Una Buena Persona (2023)

 

El actor/ director y guionista Zach Braff estrena su tercera película, titulada UNA BUENA PERSONA (2022, donde en esta ocasión, no actúa como protagonista, y donde los protagonistas principales son la actriz Florence Pugh y el veterano Morgan Freeman.

Allison (Florence Pugh), una joven con un futuro brillante, y Daniel (Morgan Freeman), el padre de su prometido, sufren la misma pérdida trágica. En un momento de crisis, los dos protagonistas forjan una amistad que suscita la compasión y el perdón necesario para superar su culpa y encontrar la libertad.

La película comienza con una escena emocionalmente poderosa donde Allison va en coche para probarse vestidos de novia junto a su futura cuñada y su marido antes de un fatídico accidente. Esta secuencia establece el tono trágico para el resto de la película. De hecho, la primera mitad de la película es más una tragicomedia, destacando la impresionante actuación de Florence Pugh. Ella encarna con maestría a un personaje que está luchando contra sus demonios internos, dolorosos recuerdos y sobre todo una adicción a las pastillas contra el dolor (oxicodona). El director Zach Braff logra transmitir muy bien las emociones complejas que siente Allison en los momentos importantes. La forma en que maneja estos temas sensibles es eficaz y emotiva. También hay algunos momentos cómicos ingeniosos en esta primera mitad de la película que ayudan a equilibrar momentos más dramáticos, como una escena que ocurre en un bar con Allison encontrándose con dos compañeros de instituto.



Uno de los puntos fuertes de UNA BUENA PERSONA es sin duda el personaje de Allison. No solo logra transmitir las emociones extremas a lo largo de la película, sino también el cambio gradual hacia un mejor camino para ella misma. Su personaje evoluciona a medida que avanza la trama, mostrando diferentes facetas complejas y autenticas para que el espectador se sienta identificado. Otro punto positivo es Morgan Freeman. Freeman siempre es una valiosa necesidad a cualquier película, y en UNA BUENA PERSONA no es la excepción. Es una persona emocionalmente importante para Allison, a quien le transmite sabiduría y empatía, a pesar de estar unidos por una dolorosa perdida familiar.



Sin embargo, la segunda mitad de la película deja un poco que desear. Braff parece perderse en los eventos trágicos adicionales que añade a la trama, lo que lleva a una sensación general de sobrecarga dramática, donde todo lo que ocurre es negativo e innecesario. En lugar de centrarse en las historias principales, el director se dispersa en sub tramas que hacen que la atención del espectador sea difícil de mantener, además de un par de escenas que no cuadran con la personalidad del personaje de Morgan Freeman y una historia del pasado de Allison que tampoco añade nada a la historia, pero si al metraje, que tiene una duración de 129 minutos, algo que, según mi opinión, podría haber sido recortado en esas sub tramas tan dramáticas como innecesarias.



En definitiva y resumiendo: En su tercer trabajo como director, Zach Braff cuenta la historia de una mujer que se ve involucrada en un accidente fatal y debe enfrentar las consecuencias emocionales de su acción. A lo largo de la película, el personaje interpretado por Florence Pugh muestra una impresionante gama de emociones, capturando a la perfección una serie de matices complejos que resultan bastante impactantes para el espectador. La primera mitad del filme destaca por su fuerza dramática, alimentada en gran medida por la actuación excepcional de Pugh. Sin embargo, en la segunda mitad, el drama parece haber perdido impulso y se torna un tanto excesivo e irrealista. Esto puede hacer que algunos espectadores se desconecten del argumento o pierdan interés en lo que ocurre en pantalla. En general, UNA BUENA PERSONA es una película interesante que tiene sus altibajos, pero sigue siendo valiosa por su capacidad de explorar temas complejos con honestidad y sensibilidad.