Me pregunto si todavía recuerdan los lectores que, a finales
del mes de julio, el cometa llamado Neowise pasó sobre el hemisferio norte de
la Tierra. Este cometa, conocido como “el cometa más brillante del siglo XXI”,
se puede decir que causó sensación y curiosidad entre los científicos y
astrónomos. Sin embargo, en GREENLAND: EL ULTIMO
REFUGIO (2020) del director Ric
Roman Waugh, el milagro del cometa es el comienzo de un desastre
devastador.
Cuando el mundo es consciente de que el asteroide más grande de la historia va a impactar en la Tierra y aniquilar todo rastro de vida, los gobiernos de todo el mundo realizan un sorteo en el cual los afortunados podrán sobrevivir en refugios secretos. Esta decisión desata un caos a nivel mundial. Muchos tendrán que emprender un peligroso viaje donde se enfrentarán a los más imponentes peligros de la naturaleza, lo que les obligará a encontrar la manera de mantenerse unidos mientras encuentran la forma de sobrevivir.
Sin duda GREENLAND recuerda a 1998. En ese año tuvimos dos películas con un tema similar que fueron DEEP IMPACT y ARMAGEDDON que dominaron la taquilla y desataron una ola de popularidad, pero en comparación con GREENLAND ya no tienen a un héroe que tiene que viajar al espacio para salvar al mundo, o un presidente de los Estados Unidos que ya no está lleno de sabiduría y decisiones. Los líderes, al igual que la situación a la que nos enfrentamos hoy, toda la película está llena de impotencia para el día del juicio final, ansias de supervivencia y una crítica social.
Y aviso a todos los lectores: GREENLAND no es una película de catástrofes al 100%, en el sentido de que no hay grandes escenas de acción, excepto por pequeñas escenas para satisfacer al espectador que busca eso durante la historia. A cambio, la película pone el peso en el factor humano, en cómo las personas reaccionan ante estas situaciones, cómo sacan a relucir lo peor o lo mejor de sí mismas, cómo el miedo congela a los demás y convierte a otros en hombres. En una narrativa paralela, por un lado, John (Gerard Butler) y por otro Allison (Morena Baccarin) con su hijo de 8 años (Roger Dale Floyd) conocen a gente amable y peligrosa, extraños que echan una mano y otros que en su pánico cometen los peores crímenes. En estilo, GREENLAND recuerda algo entre GUERRA MUNDIAL Z (2013) y las primeras temporadas de THE WALKING DEAD. Está completamente centrado en el ser humano, pero no deja que la tensión disminuya ni un minuto, con el guionista Chris Sparling haciendo que la vida de sus héroes sea dramáticamente difícil, incluso si estas dificultades no ocultan ninguna originalidad que el espectador no haya visto antes.
El director Ric Roman Waugh demuestra una vez más que no es un director casual en el género de acción y que algún día alguien debe darle la oportunidad de subir de nivel. Aprovecha al máximo el presupuesto muy reducido (se nota en ciertas escenas, que el CGI parece de los 90´s) y nos regala una película con emociones fuertes, gran ritmo y tensión. Por supuesto, el elenco también juega un papel importante, con Gerard Butler siendo consistentemente bueno, pero Morena Baccarin robando el show en el papel de la madre protectora.
En definitiva y resumiendo: GREENLAND:
EL ULTIMO REFUGIO no tiene nada particularmente original o muy
elegante, pero construye adecuadamente a sus protagonistas, tiene suspense ininterrumpido
(admito que yo lo pase mal en varias escenas) y evoca emociones sinceras que satisfacen
al espectador desde el primer minuto hasta el final. No va a causar una
taquilla asombrosa, pero GREENLAND, en línea
con las expectativas, fue una sorpresa muy agradable que definitivamente vale
la pena.