
Si aún no has oído hablar de Max Zhang, debes
saber que es probablemente uno de los actores de artes marciales más
prometedores de nuestra generación. Lo ha demostrado en bastantes ocasiones, y
por tanto siempre que estrena algo, es un evento (por lo menos para mí). THE INVINCIBLE DRAGON (2019),
promete un enfrentamiento épico lleno de acción entre él y el artista marcial
mixto brasileño Anderson Silva. Y, sin embargo, después de aparecer
los primeros créditos del final, lo único que sentirá el espectador es una
palabra: decepción.
El director Fruit Chan (que también escribe el
guion) en su primer trabajo en el género de acción, todavía no tiene claro que
significa eso, y parece que, en ocasiones durante la película, parezca que ni
le interesa hacer un thriller de acción al estilo HK.En cambio lo que tenemos aquí
es una rareza dentro de este género, ya que lo intenta combinar todo, porque
tenemos desde acción hasta comedia cursi, elementos de “neo noir” (con la narración
en off del propio Max Zhang) e incluso se atreve con la ciencia ficción,
con elementos de “cuento de hadas” que involucra el tatuaje de dragón de
Kowloon que acaba en un final que directamente te dan ganas de decir ¿Qué mierda
acaba de pasar?. Entiendo que Chan intente hacer algo diferente, pero si no
tienes todo bien planteado, lo único que puedes conseguir es reírte por no
llorar del desastre que estás viendo.
De hecho, a pesar de que su clímax final que se lleva a cabo
en el contexto de la icónica Torre de Macao, realmente no hay nada que destacar,
estropeado por el deficiente trabajo de cámara, la edición entrecortada y las coreografías.
A pesar de jactarse de la coreografía de los veteranos de Hong Kong Stephen
Tung y Jack Wong, la acción es completamente decepcionante,
carente de mucho suspense, emoción y recompensa para el espectador. No ayuda estas
escenas también se vean disminuidas por un CGI que es peor que lamentable, lo
que agrava aún más lo innecesarios que son en primer lugar (es que hay CGI
hasta para poner un coche aparcado detrás del protagonista). En lugar de
concentrarse solo en uno contra uno entre Zhang y la actriz /
atleta de Taekwondo Juju Chan, su escena a bordo de un tren de
alta velocidad tiene que terminar con una toma horrible de CGI del tren girando
fuera de control (que se salva porque mientras da vueltas, tanto Zhang como
Juju se siguen dando de ostias). Lo mismo ocurre con su lucha en la Torre de
Macao donde el CGI te hace descolocarte todo el rato como espectador.
A decir verdad, la historia es un desastre a medias, completo
con callejones sin salida y flashbacks aleatorios que te dejarán más molesto
que intrigado. Lo mismo ocurre con las motivaciones de Kowloon, que son tan
turbias como su comportamiento es errático, lo que hace que te preguntes si
quiere venganza o simplemente probarse a sí mismo que no había perdido el
espíritu del dragón (entre gritos). También hay una gran cantidad de personajes
secundarios intrascendentes, incluidos el villano interpretado por Anderson
Silva (que, siendo sinceros, el luchador/actor hace lo que puede y sale
hasta bien parado) y una practicante de medicina china (Annie Liu)
enamorada de Kowloon, que están tan esquemáticamente definidos que uno se
preguntaría por qué incluso necesitaban estar en la película (atención a la escena
de tatuajes… pretende ser dramática y da risa).
En definitiva y resumiendo: No hay duda de que THE INVINCIBLE DRAGON es un desastre, en donde el
director y guionista son los máximos culpables. Tener a Max Zhang
no significa que tengas una película de éxito entre tus manos. Una mezcla de géneros
que suman a un todo incomprensible. Chan habría que preguntarle
como llego a pensar en realizar esta tontería de guion tan ilógica e incoherente,
especialmente si el espectador esta esperando algo, mejor que se ahorre esta película
y vea a Zhang en películas tan buenas como EL
DESPERTAR DE LOS DRAGONES (2015), THE
BRINK (2017) o MASTER Z: THE IP MAN LEGACY (2018)