
Parte del poder del cine es que puede poner un rostro humano
(o rostros) con la experiencia negra en Estados Unidos. Una cosa es leer otra
historia sobre un oficial de policía que agredió a una persona negra desarmada,
pero otra es ver una película que trata a la víctima como un individuo real, en
lugar de una estadística. Películas como FRUITVALE
STATION (2013) y BLINDSPOTTING (2018) han hecho de esto, un efecto
desgarrador en los últimos años, y es lo mismo que la directora Melina
Matsoukas hace con su debut cinematográfico titulado QUEEN AND SLIM (2019)
una película sobre un par de fugitivos, en la tradición de THELMA Y LOUISE (1991).
Una historia de amor en esencia, que resuena con relevancia social, pero
siempre se siente muy personal en lo que explica.
La película comienza casi como una comedia romántica sobre
dos personas completamente incompatibles en una primera cita, y sirve para hacer
que la pareja sea más identificable, antes de que sus vidas den un giro brusco
en una dirección inesperada. QUEEN AND SLIM fue escrita por Lena Waithe. Es una
historia sobre las relaciones y el amor ya sea familiar o romántico, y las
cosas por las que vale la pena vivir en un mundo terrible, como es un thriller
en la carretera. Al abrazar la comedia temeraria a la idea de que dos personas
que apenas se conocen se convierten en fugitivas juntas, la película logra
cimentar la lucha de Queen y Slim de una manera que un enfoque más informal no
hubiera podido.
Pero, por supuesto, QUEEN AND
SLIM es seria y sincera cuando se
trata de lidiar con la brutalidad policial y el dolor y el sufrimiento que se
le inflige a la América negra. Es una película que reclama la narrativa al
permitir que los artistas negros aborden estos problemas desde ambos lados de
la cámara, a través de una historia que explora cómo la idea de Queen y Slim significa
algo muy diferente para diferentes personas, dependiendo de su edad y raza. Y son
las actuaciones las que realmente resaltan la humanidad de los personajes de la
película y los hace sentir vivos. Kaluuya, una vez más, hace un buen
trabajo como Slim, pero es Turner-Smith, una casi recién llegada
al mundo del cine, quien esta sublime como Queen. Es satisfactorio ver cómo su
personaje baja lentamente sus defensas emocionales y se abre a Slim en el
transcurso de su viaje.
QUEEN AND SLIM está firmemente arraigada en la cultura negra, desde
su banda sonora (maravillosa) y su guion. En la cinematografía, se nota que la
directora ha realizado videoclips de Lemonade o Beyoncé,
creando una visión poética de la América rural actual, una en la que
los traumas del pasado aún persisten para muchos estadounidenses negros (como
en una escena en la que Queen ve a convictos arando un campo como si fueran
esclavos en una plantación) Hay momentos en los que Matsoukas
fuerza un poco la historia, sobre todo en una escena de una protesta (que se
puede notar como un poco folleto propagandístico). Aun así, QUEEN AND SLIM es un
debut cinematográfico muy interesante para el cineasta.
En definitiva y resumiendo: QUEEN
AND SLIM se adhiere a esas películas de
fugitivos que escapan de la policía, pero le da nuevos matices, intentado abordarlo
desde un punto diferente. Puede que no sea innovadora desde el punto narrativo,
como algunos de otros dramas que han tratado la represión policial a los
afroamericanos, pero como historia de amor que lucha contra tiempos peligrosos
y puede que por esta razón sea más accesible al público. Quizá hay momentos en
el metraje que se podrían haber cortado para agilizar el ritmo (sobre todo
cuando Matsoukas le da por demostrar su estilo visual, aunque no
ocurra nada) pero es una película que merece ser vista y que no defraudara.