Fast And Furious: Hobbs and Shaw (2019)


Desde que se cruzaron los caminos del agente Hobbs (Johnson), un leal miembro de los servicios de Seguridad del Cuerpo Diplomático estadounidense, y del solitario mercenario Shaw (Statham), ex miembro de un cuerpo de élite del ejército británico, los insultos, golpes y burlas no han cesado entre ellos para ver cuál de los dos cae antes. Pero cuando un anarquista mejorado ciber-genéticamente llamado Brixton (Elba) se hace con el control de una peligrosa arma biológica, el mundo se enfrenta a una de sus mayores amenazas.

Después de casi 20 años (como pasa el tiempo) la franquicia de A TODO GAS o FAST AND FURIOUS ha estado acelerando su ascenso en las listas de taquilla y en nuestros corazones (hay que admitirlo) con cada vez más acción a niveles locos y absurdos, además de aumentando el número de actores de acción con la mínima cantidad de cabello en la cabeza. Esta vez, las personas detrás de la saga han hecho su movimiento más inteligente hasta el momento al tomar a los dos personajes de la saga con más carisma que son Dwayne Johnson y Jason Statham, y dejándolos hacer lo que hacen mejor (es decir, patear culos y romper cráneos) por casi 135 minutos de la acción más ingeniosa y sobre todo inconcebible que es marca de la casa en FAST AND FURIOUS: HOBBS AND SHAW (2019).


Sin entrar mucho en destripar la historia, los que ya hemos visto la saga sabemos que los personajes de Hobbs y Shaw no se llevan bastante bien, pero en este spin-off no les queda otra que trabajar juntos para combatir contra el personaje de Idris Elba, y donde ayudara al dúo protagonista, el personaje de Hattie interpretado por la arrolladora Vanessa Kirby. Juntos, los tres deben superar sus “problemas” y salvar el día a través de una serie de secuencias de acción ingeniosas que impulsan a la película más allá de lo que se ha ofrecido anteriormente. El director David Leitch, continua su filmografía con películas de acción cada vez más locas, después de codirigir JOHN WICK (2014) y dirigiendo en solitario DEADPOOL 2 (2018) está en forma aquí, proporcionando una amplia gama de acciones dignas de mención, que van desde lo simple y elegante hasta lo increíblemente loco y absurdo. Al principio, vuelve un sello distintivo particular suyo con escenas de lucha con neones en un Club en Londres, que desde el principio ayuda a diferenciar esta película de sus predecesoras. Pero pronto se cortan los descansos, y el “Superhumano” Elba se precipita por la calle y a través de una motocicleta que se puede contorsionarse como un bailarín de “Lambada”, con Johnson y Statham golpeando y pateando con escenas con algún CGI improbable. A veces, el CGI puede ser un poco molesto, pero es necesario para darle una base a la acción en esta película.


Vanessa Kirby, quien mostró algo de acción en MISION IMPOSIBLE: FALLOUT aquí alcanza el nivel de estrella de acción aquí, robando escenas y estando al mismo nivel que el resto de los chicos. Ella también es capaz de intercambiar bromas y encanto, tal vez mejor que el dúo principal. En cuanto a Elba, demuestra que podría ser un sorprendente James Bond o un colorido y despiadado villano de Bond, ya que claramente está teniendo una experiencia en el papel y aprovechando al máximo todo su tiempo en pantalla. No todos los días puedes vencer a Johnson y Statham al mismo tiempo, y Elba lo disfruta y se ve bien mientras lo hace.


Ahora, no hay nada de malo en que Hobbs y Shaw se enfrenten el uno al otro con humillaciones personales, pero hay momentos que ansiaba algo más genuino entre los dos, e incluso son momentos de humor que podrían haberse reducido un poco para mejorar el ritmo de la película. Siendo la película más divertida de la franquicia hasta ahora, hay un par de cameos sorpresa que sorprenderán al público, pero es un ejemplo perfecto de por qué la película podría haber sido cortada por lo menos diez minutos. Sí, la historia es simple y no debería ser explotada de ninguna manera, pero mentiría si dijera que no estoy ansioso de que la historia vuelva a ponerse en marcha después de algunas bromas demasiado largas.


En definitiva y resumiendo: El término “familia” siempre ha estado presente en la franquicia de A TODO GAS y en FAST AND FURIOUS: HOBBS AND SHAW lo siguen demostrando, ya sea por los hermanos Shaw o la Familia de Hobbs en el tercer acto (cojonudo). Dejando ese bonito detalle, está claro que Johnson y Statham no tienen en su futuro volver a la franquicia madre, ya que esta claro que este spin-off va a tener más secuelas (dejando un cliffhanger al final de esta ultimo) y el hecho es que Leitch y el equipo hacen un gran trabajo al hacer de esta su propia película, un largometraje divertido y con una acción que en este principio de agosto entra perfecto al espectador.