El director Tim Hill definitivamente ha hecho EN GUERRA CON MI ABUELO (2020)
pensando en los niños y la gente mayor de 50 años. La historia, basada en el
libro de Robert Kimmel Smith, gira en torno a las
principales preocupaciones de los niños: videojuegos, deportes, fiestas, salir
con amigos en línea y ocasionalmente en persona, mascotas exóticas, peleas con
hermanos y agresiones por parte de matones. Sin embargo, en el centro hay una
batalla por la posesión más preciada de un niño: Su propia habitación.
El joven Peter se ve obligado a abandonar su habitación cuando su abuelo Ed (Robert De Niro), recientemente enviudado, se muda a su casa. Con la ayuda de sus amigos, Peter declara la guerra a su abuelo para hacerle abandonar la habitación, pero Ed es un testarudo y no va a ponérselo nada fácil.
La simplicidad de los deseos dentro del guion de Tom J. Astle y Matt Ember es sorprendentemente admirable. Se siente como una historia con la que los niños podrían identificarse fácilmente. Tienes tu habitación, que ofrece un escape privado y acogedor del mundo de unos padres siempre atentos, hermanos críticos y cualquier drama que se esté desarrollando en la escuela. Entonces, sin previo aviso, ese santuario te es quitado. ¿Qué debe hacer un estudiante de sexto grado? Ese es el conflicto central de esta película. El niño quiere su habitación, pero su abuelo viudo sufre una lesión y necesita vivir con la familia. La habitación del niño es el único espacio vital viable para el anciano y, a veces, se deben hacer sacrificios por el bien de los seres queridos. De acuerdo, para ser justos, la película no comienza exactamente así de manera inocente. Ed (Robert De Niro), el abuelo, se lesiona después de un incidente en un supermercado y, sobre todo, después de caerse mientras atacaba al empleado de la tienda que cortésmente intenta detenerlo (El pobre también termina siendo golpeado y apedreado por la comida arrojada por personas mayores que piensan ese empleado trata mal a las personas mayores) Si, lo se… es un poco cruel.
Sin embargo, para ser justos también, la película no tira de chistes zafios, sino que posee un afecto considerable por los gags tanto físicos como de destrucción de la propiedad, pero al fin de al cabo son las bromas favoritas de los niños, pero cuando se convierten en el centro de atención de una película, se vuelve más aburrida que divertida. Hay un punto temático en todo esto, y si uno realmente puede creerlo, ese mensaje es un caso fuerte, aunque muy torpe y extrañamente argumentado, contra la guerra. Sin embargo, no solo estamos hablando de la batalla entre Peter (Oakes Fegley), de 11 años y el abuelo. El director Tim Hill se ha propuesto hacer una gran declaración sobre el conflicto internacional. Los créditos finales incluso muestran un video musical con una canción pop original sobre la futilidad y devastación de la guerra (junto con algunas tomas descartadas particularmente vagas).
Esto no es un desaire contra Oakes Fegley, quien demostró sus habilidades en el remake de PETER Y EL DRAGON (2016) hace unos años, y definitivamente obtiene aplausos por simplemente enfrentarse cara a cara con un talento como De Niro. Si no puede llevar al personaje más allá de sus constantes lloriqueos es porque no hay nada en el guion con lo que pueda trabajar. Estoy seguro de que se divirtió mucho en el set, pero incluso a una edad temprana, es capaz de mucho más. Por supuesto, lo mismo ocurre con De Niro. Aquí va con el piloto automático, pero esto está muy, muy por debajo de lo que es capaz de hacer. También Uma Thurman y Rob Riggle como padres que pueden ser los peores del año, porque no se como no son capaces de darse cuenta lo que esta ocurriendo y el elenco veterano que cuenta con Christopher Walken, Cheech Marin y Jane Seymour están muy desaprovechados.
En definitiva y resumiendo: EN
GUERRA CON MI ABUELO es una película
que está dirigida tanto a niños como a gente mayor y tengo que decir que la
gente que estaba en la sala de cine se rio en bastantes ocasiones, lo que en
cierta medida es un logro conseguido. Pero para mi opinión, es una comedia
vaga, que parece que sea como capítulos de 20 minutos unidos en un largometraje
de 90 minutos, donde cada capítulo es una sucesión de gags que, sinceramente me
he reído en uno o dos momentos. ¿Para una tarde tonta? Puede funcionar. ¿Necesaria? Para mi no, para otro tipo de espectadores si.
