
Simon West, director británico de películas como
CON AIR (1997), LARA CROFT: TOMB RAIDER (2001)
o LOS MERECENARIOS 2 (2012) ha decidido coger sus maletas y dirigirse a
China, para realizar su primer largometraje en ese país, una historia dentro
del género “catastrófico” he intentado imitar al cine americano, para intentar
ponerse a su nivel, en una película que se titula SKYFIRE
(2019).
La mejor manera de explicar SKYFIRE
seria decir que es una mezcla de UN PUEBLO LLAMADO
DANTE´S PEAK (1996) con JURASSIC WORLD (2015),
no porque aparezcan dinosaurios, sino por el estilo futurista que tiene el
hotel que esta instalado en una isla donde hay un volcán, que obviamente tendrá
una erupción volcánica y pondrá todo patas arriba. La película no pierde el
tiempo en comenzar y lanzar la carne al asador, ya que comenzaremos con una
escena de acción que finalizara en un drama personal para un par de personajes
principales de la historia, y donde ya podemos ver que el CGI en algunos aspectos
funciona (las tomas del volcán) pero en otras se nota demasiado su carencia (las
piedras volcánicas como si fuera meteoritos). Esta claro que Simon West
sabe filmar escenas de acción y de eso no hay ninguna duda.
Lo que ocurre con SKYFIRE
es simplemente su escaso guion, que solo se dedica a unir a un grupo de
personajes que son moldes de cualquier película de catástrofes de los 70 (EL COLOSO EN LLAMAS) y que tienen pocos trazos en
sus personalidades, tenemos a un padre sismologo que tiene una mala relación con
su hija (también científica), una pareja que se acaba de comprometer y el único
personaje que tiene un poco de desarrollo que es el hombre de negocios que hace
oídos sordos a los avisos de que el volcán puede explotar, solo para mantener
su hotel/parque de atracciones para gente rica y que es interpretado por el
actor Jason Isaacs haciendo un buen papel (y seguramente
disfrutando de unas vacaciones en el país).
Las escenas de acción empiezan muy potentes y eso es un
problema, ya que el tercer acto tiene un clímax final muy extraño e insípido, después
de un segundo acto con buenas escenas, que incluyen teleféricos futuristas, un
pueblo que caerá presa de la lava y una escena acuática que es muy poco creíble
(pero funciona). Como he comentado anteriormente, el CGI en ocasiones funciona
bien y en otras la pantalla verde chirría demasiado haciendo que el espectador
desconecte de la historia.
En definitiva y resumiendo: SKYFIRE
funciona como un simple entretenimiento de 97 minutos, con unas escenas para
morderse las uñas de la tensión y otras para echarse las manos a la cabeza. Es
una película de “catástrofes” que toca todas las teclas obvias para realizar
una historia que ya hemos visto muchas veces, pero debido a sus efectos
especiales y a las escenas rocambolescas, sin duda merece un vistazo, aunque solo
sea para una tarde tonta para ver algo de cine asiático.