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En el calor narrativo de "FIGHTER", asistimos a una trama que se baraja sobre el enrarecido ambiente de Srinagar. Bajo el mando de liderazgos como los de Roshan y Padukone, la creación de la unidad Air Dragons se presenta como un movimiento táctico contra el terrorismo. Esta película no solo es un tributo a los defensores del cielo de la India, sino que logra casar secuencias de electrizante acción con momentos de genuina conmoción, sumergiendo a la audiencia en un viaje emocional único. Los efectos especiales son de una gran calidad, con batallas aéreas donde todo esta permitido, tanto un ataque furtivo a un campo de terroristas en Pakistán, como un tercer acto donde el director demuestra todo su poder en tomar el control de una acción de alto voltaje que no da un respiro al espectador.
Contra el score de fondo compuesto por Vishal-Shekhar, el filme nos conduce por un sendero de pasajes musicales que refuerzan la tensión y la empatía de la historia. El inquebrantable compromiso de los Air Dragons se refleja en cada escena, mientras la química entre Roshan y una Padukone más radiante que nunca, cuya belleza es tan atrapante como su talento, intensifica el atractivo cinematográfico del film. El ultimo numero musical en los créditos finales con la canción "Ishq Jaisa Kuch" es algo totalmente húmedo (y no lo digo porque sea en una isla). Anil Kapoor y el elenco secundario fortalecen la cinta, con un villano interpretado por Singh Grover que es mas cercano a un "Terminator" de Pakistan que a una persona normal.
Sin embargo, "FIGHTER" tiene un gran problema: incurre en un fervor patriótico que, aunque infunde un espíritu inspirador dentro de la trama, tiende a empañar las sutilezas del ritmo narrativo. La lealtad hacia la nación y su ejército, presentada con repetitiva insistencia, se convierte en una carga que entorpece en ciertos pasajes. La devoción por India, pese a ser emblemática y evocadora, se despliega con tal magnitud que amenaza con eclipsar el fluir orgánico de la historia, dando paso a un monótono elogio al heroísmo que puede disminuir la intensidad dramática del conjunto. En un largometraje de 160 minutos, cortando un poco el patriotismo, y quedando en una duración de 140 minutos, hubiera subido mas puntos positivos. Además los dramas de los personajes son fácilmente reconocibles de otros largometrajes por el estilo, y no llega a sorprender en ningún momento al espectador experimentado.
En definitiva y resumiendo: Al sumarlo todo, "FIGHTER" se posiciona como un triunfo en las escenas de acción aéreas (aunque también hay alguna pelea física) que amalgama con actuaciones formidables, una narrativa aceptable y una estética aérea imponente. La película celebra demasiado el heroísmo y el sacrificio del ejercito, haciendo que el espectador se desconcentre del gran espectáculo. No se puede comparar con "WAR" porque sale perdiendo, pero sin duda, "FIGHTER" merece la pena, tanto que cuando la acabes de ver, te darán el visado de residente indio, debido a tanto patriotismo.