CARGO (2017) es una de esas películas de zombies,
como 28 DÍAS
DESPUÉS (2002) donde nunca se menciona la palabra que empieza por “Z”
y que todos sabemos cuál es, quedando simplemente en los “fantasmas” durante
toda la historia. Sin embargo, hay que darles crédito a los co-directores Ben
Howling y Yolanda Ramke (autores también del guion) por el que es uno de
los mejores anzuelos para que piquen los espectadores y decidan ver la película
durante sus 105 minutos.
Howling y Ross han hecho un llamativo debut
con este thriller de terror mejor que los últimos que nos han llegado y que
debería funcionar bien en Netflix. El escenario australiano es excepcional y
ayuda tremendamente a la historia, convirtiéndolo
en una especie de “homenaje” de las grandes películas australianas de terror de
finales de los setenta, como LA ULTIMA OLA de Peter Weir. Al igual que
en esa película, la salvación recae en manos de la comunidad aborigen de la
nación, a través de una niña, Thoomi (Simone Landers) que viaja alrededor
de su padre “zombie”, con la esperanza de obtener sus últimos derechos
ancestrales.
En un extraño giro, Freeman y Landers tardan mucho
tiempo en formar equipo, pasando por una estructura un tanto episódica en la
que Andy va conociendo a extraños y pensando donde puede dejar a su hija (sus motivos,
los dejo para lo vea el espectador).Entre ellos hay una maestra o una pareja
donde no todo es lo que parece (ese "marido"…polémico).Eventualmente, la odisea
de Andy por el interior del país lo lleva a Toomi, pero no hasta que ha pasado
más de una hora, lo que es quizás un pequeño error, ya que su relación podría
haber usado más tiempo de pantalla y hubiera funcionado mucho mejor para el
ritmo de la película.
CARGO también tiene otros problemas, como el hecho
de que Andy parece demasiado relajado para un tipo que va a estar “en problemas”
en cuestión de horas, si se hubiera introducido una cierta sensación de
desesperación habría hecho su situación más realista, pero parece extrañamente
bien con su situación hasta casi el tercer acto. Aun así, el desempeño de Freeman
es excelente, y la historia va sobre sus hombros todo el rato. Landers
es igualmente buena, y me gusta la manera en que Howling y Ross
reconocen la historia de racismo del territorio contra los aborígenes (que,
para ser justos, el cine de género australiano lo ha reconocido desde hace tiempo,
incluso en películas tan horribles como ROAD GAMES de 2015 (que recomiendo pasar de
largo).
En definitiva y resumiendo: Si bien el terror/thriller no es
perfecto ni muy bueno, CARGO es una película de género entretenida para
Netflix y que sin duda puede ser del agrado de los fanáticos del género. Puede
parecer indistinguible para otras películas parecidas sobre zombies de los últimos
años, pero vale la pena verla.