pesar de que tiene una
química casual y atractiva con Aniston, eso de ninguna manera
impide que su última película no tenga esfuerzo alguno en resultar al menos “entretenida”.
Tal vez la próxima vez que quiera tomar unas vacaciones caras pueda gastar su
propio dinero, llevar a todos sus amigos al viaje más lujoso que alguien haya
visto y darles el mejor momento de sus vidas, eso sí, que se asegure de dejar las
cámaras en el estudio.