Asia Presenta: SkyFire (2019)


En una isla volcánica se construye un centro vacacional con espectaculares atracciones. Pese al aviso de sismólogos de actividad volcánica, su dueño seguirá adelante con los planes, abriendo el parque de atracciones a inversores y sus familias.


Simon West, director británico de películas como CON AIR (1997), LARA CROFT: TOMB RAIDER (2001) o LOS MERECENARIOS 2 (2012) ha decidido coger sus maletas y dirigirse a China, para realizar su primer largometraje en ese país, una historia dentro del género “catastrófico” he intentado imitar al cine americano, para intentar ponerse a su nivel, en una película que se titula SKYFIRE (2019).


La mejor manera de explicar SKYFIRE seria decir que es una mezcla de UN PUEBLO LLAMADO DANTE´S PEAK (1996) con JURASSIC WORLD (2015), no porque aparezcan dinosaurios, sino por el estilo futurista que tiene el hotel que esta instalado en una isla donde hay un volcán, que obviamente tendrá una erupción volcánica y pondrá todo patas arriba. La película no pierde el tiempo en comenzar y lanzar la carne al asador, ya que comenzaremos con una escena de acción que finalizara en un drama personal para un par de personajes principales de la historia, y donde ya podemos ver que el CGI en algunos aspectos funciona (las tomas del volcán) pero en otras se nota demasiado su carencia (las piedras volcánicas como si fuera meteoritos). Esta claro que Simon West sabe filmar escenas de acción y de eso no hay ninguna duda.


Lo que ocurre con SKYFIRE es simplemente su escaso guion, que solo se dedica a unir a un grupo de personajes que son moldes de cualquier película de catástrofes de los 70 (EL COLOSO EN LLAMAS) y que tienen pocos trazos en sus personalidades, tenemos a un padre sismologo que tiene una mala relación con su hija (también científica), una pareja que se acaba de comprometer y el único personaje que tiene un poco de desarrollo que es el hombre de negocios que hace oídos sordos a los avisos de que el volcán puede explotar, solo para mantener su hotel/parque de atracciones para gente rica y que es interpretado por el actor Jason Isaacs haciendo un buen papel (y seguramente disfrutando de unas vacaciones en el país).


Las escenas de acción empiezan muy potentes y eso es un problema, ya que el tercer acto tiene un clímax final muy extraño e insípido, después de un segundo acto con buenas escenas, que incluyen teleféricos futuristas, un pueblo que caerá presa de la lava y una escena acuática que es muy poco creíble (pero funciona). Como he comentado anteriormente, el CGI en ocasiones funciona bien y en otras la pantalla verde chirría demasiado haciendo que el espectador desconecte de la historia.


En definitiva y resumiendo: SKYFIRE funciona como un simple entretenimiento de 97 minutos, con unas escenas para morderse las uñas de la tensión y otras para echarse las manos a la cabeza. Es una película de “catástrofes” que toca todas las teclas obvias para realizar una historia que ya hemos visto muchas veces, pero debido a sus efectos especiales y a las escenas rocambolescas, sin duda merece un vistazo, aunque solo sea para una tarde tonta para ver algo de cine asiático.