La guerra contra los cárteles de la droga se ha
intensificado en la frontera entre EE.UU. y México a medida que han comenzado a
traficar con terroristas. Para hacer frente a esta guerra, el agente federal
Matt Graver (Josh Brolin) vuelve a hacer equipo con el volátil Alejandro
Gillick (Benicio del Toro).
SICARIO fue para mí una de las mejores películas del
2015 y sigue siendo una de mis películas top del director Denis Villeneuve y el inicio como guionista de Taylor
Sheridan . Eso es decir algo, ya que ambos han tenido carreras
impecables desde entonces. Para mí fue un thriller de acción casi perfecto,
pero cuando me enteré de que estaban haciendo una continuación sin Villeneuve,
estaba un poco “con la mosca detrás de la oreja”. Primero, la original tenía un
final cerrado y no pedía una secuela, y segundo, ¿por qué hacerlo sin Villeneuve?
Quien sí volvía era Taylor Sheridan y consiguió calmar un poco el “cabreo”.
Pero, por suerte, SICARIO: EL DÍA DEL SOLDADO (2018) es una secuela extremadamente efectiva. Incluso sin Villeneuve,
el director de fotografía Roger Deakins, o el fallecido
compositor Johann Johannsson, SICARIO: EL DIA DEL SOLDADO captura totalmente el
espíritu de la original y se siente más como un verdadero seguimiento de
la historia y no una secuela mediocre. El director Stefano Sollima opta por
un enfoque un poco más documental en comparación con el estilo casi operístico
de Villeneuve
(solo tenemos que recordar la escena en la frontera mexicana) y ese es un
movimiento inteligente, ya que hace que la película sea suya de principio a
fin.
Sin embargo, esto también permite que el guionista emerja
como el que realmente controla la historia, con otra faceta de la guerra contra
las drogas que no fue explorada en la primera. Como el resto de su trabajo, hay
una gran conciencia social en el trabajo, incluso sin un sustituto para el
personaje de Emily Blunt de la primera parte.Brolin demuestra
especialmente ser una herramienta excepcionalmente cínica para su gobierno,
criticando a sus superiores y algunas (pero no todas) órdenes aunque al final
seguirá haciendo lo que le digan.
Si Brolin no se mezcló tanto en el “trabajo
sucio” en la primera, la secuela lo coloca en primera línea, con él y su hombre
de confianza que es (como no) el personaje de Benicio Del Toro. Sin
embargo, al igual que la primera, SOLDADO no es una película de acción, pero las
escenas en las que hay, están realizadas de una manera sublime y real,
convirtiéndola en algo diferente a lo que nos tiene acostumbrado el género
normalmente.
Probablemente uno de los mejores aciertos en la secuela sea en
el desarrollo del personaje de Alejandro, con Del Toro humanizándolo
hasta cierto punto con la relación con el personaje de Isabela
Moner, y una escena que lo hace pensar en su hija asesinada. Una vez
más, no se convierte en el héroe de la película, pero hay atisbos del hombre que
era antes de su drama familiar. Funciona, y ayuda que Del Toro sea más
carismático. Con ahora dos películas en su haber, Alejandro se está
convirtiendo rápidamente en su personaje principal. En lo que respecta al estilo visual no se queda atrás y le da a la película una apariencia nítida que no se parece a la original, pero funciona bien por sí misma. Por el contrario, el score de Hildur Guonadottir suena exactamente como el de Johansson para SICARIO, incluso utilizando algunos de los temas, pero ayuda a dar continuidad a la película. Otros también pueden molestarse por la ausencia de Blunt, y de hecho la película tiene una energía “macho” diferente a la primera, pero Moner tiene una historia paralela efectiva que también involucra a un miembro adolescente de una pandilla (del que no diré nada más).
En definitiva y resumiendo: SICARIO: EL DÍA DE SOLDADO es una secuela al nivel de original tanto en dirección
como historia, con unas escenas de acción realistas, en la que si eres fanatico/a
de la original, seguro que vas a disfrutar con esta al 100%.