La mujer en la ventana (2021)

 

Entre las muchas películas que fueron empujadas hacia adelante y hacia atrás, anunciadas y luego canceladas a raíz de la pandemia, LA MUJER EN LA VENTANA (2021) fue sin duda una de las más esperadas. Un director de renombre, un elenco de estrellas, además de un éxito de ventas como novela: las promesas eran grandes. Y el tráiler, que prometía el mejor entretenimiento de paranoia, hizo que el tiempo de espera fuera largo. Esa espera se acabó, la película se estrenó en Netflix el viernes pasado en lugar de en los cines. Pero si bien algunas de las películas que han sido deportadas a las diferentes plataformas digitales te hacen sentir nostalgia de que no se mostraran en la pantalla grande, como LOS MITCHELL CONTRA LAS MAQUINAS (2021) en LA MUJER EN LA VENTANA no sucede debido a que la decepción es mucho mayor es cuán redundante es la película en última instancia.

La Dra. Anna Fox (Amy Adams) que sufre de agorafobia, pasa sus días encerrada en su casa de Nueva York, bebiendo vino mientras ve viejas películas y espía a sus vecinos. Un día, mientras mira por la ventana, ve algo que sucede enfrente de su casa, en el hogar de los Russell, una familia a la que todo el barrio toma por ejemplar...

El esquema de la película se ha tomado prestado con bastante frecuencia. Más precisamente, LA MUJER EN LA VENTANA retoma dos elementos que aparecen una y otra vez en los thrillers. El primero es que el personaje principal ha presenciado un crimen, pero nadie le cree. Llegados a este punto es casi imposible no pensar en LA VENTANA INDISCRETA (1954) ya que en ambos casos la atención se centra en una persona muy curiosa que no puede salir de su apartamento y, por tanto, observa obsesivamente a los vecinos. Después de todo, de alguna manera tienes que pasar el tiempo.



El otro elemento es que el protagonista tiene un trastorno de ansiedad (agorafobia) y por tanto no puede salir de casa. Esto también se ha mostrado una y otra vez en películas, preferiblemente con una mujer como protagonista; por ejemplo, COPYCAT (1995). De alguna manera, la gente tiende a creer que las mujeres pueden ser especialmente indefensas (menuda estupidez).  Que LA MUJER EN LA VENTANA utilice un escenario similar al utilizado en estas películas es un problema menor. Lo peor es que la película es bastante aburrida y simple.  Ya sean los policías que, por supuesto, no creen en nada, las personas que aparecen repentinamente y provocan ataques de pánico a Anna, o la sensación de que hay alguien en el apartamento: no hay nada que realmente genere tensión en ningún momento del metraje.



Por supuesto, la película se esfuerza por lo nombres que hay tanto delante como detrás de la cámara. Amy Adams sigue creciendo en la locura de su personaje, el director Joe Wright y el director de fotografía Bruno Delbonnel intentan capturar en imágenes cómo alguien pierde el sentido común de lo que es real y lo que no lo es. Después de todo, independientemente de su agorafobia, Anna es un manojo de nervios que solo parece vivir bebiendo y viendo películas clásicas. Esto es algo acertado para las muchas referencias y alusiones que hay durante la historia. Pero no falta lo más importante: Una idea. LA MUJER EN LA VENTANA no deja de ser una colección de escenas que se deleita en su propia supuesta inteligencia sin tener nada que decir o que contar.



Si bien el thriller todavía se arrastra como un aspecto positivo durante mucho tiempo, al final se vuelve realmente simple. El autor de la novela AJ Finn, aparentemente cree que todas las frases que se dicen en su libro son buenas porque sí. Lo principal es engañar de alguna manera a los espectadores. LA MUJER EN LA VENTANA, sin embargo, logra la notable combinación de ser bastante predecible y completamente exagerada al mismo tiempo. En lugar de recorrer caminos nuevos, la película simplemente elige las elecciones más estúpidas, absurdas y las presenta con orgullo. Después de todo: el resultado es tan absurdo que muy pocos adivinarían el final. Si al menos el resto de la película se hubiera “tejido” de manera similar, es decir, habría salido algo interesante. Pero de esta manera obtienes monotonía y molestia. Y como beneficio adicional, el asombro de por qué tantas estrellas de renombre fueron capaces que decir que si en este proyecto (en especial Amy Adams).



En definitiva y resumiendo: LA MUJER EN LA VENTANA es un thriller que roba descaradamente otros modelos de otros largometrajes. No crea nada nuevo, a pesar del gran talento delante y detrás de la cámara. Al final solo queda como una película perfecta para ver después de comer, y justo en los créditos finales, olvidarla para siempre, como si nunca hubiera existido.