The Banana Splits Movie (2019)


Un chico llamado Harley y su familia (su hermano Austin, su madre Beth y su padre Mitch) asisten a la grabación del show "The Banana Splits" para celebrar su cumpleaños. Sin embargo, las cosas pronto empiezan a tomar un rumbo inesperado. Antes de que puedan darse cuenta, el número de cadáveres comienza a aumentar sin que ellos puedan hacer nada para impedirlo.


Ahora que se han explorado casi todas las posibilidades de villanos y asesinos en las películas de terror, el género debe llegar a los extremos para encontrar antagonistas nuevos e inusuales para despertar los intereses de aquellos que lo han visto todo. Así es como hemos llegado a esta película: los villanos principales son un grupo de animales de gran tamaño de los años 60. Ese es más o menos el pensamiento detrás de THE BANANA SPLITS MOVIE (2019) una creación extraña pero divertida que, aunque no reinventa exactamente la rueda, ofrece un grupo de villanos memorables que hacen que el derramamiento de sangre en la película sea mucho más disfrutable.


Para aquellos lectores que no lo saben (y admito que ni yo mismo lo sabía), los “Banana Splits” estuvieron en la televisión americana durante un breve período de tiempo a fines de los años 60; Un programa de variedades producido por Hannah-Barbera compuesto por cuatro grandes peluches en forma de animales: Fleegle, Drooper, Snorky y Bingo. Naturalmente, son solo hombres con trajes de animales, pero en esta re-imaginación (y ese término realmente se aplica en este caso), los personajes alegres que cantan y bailan son robots creados por un mecánico un poco extraño. Cuando los conocemos, son tan fríos y sin emociones como pueden ser, pero un día el mecánico les planta una idea en sus cabezas: "¡El espectáculo siempre debe continuar!" y eso desencadena algo dentro de ellos. Entonces, cuando estos robots de gran tamaño se enteran de que un ejecutivo de estudio ha cancelado el programa, su primer instinto es matar a todo el que esté por el estudio.


Aunque la premisa es absurda y el inicio es irónico al principio, las cosas se vuelven más oscuras a medida que avanza la película. Un par de muertes horribles y sangrientas que podrían pasar por una película de la saga SAW realmente cambia las cosas y debería satisfacer a los fanáticos, pero se podría decir que la película tiene algunos problemas de tono a medida que llega a su clímax, no es capaz de decidir si realmente lo está tomando en coña o es una película de terror al 100%. Por supuesto, es difícil tomarse las cosas demasiado en serio cuando se trata de un perro grande y sonriente que mata a gente, y los niños pequeños que vaya a ver la película (debido a que los padres ven la portada y se creen que es infantil) sinceramente estarán unos días sin dormir.


La estructura de la película podría ser comparada un poco con CHARLIE Y LA FABRICA DE CHOCOLATE (2005) aunque aquí son los niños los que son agradables y los adultos, en su mayor parte, representados como idiotas vanidosos y egoístas que merecen su destino (la muerte). Tienes al ejecutivo de estudio mencionado anteriormente, una productora que siempre se queja, un par de aspirantes a estrellas de Instagram, un padre que intenta obligar a su hija a hacer una audición para hacerse famosa y el padrastro engreído de nuestro niño principal Harley. (Su madre y su hermano mayor son amables). Los niños son lo suficientemente agradables y los adultos, por poco atractivos que sean, juegan bastante bien; el más memorable es Richard White como Stevie, la coestrella humana del show de “The Banana Splits” que esta descontento ya que toda la fama del show es para los muñecos. A decir verdad, la mayoría del reparto es bastante olvidable, pero en una película como esta lo único que quiere el espectador es un buen número de víctimas.


En definitiva y resumiendo: THE BANANA SPLITS MOVIE puede que tenga una premisa absurda, pero tanto el director Danishka Esterhazy  como el dúo guionista han tomado un show que no tuvo éxito en televisión en los 60´s para crear una película de terror con “carnicería sangrienta” diversión y humor negro que agradara a los fanáticos del género y en 89 minutos de duración es sin duda un “placer culpable”, pero sinceramente, no me siento culpable por haberme reído y disfrutado con THE BANANA SPLITS MOVIE e incluso cantando "Tra La La Song".