El sueño de una vivienda digna y asequible a menudo
contrasta con la dura realidad de la especulación inmobiliaria y la escasez de
espacios habitables; en este contexto, "CONCRETE UTOPIA" (2023)
emerge como una fascinante parábola cinematográfica. En una Seúl
post-apocalítpico, donde cada edificio ha sido reducido a escombros salvo uno,
la película del director y co-guionista Um Tae-hwa transforma la lucha por la
supervivencia en una punzante crítica a las dinámicas sociales y políticas que
afloran en tiempos de crisis.
La ciudad de Seúl ha quedado devastada por un potente terremoto y nadie sabe con certeza hasta donde se extienden las ruinas producidas por este desastre. Un grupo de apartamentos del edificio Hwanggung en el corazón de Seúl es lo único que queda en pie. bajo el liderazgo de Yeong-tak (Lee Byung-hun), los vecinos se reúnen y tratan de salir adelante en medio de la catástrofe, pero a medida que pasa el tiempo comienzan a llegar forasteros buscando resguardo del frío extremo que domina el exterior. Las cosas no tardarán en descontrolarse cuando la necesidad de unos pocos se enfrenten a las de la mayoría.
La película explora terrenos morales ambiguos, indagando en
cómo brotan semillas de autoritarismo en el suelo fértil del caos y la
incertidumbre. La devastación puede ser escalofriante en su magnitud, pero es
el reflejo de nuestra propia humanidad lo que suscita mayor inquietud, al ver
reflejados en la pantalla los estragos de un posible futuro alternativo.
En este enclave solitario, Min-sung y Myung-hwa, al igual
que otros residentes, navegan a través de la escasez, estableciendo nuevas
economías de intercambio mientras aguardan por una ayuda que parece nunca
llegar. Un terremoto no es sólo un cataclismo físico, sino un catalizador de
transformaciones sociales que el film retrata con maestría.
La dirección de Um Tae-hwa junto con el guion coescrito con
Lee Shin-ji, basado en el webcomic de Kim Soon-Nyung, destella por su capacidad
para desarrollar personajes multifacéticos y una narrativa que va más allá de
la simple alegoría de los conflictos habitacionales. Eventos tan inesperados
como un terremoto convierten al film en un espejo donde se reflejan nuestras
propias fracturas sociales.
La cinematografía, que transforma las ruinas de Seúl en un escenario casi metafísico, acompaña al relato que se va desgranando con la precisión de un relojero, donde cada revelación y conflicto crece orgánicamente desde el orden establecido en el caos. Las actuaciones, especialmente la de Lee, traen un calibre de autenticidad que transporta al espectador al corazón mismo de la política de supervivencia. La historia invita a la reflexión de nuestra propia moralidad y la de nuestras sociedades. El film no se conforma con mostrar una serie de eventos post-apocalípticos sino que utiliza la estética del desastre para desentrañar la esencia misma del poder, la comunidad y la condición humana. Esta obra no es solo un entretenido pasatiempo para los espectadores del séptimo arte, sino un espejo para aquellos dispuestos a observar más allá de la superficie de la pantalla.
En definitiva y resumiendo: Con su eco distópico, "CONCRETE UTOPIA" resuena como una advertencia y una invitación a redescubrir la compasión y la unidad, incluso cuando la supervivencia parece ser la única ley reinante. El filme se alza como un testimonio impactante de la relevancia del arte cinematográfico como medio de exploración de nuestras sociedades, apelando a nuestra capacidad para reconstruir incluso desde las más profundas ruinas.