En la pequeña y tranquila población de Potters Bluff ocurren
una serie de extraños fallecimientos. Los muertos son forasteros, y todos ellos
presentan señales de violencia. Dan, el comisario, investiga estos sucesos casi
en solitario, ya que el forense, que podría aportar alguna pista sobre el caso,
se entrega más a la tarea de reconstruir los cuerpos que a la de buscar las
pruebas que el investigador necesita.
Hay en ocasiones que adquieres una película que no has
visto, la dejas en la estantería y no la ves en mucho tiempo, y la verdad es
que una vez vista te arrepientes de porque has tardado tanto. Uno de estos títulos
ha sido MUERTOS Y ENTERRADOS (1981) y que nada más comenzar veo que aparece el actor
Robert Englund en uno de sus primeros papeles, siendo el inicio
de una grata sorpresa.
MUERTOS Y ENTERRADOS es una impresionante actualización de los años 80 de
las viejas películas de culto que a los británicos les gustó especialmente
durante las dos décadas anteriores. El director Gary Sherman toma
un guion coescrito por Dan O'Bannon y le infunde atmósfera,
tensión y sangre para crear una pequeña y genial historia cinematográfica.
Revelar la historia sería estropear los giros y vueltas de la película. Además,
no es exactamente una película fácil de encasillar en los diversos subgéneros
que se disputan, lo que, por supuesto, es una de sus grandes fortalezas.
Sin embargo, MUERTOS Y ENTERRADOS no es genial simplemente porque es un poco única; en
cambio, funciona porque es solo una película muy entretenida con buenas
actuaciones y una sensación de misterio espeluznante que lo impregna todo. Una
morbilidad que es a la vez sombría y descarada; La fuerte violencia se compensa
con la presencia del peculiar funerario y otros encantos de la pequeña ciudad. El
inicio ya deja claro que va a ser algo diferente a lo visto y la historia esconde
bien sus cartas a medida que ocurren eventos extraños que le permiten al
espectador comenzar a conectar los puntos.
El reparto es notable; el mencionado Englund aparece
en un pequeño papel como uno de los espeluznantes habitantes. Curiosamente,
también hay un personaje que llama "Freddie" y termina gravemente
quemado. Otros rostros familiares que probablemente haya visto incluyen a Lisa
Blount, Glen Morshower, y Barry Corbin. Sin
embargo, esos no son las estrellas, que serían Farentino y Albertson,
quienes forman un dúo bastante extraño encargado de descubrir el misterio. Farentino
es un protagonista sólido con una determinación firme y sombría; Albertson
compensa eso con su peculiar personaje de funerario y ofrece una actuación
endiabladamente divertida que es como un cruce entre un científico loco y un
compañero excéntrico. Melody Anderson interpreta a la esposa en
pantalla de Farentino, y donde su peso en la historia toma
protagonismo en el tercer acto.
El resto del elenco existe principalmente para ser masacrado
por otro nombre famoso: Stan Winston, quien manejó el trabajo de
varios efectos de la película. Sus efectos de maquillaje son espeluznantes y tienen
un impacto visceral para puntuar el suspense y la atmósfera. La cinematografía poco
iluminada y granulada de Steve Poster proporciona el aspecto
adecuado para este tipo de película; En muchos sentidos, puede recordarte tanto
a LA NIEBLA (1980)
o EL ASESINO DE ROSEMARY (1981) y otros trabajos de principios de los 80 con
el mismo diseño visual.
En definitiva y resumiendo: MUERTOS
Y ENTERRADOS es una pequeña joya de
terror que merece ser desenterrada y disfrutada por todo el fanático de terror,
una mezcla de subgéneros que funciona durante todo el metraje y que una vez
acabada, pensaras ¿Por qué no la he visto antes?.