No todas las películas buscan la perfección formal; algunas nacen más bien como un grito de afirmación personal, un gesto creativo que desafía lo establecido. THE PEOPLE´S JOKER (2022), dirigida, escrita y protagonizada por Vera Drew, pertenece a esta categoría.
Película 'queer' iniciática sobre una mujer 'trans' que aspira a trabajar como comediante en un show ambientado en el universo de Batman.
Su propia existencia es ya un acto de rebeldía: realizada con apenas 10.000 dólares recaudados en crowdfunding y rodeada de polémica legal con Warner Bros. por el uso no autorizado de personajes de DC, se ha convertido en un ejemplo de cómo el cine independiente puede forzar sus límites. Lejos de ser solo una parodia, la cinta funciona como una autobiografía queer en clave de sátira, en la que Drew convierte el mito del Joker en una metáfora de su transición y de su experiencia en la comedia underground. El resultado es un collage audiovisual tan caótico como honesto, capaz de incomodar y emocionar a partes iguales. La película utiliza las referencias al mundo de DC y de Batman no como simple burla, sino para hablar de exclusión, transfobia y resistencia. En este sentido, el tono recuerda a un cruce entre SCOTT PILGRIM CONTRA EL MUNDO (2010) y el surrealismo irreverente de los gags del programa SATURDAY NIGHT LIVE, con un trasfondo íntimo que convierte cada gag en una confesión disfrazada de comedia.
El trabajo actoral es irregular pero potente en su autenticidad. Drew interpreta a su Joker Arlequina con una energía visceral que transmite tanto euforia como fragilidad; es una figura que no busca el mal, sino un espacio de expresión en un entorno que constantemente la rechaza. Kane Distler como Mr. J aporta equilibrio al conjunto, dotando de humanidad a una relación que funciona como ancla emocional de la historia. Los cameos de figuras del comedy underground refuerzan el carácter comunitario del proyecto, subrayando que esta es, en gran medida, una película hecha desde los márgenes para los márgenes. En lo visual, la mezcla de técnicas –animación 2D y 3D, live action, collage digital– genera una estética fragmentada que refleja bien el caos interior del personaje y que realmente funciona muy bien. La música, con su energía punk-electrónica, refuerza ese espíritu contestatario.
No obstante, THE PEOPLE´S JOKER no tiene algún problema. La narrativa puede sufrir de un tono irregular, con transiciones abruptas que pueden dificultar la inmersión para algunos espectadores. Algunos gags se prolongan hasta diluir su efecto, y la dependencia de los referentes de Batman puede restar fuerza a quienes no compartan ese bagaje cultural o no conocen tanto el mundillo del universo de Batman. En sus 92 minutos, hay pasajes que parecen alargados, especialmente en el segundo acto, donde se repiten ideas ya planteadas. La película tiene el valor de un manifiesto, pero a veces sacrifica la claridad en favor de la provocación, lo que limita su alcance más allá del público ya predispuesto.
Aun con esas limitaciones, lo que distingue a THE PEOPLE´S JOKER es su autenticidad. Es un proyecto profundamente personal, atravesado por la honestidad de Drew y su voluntad de transformar su historia en cine. En un panorama donde la animación y la comedia suelen estar dominadas por grandes estudios y fórmulas seguras, esta obra se atreve a ser imperfecta, vulnerable y radicalmente distinta. En el contexto del cine queer contemporáneo, se alinea con otras producciones que exploran la identidad desde lo marginal, aunque con un tono mucho más experimental y aparte es una "carta de amor" a todo el universo de Batman, ya sea desde el respeto o lo irreverente.
En definitiva y resumiendo: THE PEOPLE´S JOKER no es una película redonda ni pretende serlo: es una obra de resistencia creativa que combina sátira, autobiografía y manifiesto político. Sus carencias narrativas y su estructura desordenada no eclipsan el gran valor de su propuesta ni la voz que aporta al cine independiente. Una experiencia necesaria, que deja huella más por su sinceridad que por su acabado formal.