Get Rich Or Die Tryin' (2005)

 

"GET RICH OR DIE TRYIN'", el audaz debut cinematográfico de Curtis “50 Cent” Jackson bajo la batuta de Jim Sheridan, se arriesga al presentarnos una versión pulida y ficcionalizada del ascenso del rapero desde una existencia plagada de delincuencia y desesperación a la cima de la fama y la fortuna. Inspirándose en la exitosa fórmula de "HUSTLE AND FLOW" (2005) y el ovio paralelismo con "8 MILLAS" de EminemSheridan y 50 Cent recrean en la pantalla el álbum que consolidó el estatus de ícono del hip-hop de Jackson.

Un chico huérfano, que siempre ha vivido en la calle, llega a ser con el paso del tiempo un poderoso traficante de drogas, pero, inesperadamente, decide dejarlo todo para triunfar en el mundo de la música.

Sin embargo, este viaje musical se siente, en ocasiones, menos una odisea genuinamente inspiradora y más una narración complaciente. La película parece demasiado satisfecha al transitar por territorios familiares del género, reiterando la historia del ascenso desde la pobreza sin ofrecer nuevas perspectivas. Terence Winter, el guionista, parece titubear entre venerar y cuestionar la vida de un "gansta", resultando en una saga urbana que presupone la idea de que solo hay una salida para los jóvenes afroamericanos: la del entretenimiento o el crimen. La realidad sórdida y las vicisitudes del tráfico de drogas se tratan como simples peldaños hacia el éxito, lo que plantea preguntas morales inquietantes que la película elude. Las acciones de Marcus se equiparan en todo momento a una necesidad justificada para escapar de un destino aparentemente prestablecido por su entorno, mientras que su música se promulga como un relato "veraz" y redentor sin la suficiente autocrítica.



Pese a los esfuerzos narrativos, el carisma y la fuerza interpretativa de 50 Cent se ven a menudo eclipsados por una dirección que intenta compensar la apatía expresiva del rapero con secuencias innecesariamente extravagantes y un reparto secundario que tiende hacia la caricatura, lo que debilita el potencial emotivo del filme. Las relaciones emocionales de Marcus, en especial con su pareja Charlene (Joy Bryant) y su hijo, se sienten forzadas y desprovistas de la sustancia necesaria para brindarles autenticidad y peso dramático.



"GET RICH OR DIE TRYIN'" no es del todo carente de mérito, ya que logra captar momentos breves de intensidad y sinceridad, más notablemente durante una confrontación en prisión que descubre un atisbo de la vulnerabilidad cruda de su protagonista. Además, refleja la clara intención de empoderar y mostrar la música como un instrumento de cambio y conexión comunitaria. Sin embargo, el filme tropieza al confundir a menudo el realismo con un enfoque de cuento de hadas que resulta en una versión embellecida y hasta cierto punto ingenua de la realidad.



En definitiva y resumiendo: Con una ambición que roza la auto-glorificación, "GET RICH OR DIE TRYIN'" ofrece un espectáculo de autodescubrimiento y ascenso que se debate entre la celebración del espíritu humano y la suscripción a una simplificación de la vida en los márgenes de la sociedad. La película, a pesar de sus momentos emocionales y su estelar banda sonora, no logra escapar de la sombra de una duda moral: ¿es esta una reflexión honesta sobre la adversidad y la fama, o simplemente una exaltación del mito del éxito americano, con todos sus defectos y desencantos?