El Padre (2020)

 

El primer acto de la película EL PADRE (2020) es imposible que no deje indiferente al espectador que este viendo este largometraje, ya que es algo que (posiblemente nadie se esperaba). Una historia liderada por una actuación de Anthony Hopkins que es una de sus mejores actuaciones, el debut como director de Florian Zeller es una mirada escalofriante hacia la enfermedad de la demencia senil desde múltiples perspectivas. Inquietante en sus sutiles descripciones del desmoronamiento de la comprensión de alguien sobre la realidad, EL PADRE es una película que enriquece al espectador, aunque en ocasiones se vuelva difícil, pero que se vuelve más poderosa por su escasa ambientación y su vertiginosa edición.

Anthony (Anthony Hopkins), un hombre de 80 años mordaz, algo travieso y que tercamente ha decidido vivir solo, rechaza todos y cada una de las cuidadoras que su hija Anne (Olivia Colman) intenta contratar para que le ayuden en casa. Está desesperada porque ya no puede visitarle a diario y siente que la mente de su padre empieza a fallar y se desconecta cada vez más de la realidad.

Adaptada de la obra de teatro del mismo nombre y dirigida por el propio Zeller en 2012, EL PADRE se desarrolla principalmente en un solo lugar, mientras Anthony (Hopkins) lucha con su vida cotidiana e intenta convencer a su hija, Anne (Olivia Colman), de que puede valerse por si mismo. A medida que la gente va y viene por el apartamento y todo lo que él cree seguro se le quita con regularidad, hay un reconocimiento gradual de que algo anda mal, ya sea con quienes lo rodean o con su propia mente. Eso es quizás lo que ayuda a esta película en particular a destacarse de otras sobre la vejez y la demencia: se desarrolla como un drama familiar que se encuentra con el terror psicológico humano.



Magistralmente editada por Yorgos Lamprinos para transmitir sentimientos de duda y confusión, hay una tensión desconcertante en cada escena de EL PADRE. Los personajes serán presentados solo para que Anthony cuestione toda su identidad, todo mientras la cámara se sienta incómoda sobre él mientras lucha por comprender lo que está sucediendo. El director de fotografía Ben Smithard hace que la historia parezca más inquietante que algunas de ese género llamado “Terror elevado”. Si bien confundir a los espectadores de tal manera normalmente se sentiría barato y engañoso, aquí se usa como un viaje a la mente de Anthony; y ya sea que la mente esté bien o no, es importante ver todo desde su perspectiva.



Lo puntos positivos de EL PADRE es cómo se presta a filmar una obra de teatro. Estoy seguro de que las actuaciones en sí son geniales en la producción teatral, pero aquí la cámara es cercana y personal con los actores. No se puede enfatizar lo suficiente, lo genial que esta Hopkins en casi todos los aspectos. No solo la cámara lo mira intensamente tratando de capturar su confusión, sino que Hopkins tiene un rango y expresividad en todos los aspectos de su actuación que es muy fácil de asimilar a su personaje. En un escenario de teatro, esta sería una gran actuación. En una película, está matizado y amplificado por las diferentes técnicas de realización cinematográfica que ayudan a que el espectador este mas comprometido con la película.



La actuación de Olivia Colman también es digna de mención debido a lo mucho que agrega con un papel tan pequeño en comparación al de Hopkins. Mientras el personaje principal se desvía hacia conversaciones que ejemplifican la gravedad de su demencia, Anne está constantemente preocupada y hay tantos momentos en los que solo ver a Anne reaccionar ante Anthony es suficiente para transmitir sus preocupaciones. Luego están las pocas tramas secundarias que involucran al esposo de Anne (Rufus Sewell) y cómo detesta el tiempo que Anne pasa con su padre y la cuidadora (Imogen Poots) que intenta ayudar, pero manteniendo sus propios límites. Es una mirada extremadamente detallada a la importancia de los sistemas que intentan apoyar esta enfermedad, la atención y la experiencia para tratar de ayudar a quienes padecen demencia.



El guion sinceramente es excelente. Al mantener la historia aislada en un solo entorno para que el público pueda familiarizarse con sus rincones y recovecos; luego los arroja al fondo al enfocarse en la perspectiva de Anthony en contraposición a cualquier otro personaje. Lo familiar está siendo constantemente invertido por lo desconocido para crear una sensación de incomodidad e inquietud, algo que me parece maravilloso a la vez que desolador.



En definitiva y resumiendo: EL PADRE es una de las mejores representaciones de la demencia en una película. Utiliza magistralmente diferentes técnicas de realización del estilo cinematográfico para crear una atmósfera desconcertante que se acerca a una película de “terror” con cada nueva información que obtenemos. Quizás esa sea la mejor manera de presentar algo tan difícil de atravesar, pero también extremadamente importante y útil. Aquellos que conocen la sensación de ver a un ser querido perder el control de la realidad probablemente encontrarán que EL PADRE puede ser un poco incomoda. Está meticulosamente diseñada y actuada de manera experta y excepcional, por lo que se siente crucial para capturar ese sentimiento con la intensidad y los matices que la hace una de las mejores películas del pasado 2020.