Quinn (Elizabeth Lail) una joven enfermera,
descarga una aplicación para el móvil llamada 'Countdown', que puede predecir
el momento exacto en el que una persona va a morir. En ese momento descubre que
a ella sólo le quedan tres días de vida. Con el tiempo jugando en su contra y
tras ser perseguida por una persona desconocida, tratará desesperadamente de
burlar al destino antes de que se le agote el tiempo.
Imagina tener el poder de saber el momento en que se supone
que debes morir. Bueno, en la nueva película de terror titulada COUNTDOWN (2019) hay una aplicación en el móvil
para eso. Si esto te provoca terror, entonces probablemente es que aún no has
visto la película. Este nuevo thriller o terror para adolescentes toma la premisa
de que una vez que descargues esta aplicación, no podrás cambiar el futuro. Y
si lo haces, terminarás teniendo el mismo destino lo quieras o no. De hecho, la
historia se nota perezosa en todo momento. Por lo general, en una película de
terror, hay un conjunto de reglas que cumple el asesino. Aquí, esas reglas se
manejan de forma descuidada, se ignoran o se agregan aleatoriamente nuevos
aspectos por diversión. En última instancia, la única cuenta regresiva en la
que puede pensar el espectador es en que son solo 90 minutos de absurdo
entretenimiento.
¿Por dónde empezar? Pues claramente viendo esta película
solo te viene a la mente el título de una saga de terror que fue DESTINO FINAL, porque básicamente intenta copiar
todos los “trucos” que tenía esa saga, pero cambiando alguna cosa por aquí y
por allá. También hay una buena ración de “scary jumps”, pero solo lo consigue con
subidas de volumen de la música o ruido, seguido de un rápido vistazo a alguna
cosa extraña que sucede alrededor. Los “scary jumps” funcionan si eres una
persona que salta por todo, de lo contrario no hay ningún susto que consiga
moverte, ya que se hacen repetitivos. Sin embargo, podrían haber utilizado
mejor que es lo que se le aparece a la gente antes de morir, ya que es la única
“sorpresa” que puede tener la película.
Al principio, el director Justin Dec intenta
hacer una pequeña declaración sobre nuestro mundo actual. Una subtrama
extrañamente manejada involucra a Peter Facinelli, quien
interpreta a un médico con una espeluznante obsesión por Quinn. Después de un
suceso que ocurre durante la historia, la película se convierte en una parábola
de que es lo que tienen que aguantar las mujeres mientras trabajan. La forma en
que manejan este tema tan serio es un poco chapucera. De hecho, aquí estamos en
2020, y este enfoque particular se siente como una de esas películas que se emiten
los fines de semana por la televisión (también llamados telefilms). A pesar de
ser una idea “curiosa” parece que solo se utiliza para que la película se sintiera
un poco relevante entre las adolescentes femeninas.
A medida que el reloj sigue marcando y las cosas se ponen raras para Quinn, especialmente después de que su problemática hermana Jordan (Talitha Bateman) también se meta en líos, intenta obtener ayuda a través de una serie de encuentros un poco forzados. Uno involucra a un dependiente de una tienda de electrónica (Tom Segura) a quien le compra un teléfono nuevo. El otro es un sacerdote (PJ Byrne) que escucha rap y está realmente metido en la demonología. El problema es que cada una de estas pequeñas distracciones se suman a una línea secundaria desordenada que lastra la historia, si hubieran decidido solo enfocarse en uno de ellos, posiblemente las cosas hubieran ido mejor. En lo referente al elenco hay que dar un poco de crédito a Bateman, Lail y su coprotagonista Jordan Calloway, los tres protagonistas que hacen un buen papel con lo poco que pueden desarrollar sus personajes.
En definitiva y resumiendo: COUNTDOWN es exactamente lo que esperarías si conoces películas como SIETE DESEOS (2017) o SLENDER MAN (2018) y si tuviera que compararlas, COUNTDOWN es peor que SIETE DESEOS, pero mejor que SLENDER MAN. Las actuaciones están bien y no está horriblemente dirigida. El problema es que ofrece muy pocos sustos “reales” que no sean apoyados por una subida de volumen. Si te gustan las películas de terror adolescentes donde ya sabes lo que va a ocurrir en cada momento, quizá te entretenga lo suficiente. Para el resto de los espectadores, esta es solo otra película de terror descuidada y genérica.
A medida que el reloj sigue marcando y las cosas se ponen raras para Quinn, especialmente después de que su problemática hermana Jordan (Talitha Bateman) también se meta en líos, intenta obtener ayuda a través de una serie de encuentros un poco forzados. Uno involucra a un dependiente de una tienda de electrónica (Tom Segura) a quien le compra un teléfono nuevo. El otro es un sacerdote (PJ Byrne) que escucha rap y está realmente metido en la demonología. El problema es que cada una de estas pequeñas distracciones se suman a una línea secundaria desordenada que lastra la historia, si hubieran decidido solo enfocarse en uno de ellos, posiblemente las cosas hubieran ido mejor. En lo referente al elenco hay que dar un poco de crédito a Bateman, Lail y su coprotagonista Jordan Calloway, los tres protagonistas que hacen un buen papel con lo poco que pueden desarrollar sus personajes.
En definitiva y resumiendo: COUNTDOWN es exactamente lo que esperarías si conoces películas como SIETE DESEOS (2017) o SLENDER MAN (2018) y si tuviera que compararlas, COUNTDOWN es peor que SIETE DESEOS, pero mejor que SLENDER MAN. Las actuaciones están bien y no está horriblemente dirigida. El problema es que ofrece muy pocos sustos “reales” que no sean apoyados por una subida de volumen. Si te gustan las películas de terror adolescentes donde ya sabes lo que va a ocurrir en cada momento, quizá te entretenga lo suficiente. Para el resto de los espectadores, esta es solo otra película de terror descuidada y genérica.