Terrores Nocturnos: Hellraiser IV: El final de la dinastía sangrienta (1996)

 

Después de HELLRAISER III: INFIERNO EN LA TIERRA (1992), donde el guion era atribuido a Peter Atkins y Tony Randel, hay que decir que hubo una tercera persona que ayudo mucho en la historia y no estaba acreditado, a la que Peter Atkins le pidió ayuda, porque el guion estaba dando muchos quebraderos de cabeza. Y que decir que esa persona fue Clive Barker. Unos años más tarde, Clive Barker comparte su visión de una cuarta película con Peter Atkins. Imaginaba una aventura muy diferente a las demás, que abarca tres épocas y comienza en el corazón del Londres victoriano para luego volver sobre el destino de la familia Merchant cuyo antepasado francés, Philippe, inventó la famosa caja.

Año 2127. El doctor Merchant (Bruce Ramsay) a bordo de una estación espacial, se prepara para cumplir una misión decisiva: acabar con los cenobitas, cerrando para siempre las puertas del infierno. Desde que un antepasado suyo del siglo XVIII construyera el cubo infernal conocido como la Configuración de los Lamentos, varias generaciones de los Merchant han sufrido la maldición de los cenobitas y su diabólico enviado, Pinhead (Doug Bradley). Pero ahora, el doctor Merchant ha creado un instrumento que anula los poderes de la Configuración de los Lamentos. En las profundidades del espacio, se acerca la confrontación final con Pinhead.

Después de presentar la idea los estudios Miramax, se empezó a buscar director. Barker estaba siendo considerado, pero la tuvo que rechazar debido a su agenda ya particularmente llena, compartida entre el rodaje de EL SEÑOR DE LAS ILUSIONES (1995) y el guion de CANDYMAN 2 (1995). Después se pensó en Guillermo Del Toro y luego en Stuart Gordon. Este último además acepto, pero muy pronto dejo el proyecto por “desacuerdo artístico” (vamos que pedía más dinero de presupuesto).  Luego Miramax se fijó en el joven Kevin Yagher, especialista en maquillaje que había trabajado en tres episodios de la saga de PESADILLA EN EN ELM STREET (así como en la serie de TV), y en VIERNES 13 4ª PARTE: ULTIMO CAPITULO (1984) y en su momento dirigió tres episodios de la serie HISTORIAS DE LA CRIPTA. Este curriculum vitae fue perfecto para que los productores dieran por fin luz verde.



Después de seis versiones del guion, el proyecto pudo comenzar oficialmente en agosto de 1994 con un (exiguo) presupuesto de cuatro millones de dólares. El estreno en cines está previsto para enero de 1995 pero, mientras Yagher todavía estaba trabajando duro y los efectos especiales estaban lejos de terminar, los productores exigieron una primera proyección de la película. Aunque tuvieron cada versión del guion en sus manos, se sienten decepcionados y sorprendidos al descubrir que el carismático Pinhead no aparece hasta después de tres cuartos de hora de metraje. Además, no estaba lo suficientemente presente en la pantalla y el personaje de la bella Angelique (Valentina Vargas) lo eclipsaba. Entonces se le “pregunto” a Yagher si podía hacer algunos ajustes en su película. Esto requería que alterara la línea de tiempo de su película para que el popular cenobita interpretado por Doug Bradley apareciera más temprano en el metraje.



