Durante los últimos años, el actor Brendan Fraser ha realizado su esperado regreso a través de papeles secundarios en televisión y cine. Fraser comento en una entrevista en 2018, como fue agredido sexualmente por el presidente de la HFPA, Philip Berk, en 2003, fue incluido en la lista negra de Hollywood, se divorció y finalmente cayó en un pozo de depresión durante la década de 2010. Desde que se publico esa entrevista, el publico que ya le apreciaba, lo hizo más, y empezó a recibir ayuda de compañeros de la industria. El carisma y el ingenio de Fraser no tuvieron paralelo a lo largo de su carrera. No había muchas estrellas de acción taquilleras que tuvieran su rango y compromiso con las películas que realizaba. Eso se ha vuelto más notable durante la actual era mundana que existe en el cine en estos momentos. Solo estábamos esperando ese papel principal para traer al rey del carisma de ojos azules de regreso a su trono. Y LA BALLENA (2022) del director Darren Aronofsky le brinda esta gran oportunidad.
Un solitario profesor de inglés con obesidad severa (Brendan Fraser) intenta reconectar con su hija adolescente (Sadie Sink) en una última oportunidad de redención.
Basada en la obra de teatro del mismo nombre del dramaturgo Samuel D. Hunter, esta adaptación ya merece que compres la entrada solo por la actuación de Brendan Fraser. Ha recibido múltiples ovaciones de pie en festivales, incluidos Venecia y Toronto, y debes creer esas ovaciones. Después de ir al pase de prensa, durante el largometraje no pude aguantar las lágrimas. Fraser canaliza una mezcla de sus notables atributos con los que muchos de nosotros crecimos, y no hemos visto en bastante tiempo, con su papel de Charlie. Trae su carisma, seriedad y alma mientras usa una capa de madurez que brinda escalofríos y lágrimas bien merecidas. Mientras está enterrado bajo un traje de látex mezclado con CGI, Fraser aporta suficiente humanidad a este estudio de personajes con muchos diálogos y te mantiene interesado cada vez que la lente del director de fotografía Matthew Libatique se enfoca en él. Fraser lleva todo el proyecto sobre sus hombros, y ves en la pasión de la actuación en sus ojos en cada imagen.
De todos los actores secundarios que van y vienen por la puerta del apartamento de Charlie, la actriz Hong Chau es la que más destaca. El personaje de Liz es el único personaje secundario que se siente como un ser humano desarrollado, que comparte una profunda relación con Charlie. Ella sostiene el peso de una carga por su amigo, eligiendo ser una cuidadora, compañera y en ciertas partes, la que le alimenta a Charlie con “comida basura”. En muchas ocasiones, Liz le aconseja que vaya a un hospital. Sin embargo, él ya aceptó la muerte, por lo que lo mejor que puede hacer ella es brindarle compañía. La historia de su relación se siente orgánica en vez de ser forzada. Chau brilla en momentos en los que tiene que aguantar situaciones incómodas, a veces traumáticas. La fría honestidad deja sin aliento al espectador, y ojalá se le reconociera con una nominación a actriz secundaria en los premios Oscar.
Darren Aronofsky se vuelve un director competente, pero LA BALLENA es innegablemente una película de un solo actor que, fuera de Fraser y Chau, se vuelve más teatral. Para una historia sobre un hombre obeso que está literalmente a punto de morir (que también aborda otros temas interesantes), la sutileza es necesaria para que todo se sienta como una reflexión. El guion es una adaptación de Aronofsky sobre el trabajo de Samuel D. Hunter y es una traducción directa de la obra de teatro con mucho diálogo. Los personajes expresan cómo se sienten a través de una conversación teatral que es más adecuada para un escenario que para la pantalla grande. Hunter intenta navegar por demasiados temas, y algunos solo se quedan en la superficie, aspecto que tendría que haber sido más desarrollado. A veces el drama se siente saturado y se diluye la importancia de sus temas. La incompatibilidad entre Aronofsky y Hunter se nota en las actuaciones de los dos personajes mas jóvenes.
Sadie Sink es una actriz sobresaliente como ha demostrado en la serie de STRANGER THINGS. No puedo decir si está mal interpretada, si su material es demasiado amplio o si la dirección de Aronofsky la hizo exagerar, pero la angustiada hija adolescente de Charlie, Ellie, se asemeja a una adolescente unidimensional sacada directamente de una sátira exagerada. Su diálogo tiene tantos matices como el de una chica mala de una mala serie. Sink se esfuerza por hacer que el material valga la pena y que este a la misma altura que la de Fraser. Si bien aporta un ingenio rápido y energía a sus líneas, Ellie es insulsa. Thomas interpretado por Ty Simpkins, sufre de un problema similar. Esto no es culpa de los artistas, sino de un guion o dirección que enreda demasiado sin sacar nada nuevo al final de ello.
En definitiva y resumiendo: LA BALLENA no es una película perfecta, debido a una dirección discreta de Darren Aronofsky, donde solo se le ve su estilo en la ultima escena del metraje. El guion tiene altibajos en su escritura, el desarrollo de los personajes más jóvenes es una carencia, y abordar temas es interesante, pero hay que dar mas matices. Pero LA BALLENA un estudio de personajes elevado por las fenomenales actuaciones de Fraser y Chau. Es más operístico que humanista, pero esta perspectiva sobre la redención humana y la compasión es llevada por un actor principal que, sin duda, arrancara las lágrimas de los espectadores y te dejara con una reflexión inteligente, pero también amarga.