Dune (2021)

 

Y llego el día. La novela de Frank Herbert titulada DUNE y publicada en 1965, es un clásico absoluto y se supone que es el libro de ciencia ficción más vendido de todos los tiempos, pero si que es cierto que las adaptaciones a la pantalla no han tenido mucho éxito. La versión cinematográfica de David Lynch del año 1984 goza de cierto estatus de culto, pero esto se debe más a las imágenes surrealistas que al contenido que en más de una ocasión es criticado. Por otro lado, casi nadie recuerda la adaptación en formato miniserie que hubo en el 2000 titulada DUNE, LA LEYENDA y que incluso tuvo secuela con LOS HIJOS DE DUNE en 2006. Es probable que el destino de adaptar una novela que es inadaptable se salve en el tercer intento. Después de todo, no es otro que Denis Villeneuve el que asume la épica en un planeta desértico. Y si un director logra continuar e inspirar una película de culto absoluto, que el espectador se vea BLADE RUNNER 2049 (2017), entonces quizá haya que pensar en lo imposible y llevar el trabajo de Herbert adecuadamente a la pantalla grande.

Nueva adaptación del clásico de la ciencia-ficción de Frank Herbert que nos sitúa en el árido planeta Arrakis, el único lugar donde se encuentra 'la especia', la sustancia más codiciada y valiosa del universo. Cuando la familia Atreides llegue a este peligroso planeta para administrar la extracción de la especia, estará en el punto de mira de fuerzas malvadas cuyo plan será eliminarles.

No hay duda de que DUNE (2021) merece verse en la pantalla más grande del cine. Ninguno de los varios Blockbuster que han llegado a los cines este año te va a ofrecer un estilo visual como aquí. Desde el principio, el espectador descubre que los fondos son gigantescos, tanto en el planeta desértico como en otros lugares. Los efectos especiales no se guardan, por ejemplo, cuando aparecen los famosos gusanos gigantes o en las luchas posteriores. Y si no pasa nada, se puede admirar el vestuario, que varía entre lo militarista y lo folclórico según la situación. Esto último en particular funciona muy bien en la película: Villeneuve sabe cómo construir un mundo extraño y conocido al mismo tiempo. Lo suficiente para despertar la curiosidad y, sin embargo, ser lo suficientemente accesible para comprender los mensajes inconfundibles de los que trata la novela.



Hay algunos de estos mensajes. Cuando las poderosas casas se extienden a Arrakis, es para explotarlas. En una escena que no es necesariamente sutil, nos enteramos de que alguna vez hubo un plan para convertir el planeta en un oasis floreciente. Pero luego se encontró “La especia”, lo que arruinó estos planes. En caso de duda, la ganancia tiene prioridad sobre la ecología. La segunda declaración importante se refiere al respeto por otras culturas. Estos están simbolizados por los Fremen, un pueblo nativo que vive en las profundidades del desierto. Los Harkonnen, que gobernaba anteriormente en Arrakis, habrían preferido eliminarlos por completo y llamarlos bárbaros. Los Atreides son más abiertos después de la confusión inicial de cómo va a estar la relación entre ambos y si toda ira bien en el planeta Arrakis. En este punto, a más tardar, en el que se hace una referencia muy clara al colonialismo anterior, está claro: Atreides bueno, Harkonnen malo.



De hecho, el diseño personal de los personajes es la gran debilidad de DUNE. Todo es bastante simple, incluso dentro de los grupos individuales. Por impresionante que sea el elenco de la película (Rebecca Ferguson esta sublime) y donde Villeneuve pudo contratar a un cast de primera clase, los actores y actrices a pesar de su gran talentoso no pueden ocultar el hecho de que los personajes no son más que arquetipos moderadamente interesantes. Por un lado, es una pena porque se vuelve más difícil que el espectador se identifique con ellos emocionalmente. Por otro lado, esta concentración en lo esencial tiene la ventaja de que el espectador puede disfrutar de la aventura y el apoteósico estilo visual sin que se moleste en concentrarse en lo que está pasando, aspecto que otro director como Christopher Nolan que a menudo se considera más inteligente en sus películas de lo son realmente, Villeneuve sabe cómo equilibrar mucho mejor todo esto. Sobre todo, le interesa tener una visión visual sin fisuras y además sin ser excesivo en el contenido.



Eso es lo que tienen en común DUNE con BLADE RUNNER 2049, que también deleitaron al espectador con un mundo increíble. En una comparación directa, hay mucha más trama en DUNE (y eso se verá cuando si sucede la secuela, y se podrá hacer una valoración total) pero si bien BLADE RUNNER 2049 estaba aún más profundamente arraigada en los inicios del estilo del director canadiense, DUNE están más orientadas a una audiencia mayoritaria. Pero eso no tiene por qué estar mal. Después de que tantas películas de ciencia ficción en los últimos años, que fueron diseñadas para una gran audiencia, fueran bastante decepcionantes al final, esta es mucho más coherente y redonda en su totalidad. Los momentos folclóricos y esotéricos, también en lo que respecta a la opaca hermandad Bene Gesserit, son un recordatorio de que el género del “Space Opera” se está perdiendo, pero donde el espectador en DUNE tiene la sensación de que hay mucho más esperando ser descubierto.



En definitiva y resumiendo: DUNE en su primera parte (como así se descubre una vez empezada la película en los créditos) es una exitosa adaptación de la clásica novela de ciencia ficción, pero que sea exitosa, no quiere decir que haya sido adaptada a la perfección, ya que como he comentado en mas de una ocasión, es un libro inadaptable, pero que impresiona debido al esfuerzo que requiere traspasar lo del libro a un largometraje. Todo lo que conlleva los aspectos técnicos en genera es abrumador, el elenco funciona, pero los personajes son figuras muy esquemáticas. Lo que está claro es que DUNE estaba dirigida a una audiencia masiva, pero Villeneuve no pierde en ningún momento su estilo, a pesar de estar dirigiendo algo que se titula DUNE y eso es digno de aplaudir.


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