La decisión disgusta a Yagher, pero el hombre, que está haciendo su primer largometraje, termina aceptando. A continuación, se filman nuevas escenas y se vuelve a montar la película. El trabajo es seguido de cerca por los productores que siempre piden más modificaciones. Yagher finalmente se harta de las peticiones y por lo tanto se retira del proyecto y exige que su nombre ya no aparezca en los créditos. Para reemplazarlo, la empresa de Miramax piensa en Joe Chappelle, un director que a la vez tiene muchos problemas con la edición de HALLOWEEN: LA MALDICION DE MICHAEL MYERS (1995). Sin duda masoquista, el director acepta y deja de lado temporalmente a Michael Myers en favor de Pinhead. Sin embargo, el calendario era apretado y Chappelle sólo dedicaría los meses de abril y mayo de 1995 a intentar contentar a los productores con la película filmada de Yagher. Si mantuvo la parte contemporánea del metraje casi intacta, deconstruye por completo las partes que tienen lugar en el pasado y el futuro. El metraje luego pasa de 110 minutos a 86 minutos. De esta duración final, un tercio fue filmado por Chappelle. HELLRAISER IV: EL FINAL DE LA DINASTIA SANGIENTRA es, por lo tanto, solo una sombra de sí misma y solo la mitad de la película de Yagher. La película finalmente se estrenó en las salas de cine en 1996, firmada por el director “Alan Smithee” un seudónimo poco atractivo que permite a los directores insatisfechos no aparecer en los créditos y con más de un año de retraso, que supuso la ultima entrega de la franquicia en estrenarse en cines.



Por lo tanto, HELLRAISER IV se presenta en forma de tríptico que se despliega en tres épocas. El pasado evoca la creación de la caja, el nacimiento de la demoníaca Angelique y la maldición que caerá sobre varias generaciones de LeMarchand. Esta primera parte, aunque terriblemente explicada, resulta ser la más interesante. Pero como ha comentado anteriormente, los cambios cronológicos (la película comienza con una secuencia futurista) cambiaron esta escena un poco más adelante en la película. Luego descubrimos algunas tomas ajustadas y muy recortadas que revelan los misterios de la creación de la caja. Aunque su impacto se atenúa, esta es una secuencia interesante que da paso a una atmósfera oscura y escalofriante, ligando directamente al uso que se hará del objeto.



Después pasamos a la parte central que transcurre en el tiempo actual y que sigue de manera acertada lo que ocurrió al final de HELLRAISER III, así que al menos en lo que respecta a cronología, la historia cumple con las anteriores. En ella nos presentan a un descendiente de LeMarchand obsesionado por sus visiones nocturnas. Menos oscura y más gráfica, en este segmento tenemos la aparición de Pinhead y su extraño perro cenobita. Además, presenciamos algunas muertes bastante graficas y la creación de nuevos cenobitas: los cenobitas gemelos y la transformación de Angelique en una cenobita y donde hay que aplaudir el magnífico trabajo realizado por el maquillador Gary J. Tunnicliffe.



El desenlace de esta película en tres actos pretende ser una apoteosis mirándose en el reflejo de ALIEN, EL OCTAVO PASAJERO (1979) intentando crear una atmósfera sin realmente tener ningún éxito. El conjunto carece de sentido y, sobre todo, tensión. Los productores y Chappelle son los únicos responsables de esto, ya que, al expandir las secuencias futuristas a lo largo de la película, rompen todo el suspense y, además, pierden la implicación del espectador porque ya está aburrido. También es un hecho que después de la parte contemporánea, este segmento es agotador y su “sencillez” decepciona totalmente. Claramente la más débil que las demás, este último segmento pesa por lo tanto sobre el conjunto y hace bajar la nota definitiva del largometraje.



En definitiva y resumiendo: Con su primera sección acortada y completamente rehecha, su parte central interesante y su aburrido final, HELLRAISER IV: EL FINAL DE LA DINASTIA SANGRIENTA decepciona. La epopeya planificada se convierte en una pequeña película de Serie B y las ambiciones originales aquí pierden todo valor. El impacto deseado desaparece por completo y Pinhead, que se había convertido en un icono del terror, vuelve a ser ridiculizado. Aun así, los amantes de la saga podrán conocer un poco más los orígenes de la caja, que una alusión explicada brevemente (como ocurrió en la segunda parte) y que los cenobitas aún tienen carisma. Por lo tanto, la franquicia dejará la pantalla grande para luego ser directamente en video. Un destino muy triste para una saga que había comenzado tan bien.