Probablemente no haya ningún país que asociemos más
estrechamente con el tema del amor que Francia, hogar de innumerables artistas románticos.
Esto también se debe al hecho de que la importancia cinematográfica de nuestros
vecinos (por la parte que me toca) tiene puesto el foco en este tema. La
encantadora comedia romántica se ha convertido en un símbolo del trabajo
cinematográfico de la “Gran Nación”. En este sentido, por supuesto, el espectador
se acerca a una película como LAS COSAS QUE DECIMOS,
LAS COSAS QUE HACEMOS (2020) con
ciertas expectativas, que su sinopsis anuncia algunos enredos amorosos. También
los hay, pero un poco diferentes a los esperados.
Daphné, (Camélia Jordana) embarazada de tres meses y de vacaciones en el campo, acoge como huésped a Maxime (Niels Schneider) primo de su pareja, François (Vincent Macaigne) que ha tenido que volver a París para cubrir a un compañero hospitalizado. Durante cuatro días, esperando el regreso de François, Daphné y Maxime se van conociendo y desarrollando cierta amistad, contándose sus respectivas experiencias sentimentales.
Entonces, la introducción sugiere que la película habla de un romance inminente entre Daphné y Maxime, después de todo, se trata de dos jóvenes atractivos que pasan tiempo juntos en una casa remota. En cambio, este encuentro es solo el marco dentro del cual se cuentan las más variadas historias de amor, cuyo foco está en los dos y su respectivo entorno. Esto último es bastante más grande. Y cualquier cosa menos decidida: mientras los diversos personajes tropiezan en la vida, las cosas a menudo salen mal de alguna manera y no saben qué hacer a continuación.
Un lío pensativo que no solo les confunde, sino que los espectadores también se quedan confundidos en ocasiones. Los diferentes niveles de tiempo y la renuncia amorosa a los protagonistas, significa que hay que estar un poco más atento en las historias de amor, a menudo bastante complicadas. Más tarde, LAS COSAS QUE DECIMOS, LAS COSAS QUE HACEMOS intenta adoptar un enfoque más filosófico del tema, que creo que es completamente innecesario. Más bien, la película vive de los personajes y el elenco que aparece durante las historias de ellos. Niels Schneider vuelve a convencer como un tranquilo melancólico (parece que el actor siempre elige personajes parecidos) y Vincent Macaigne es más un alivio cómico, donde Camélia Jordan parece el personaje mas realista de los tres.
El director y guionista Emmanuel Mouret (LADY J) no salva ciertas escenas con diversas peculiaridades y defectos en los desarrollos de los personajes. Si la vida no les sale tan bien como esperaban de vez en cuando, definitivamente tienen su parte de culpa en ella. Al mismo tiempo, eso los vuelve humanos, especialmente como contraste con las comedias románticas a menudo indescriptiblemente “azucaradas” de los EE. UU, con su inclinación por la idealización total. Con LAS COSAS QUE DECIMOS, LAS COSAS QUE HACEMOS las personas aún pueden tener errores y cometerlos también. En la búsqueda de la felicidad, ya sea para ti o para los demás, incluso puedes comportarte de una manera realmente estúpida.
En definitiva y resumiendo: LAS
COSAS QUE DECIMOS, LAS COSAS QUE HACEMOS esta destinada a
espectadores que les gustan las historias de amor excéntricas pero que no acaban
siendo una bufonada. En lugar de intentar convertir los muchos enredos, engaños
y (auto) mentiras en puro entretenimiento, la película muestra un lado
reflexivo y al mismo tiempo frágil, poético y sin embargo humano. En cambio,
hay numerosos enredos que causan cierta confusión y no solo para los personajes,
sino también para el propio espectador. Sin duda, otra forma de ver el amor.