Los muertos están volviendo a la vida en la reserva natural
de Mi'gMaq de la comunidad de Red Crow. Los únicos que parecen ser inmunes al
extraño virus que se está propagando son los indígenas que habitan la zona.
Aunque la totalidad del subgénero de terror zombie se ha
convertido en una horda de muertos vivientes irreflexivos y devoradores, es
abrumador si intentas enfrentarte a todos a la vez y cansado de forma
repetitiva si intentas vincularlos uno por uno. Es al punto que a menudo no miro
todas las películas de este tipo, al menos que tenga un motivo que realmente me
intrigue. Está muy lejos ya mi juventud que veía todo tipo de películas de
zombies (sobre todo las películas de Romero y las salvajes
inhibiciones de la franquicia de EL REGRESO DE LOS
MUERTOS VIVIENTES). Afortunadamente, hay algunas películas que no
solo han tomado una visión única para el género zombie, sino que también están logrando
hacer algo diferente. BLOOD QUANTUM (2019) es una película mucho más intrigante debido a
su visión y ejecución, aunque acabe tocando los clichés del género más
tradicionales.
Francamente, es el primer acto de BLOOD QUANTUM el que funciona
mejor. A medida que surge el apocalipsis zombie, que se muestra brillantemente
en la calma de la mañana mientras un pescador está destripando su captura del
día y comienza a ver a sus peces comenzar a moverse desafiando su estado
mortal, la película se instala en una comunidad nativa americana que intenta hacer
frente a sus propios problemas cotidianos. Los problemas se presentan de manera
impresionante a través de disputas familiares que dan vida a algunos personajes
y dinámicas intrigantes con la suficiente crítica social para dar mucha vida a
la premisa. Algunas actuaciones buenas y una dirección efectiva hacen de este
acto de apertura algo desgarrador y efectivo que ofrece arte, terror y un guion
que hace reflexionar. Muy rara vez se ha creado una película de zombies con
este tipo de inicio.
A partir de ese momento, la película salta hacia adelante en
el tiempo y nos presenta a los personajes que viven en un complejo apocalíptico
post-zombie. EL ritmo de la película continúa, gracias a una atmósfera visual
elaborada, pero la narración lucha por encontrar algo tan original como el
primer acto. Hay muchos aspectos que le gustaran al fanático del cine zombi,
con asesinatos creativos, algunas misiones tensas de `` búsqueda y destrucción
'', y algún humano que se volverá villano y hará que todo se vaya al carajo, pero
la dependencia de los clichés de películas zombies más populares hace que el
largometraje reduzca su potencial. La fuerza de su dirección y su elenco
ciertamente la convierten en una película digna, pero se desinfla a medida que
avanza hasta el final.
En definitiva y resumiendo: BLOOD
QUANTUM cumple con sus promesas
generales. Es una película que, mientras le da a la horda de muertos vivientes
su “sabor”, logra inyectar frescura a un género que empieza a estar rancio. Un
sólido elenco, una impresionante dirección atmosférica y visual de Jeff
Barnaby y excelentes efectos caseros de zombies definitivamente hace
que sea una buena película de género. Claro, la película complace un poco el
estado actual con sus dos últimos actos, a menudo se vuelve predecible, pero la
película es interesante, lo que me recuerda los días previos al cansancio
cuando una película de zombies podía interesarme.