Se centra en la vida de Molly Bloom (Jessica Chanstain) una
esquiadora de talla mundial que llegó a ser millonaria antes de los 21. Tras
perderse los Juego Olímpicos, Molly se fue a vivir a Los Ángeles donde incluso
trabajó de camarera. Gracias a sus dotes empresariales, la joven acabó ganando
millones de dólares con el mundo del póker antes de que el FBI la investigara.
Aaron Sorkin , quien hace su debut como director de
largometrajes después de una larga carrera como uno de los guionistas más
populares, convierte MOLLY´S GAME (2017)
en una historia sofisticada y entretenida. Conocido por su talento para el
diálogo (Con un dialogo entre personajes director y rápido) es ideal para esta
historia, por lo que es “familiar cercana” de sus dos guiones más recientes en
la pantalla grande con LA RED SOCIAL (2010)
y STEVE JOBS (2015) con una diferencia clave. Molly
Bloom, a diferencia de las versiones cinematográficas de Mark Zuckerberg y
Steve Jobs, es una heroína completamente agradable con una moralidad humana.
Los problemas legales de Molly no son un spoiler, son una
presentación, mostrando la leve sorpresa de Molly, en que el FBI quiere
enviarla a la cárcel, dos años después de su último juego organizado y después
de la publicación de su libro de memorias, en que revela importantes nombres
vinculados a su imperio del póker. La historia directa de MOLLY´S GAME
trata sobre la relación incómoda entre Molly y Charlie (Idris
Elba) una hábil abogada que no
está segura de querer acercarse al nido de víboras de su problemática cliente.
MOLLY´S GAME explora los esfuerzos de la mujer
titular para establecerse como una poderosa “empresaria” y vemos su desarrollo desde que se va a vivir
a L.A y poco a poco va escalando posiciones hasta crear las partidas de póker más
caras del lugar. Mientras que Sorkin adora crear personajes
definidos, explorar idiosincrasias y miedos, realmente se enorgullece de
mostrar el campo de batalla del póker, presentando a los combatientes
semanales, incluido el jugador X (Michael Cera), un actor de Hollywood
presumido y vengativo que vive para vencer a quien lo desafía, provocando una
conexión con Molly que no está completamente segura de querer. Los entusiastas
de este juego de cartas seguramente sacarán más provecho de las secuencias de
póker en MOLLY´S GAME que atraviesa
faroles y jugadas maestras (con una escena en una partida que es completamente
alucinante).
MOLLY´S GAME dura 140 minutos, y se siente de vez
en cuando ese metraje con algún altibajo, pero el increíble foco de atención de
Molly la convierte en la reina del espectáculo y es hipnótico ver a Chastain
cobrar vida en el papel, haciendo suyo por completo el personaje, desde la “princesa
de la mafia” vestida elegantemente hasta sus problemas más incomodos (incluyendo
un creciente hábito de drogas para silenciar la ansiedad de Molly). El elenco
es excepcional (Cera nunca ha sido mejor, y Elba se redime a sí mismo después
de algunas malas películas en el 2017), y la emoción de la película es verlos
verbalmente entrenar, manejando el rápido diálogo de Sorkin con la facilidad
de un malabarista. Sorkin vuelve a
su “ablandamiento” de STEVE JOBS al meter en MOLLY´S GAME
una historia sobre los problemas entre ella y su padre, quizá el aspecto
más negativo de la película (esos minutos en Central Park están metidos con
calzador y son innecesarios).
En definitiva y resumiendo: Aunque no estoy seguro de que MOLLY'S GAME entre a ser
una de las candidatas importantes para la temporada de premios cinematográficos,
está suficientemente claro que Jessica Chastain merece una nominación por su increíble
papel, aparta de ser una historia
convincente y bien contada. Es un drama inteligente para adultos (lo que no está
al alcance de todo espectador) y que merece un visionado si o sí.