Terrores Nocturnos: Basket Case 3: La Prole (1992)

 

Si BASKET CASE 2 (1990) no dejó lo suficientemente claro que Frank Henenlotter tenía poco interés en simplemente repetir la primera película, entonces la segunda secuela definitivamente lo confirmó. BASKET CASE 3: LA PROLE (1992) no solo es completamente diferente BASKET CASE ¿DONDE TE ESCONDES HERMANO? (1982), sino que es otro giro más dentro de la historia. El hecho de que se filmara de forma consecutiva con la segunda película lo hace aún más impresionante; Disfruto cuando los cineastas no se contentan con ceñirse a una fórmula, sino que encuentran formas de darle la vuelta, y lograr eso dos veces en el lapso de un año muestra tener inventiva y porque no, agallas.

La saga tiene un giro de lo más inesperado. Los chicos Bradley van de excursión con la familia de "individuos especiales" hacia el sur porque Belial está a punto de ser padre. Pero unos ayudantes del sheriff secuestran a las criaturas monstruosas y la familia contraataca con terribles consecuencias.

Una vez más, se puede decir que el pensamiento de Henenlotter está realmente en mostrar el último giro de los acontecimientos en las vidas de Duane y Belial. Los dos están en desacuerdo durante gran parte de la película, y es comprensible ya que Duane trató de manera bastante contundente y horripilante el coser a Belial de nuevo a su lado. BASKET CASE 3 esta envuelta en una autentica locura, que culmina con una macabra venganza que se hace eco sutilmente del largometraje original, al menos en teoría. Si bien Henenlotter une sus múltiples subtramas con más gracia aquí que en la segunda parte, todavía parece que la presencia de la policía es una concesión que, sí, se supone que esta es una película con escenas sangrientas y además tiene el efecto de terminar la tensa relación de los hermanos porque prácticamente están obligados a cumplir con el deber de dar cuenta de una sangrienta venganza.



Es cierto que esto puede sonar demasiado a BASKET CASE 2, con los reporteros de esa película cambiados por un grupo de policías torpes; sin embargo, no se parece en nada a lo que vino anteriormente en esta franquicia. Obviamente, una tontería latente retumba inherentemente bajo la premisa de la franquicia de BASKET CASE, en la que un hombre lleva consigo su tumor desprendido de un gemelo siamés en una canasta. Aquí, sin embargo, no está latente en absoluto, ya que Henenlotter lo empuja a una “falsa vanguardia”, convirtiendo efectivamente esta tercera entrada en una broma conseguida. Sin embargo, que el lector no confunda esto con una autoparodia: donde muchas franquicias eventualmente (y sin saberlo) caen en tal estado, BASKET CASE 3: LA PROLE sabe que es una broma deliberadamente absurda, una que se siente intencionalmente alejada de sus orígenes. Atrás quedaron las calles mugrientas, sucias y llenas de inmundicia de la ciudad de Nueva York, aquí reemplazadas por antiguas granjas rústicas y pintorescas comisarías de policía en el ficticio condado de Peachtree. Abandonando todo sentido del realismo, Henenlotter se entrega a la locura desmesurada que surge naturalmente al sumergirse de cabeza en un mundo invadido por criaturas de látex.



Cada rincón de la película se ve afectado por la locura: los diseños de criaturas que ya eran llamativos en la secuela se unen a creaciones aún más grotescas, incluido el propio hijo de la abuela (Jim O'Doherty), que casi parece una versión “live action” del Mojo del universo X-Men. De camino a Georgia, Granny Ruth y el grupo comienzan a cantar y bailar improvisadamente en una escena que siempre se quedara en el recuerdo del espectador. Más locura abunda cuando realmente llegan a este pueblo, donde todos los ciudadanos se conocen, hasta la dulce hija del sheriff (Tina Louise Hilbert). Resulta que en realidad es una ninfómana y una fanática del sado.



Sin embargo, es completamente el producto de la imaginación salvaje de Henenlotter, que demuestra ser un campo de pruebas para los artistas de los efectos especiales. El clímax especialmente es demasiado divertido para descartarlo.



En definitiva y resumiendo: BASKET CASE 3: LA PROLE es un ejemplo de locura y delirio absoluto por parte del director Frank Henenlotter. A pesar de que la película tiene un poco de caos dentro de sus escenas (y la propia historia) pero al verla, uno nunca la podrá olvidar. Con el tiempo, la locura es casi hipnótica y por más que intentes evitar la mirada de esta tercera entrega, BASKET CASE 3: LA PROLE es muy convincente dentro del genero de terror loco y mas cuando el espectador piensa: ¿Qué es esta locura y como alguien aprobó que se hiciera?, siendo un broche de oro para la franquicia.