Black And Blue (2019)


No es necesario ser un científico espacial para saber que el thriller policial titulado BLACK AND BLUE (2019) tiene como objetivo abordar las relaciones entre la policía y la comunidad afroamericana. Es un tema valioso para explorar, y si se hace correctamente puede generar algunos debates muy necesarios, pero envolver esas buenas intenciones en algo que solo se puede disfrutar apagando el cerebro y comiendo palomitas, a medida que se desarrollan emociones baratas y aumenta el número de cadáveres según transcurre el metraje.

Una policía afroamericana novata de Detroit (Naomie Harris) sorprende a unos policías corruptos asesinando a un narcotraficante, hechos que graba con su cámara. Ellos la perseguirán con el fin de destruir esas imágenes.



No debería dejar de mencionar que hay momentos en los que el director Deon Taylor crea buenas escenas a partir del guion de Peter A. Dowling con un enfoque feroz y emocional. La gente de es atrapada por la policía y directamente les apuntan con la pistola en la cara (sin tener motivos), ya que los hombres, como Milo interpretado por Tyrese Gibson, no pueden tener respuestas para tales actos. Hay un intento de abordar ciertos temas con una visión contundente, y es una lástima, porque cuando la historia empieza a intensificarse se sumerge de lleno en los aspectos del género de acción y esos debates solo quedan como telón de fondo.


Después de un encontronazo entre West (Naomie Harris) y unos policías corruptos, se encuentra en una persecución, tratando de ofrecer emociones tensas y película de acción y solo encuentra poco tiempo para sazonar algunos de los subtextos más profundos que desea explorar con mayor profundidad. Por mucho que la película presente a ciertos policías como villanos, es difícil no encontrarlos en absoluto amenazadores cuando son demasiado ineptos para saltar una valla y continuar la persecución o pasar demasiado tiempo deteniéndose y buscando a su izquierda cuando ella claramente se fue a la derecha. Sin duda la mejor actuación es la de Naomie Harris, que es tremendamente idealista e inspira a algunos personajes secundarios como Milo, el oficial Jennings interpretado por Reid Scott y Missy interpretada por Nafessa Williams para cambiar sus formas y ver las cosas de manera diferente. Los dos últimos llegan al final a pesar de estar a un lado durante gran parte de la película, y gran parte de lo que hace que BLACK AND BLUE se eleve por encima de los clichés depende únicamente del poder de Naomie Harris. Un verdadero “tour de forcé”, Harris salta a la acción con pasión y confianza, y continúa demostrando por qué es una actriz dramática que deberíamos seguir admirando y quién está más que lista para ser protagonista de sus propias películas. Si hay alguna razón para recomendar la película fuera del típico fanático del thriller de acción, es para ver a Harris brillar en todas sus escenas.


Si bien casi nadie en el elenco está a la altura de Harris, la película quizás cambie la forma en que el público ve a actores como Gibson, Scott y Colter. El primero es visto en la actualidad como Roman en la saga FAST AND THE FURIOUS, y dejando de lado el humor de esas películas, muestra un lado más vulnerable, que es un cambio de ritmo que se agradece. Lo mismo ocurre con Scott, quien después de años en la serie VEEP, nos muestra su lado dramático y con Colter pasando del héroe Luke Cage al imponente villano Darius. Desafortunadamente, demasiados personajes están subdesarrollados hasta el punto en que todo lo que se puede hacer es señalar a algunos y decir "Sí, hay villanos en ambos lados", y luego señalar a muchos menos y decir: "Pero mira, no todos son malos”.


En definitiva y resumiendo: Con algunas buenas actuaciones y algún destello de crítica social, BLACK AND BLUE demuestra que coge algunos aspectos de la película TRAINING DAY (2001) y tiene acción, pero lo que realmente destaca dentro de lo lineal que es toda la película, es la actuación de Naomie y solo por eso merece ser aprobada. La película intenta ser una película de suspense inteligente, pero carece de cerebro y tensión para serlo, que podría haber sido mucho más, pero se conforma con lo mínimo.